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Alpina A110: Forjado en la cumbre

  • Su relación peso/potencia es la propia de un gran deportivo
  • Muchos elementos son una reinterpretación moderna del modelo original
  • Renault ha revivido Alpine pero desde un prisma más exquisito

Algo tienen los sesenta del siglo pasado cuando todo lo que durante esa década brilló ha acabado volviendo en nuestros días. Música, películas, series... La industria de la automoción también lleva años tirando de ‘remakes’ de modelos que entonces partieron la pana, pero Renault ha dejado reposar la leyenda del Alpine 110 para recuperarlo más de medio siglo después. 

El pasado Salón de Ginebra supuso la primera aparición de este modelo que, además de un reparto de pesos muy trabajado, un bajo centro de gravedad y un peso pluma, hace de su línea y sus acabados dos de sus principales señas de identidad. Y es que Renault ha revivido Alpine pero desde un prisma más exquisito. Más ‘glam racing’.

La magia de este coche es que, puesto al lado del modelo de 1962, el nuevo parece ser una continuación del original; como si nunca hubiera dejado de fabricarse. Hay un respeto reverencial a muchos rasgos que lo hicieron único, como la cuádruple óptica, la línea de carácter lateral en forma de ala y el morro cuyos pliegues dibujan una punta de flecha. Digna de un premio a la mejor adaptación, la zaga respeta también la característica luna y el remate del tercer volumen mediante el discreto alerón integrado. Y todo ello con el mérito extra de lograr una silueta con un valor de Cx extraordinario: 0,32.

En Renault han sido tan escrupulosos con la tradición de Alpine que el A110 se va a fabricar en Dieppe, el mismo lugar desde el que durante casi 25 años se ensamblaron sus coches. La elección, por otro lado, es más que lógica, porque en esta planta el grupo ha venido fabricando muchos modelos de Renault Sport e incluso prototipos de competición.

El interior vuela más libre con un enfoque minimalista próximo a la competición, pero lejano del modelo original. La pantalla TFT que hace el papel de cuadro de instrumentos se ajusta según el modo seleccionado. El volante o los asientos Sabel monocasco ultraligeros también refuerzan esas raíces ‘racing’, mientras el uso de materiales como la piel plena flor de gran natural, la fibra de carbono y el aluminio lo conectan de nuevo a esa vertiente más premium.

Gracias a su ligereza, el Alpine A110 no requiere de un propulsor de gran tamaño para enseñar las garras. Emplea el cuatro cilindros 1.8 de inyección directa que tras pasar por el tamiz de Renault Sport se ha pertrechado con una serie de componentes a medida: admisión de aire, turbo, escape y electrónica. Son 252 CV, que enfrentados a los 1.080 kg suponen una relación de 4,3 kg/CV que le permiten completar el sprint hasta los 100 km/h en 4,5 segundos ayudado siempre por la caja Getrag DCT de siete velocidades.

Raro será que no sea un éxito, porque la Première Édition, una serie limitada de 1.955 unidades (como el año en que Jean Rédélé fundó la marca), se agotó en sólo cinco días a pesar de hacerse a través de una aplicación que Alpine ha creado para móviles.

Una leyenda más que merecida

La denominación Alpine ha quedado en la memoria colectiva de los aficionados al automovilismo asociada al A110. Lanzado en 1962, sólo siete años después de la fundación de la Société des Automobiles Alpine, poco a poco fue cimentando una merecida fama en los rallies, sobre todo a raíz de su primera victoria en Montecarlo en 1971 en manos del sueco Ove Andersson, el mismo que dirigió el equipo Toyota Team Europe en los años dorados de Carlos Sainz.

No fue hasta dos años después cuando se creó como tal el Mundial de Rallies y esa temporada otro A110, esta vez pilotado por el francés Jean-Claude Andruet, se impuso en Mónaco. Eso significa que para los libros de historia va a quedar para siempre que un Alpine –convertida en filial deportiva de Renault ese mismo año– fue el primer coche en vencer una prueba de este campeonato. Y no sólo eso, ese año también obtuvo el campeonato de constructores.

 La leyenda Alpine se mantuvo viva con hitos como la victoria en las 24 Horas de Le Mans en 1978, pero fue languideciendo hasta su punto final en 1995. Renault, sin embargo, quiso convertir ese punto en seguido al anunciar hace cinco años la recuperación de este nombre con un proyecto que acabado materializándose en este A110 cuya comercialización está fijada para finales de este año.

 

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