COCHES
Prueba

Ford C-Max, combinación ganadora

  • La nueva versión de 7 plazas toma la denominación de Grand C-Max.

Hace tan solo siete días que el nuevo Ford C-Max y Grand C-Max hacían su presentación pública aunque ya llevaban algunas semanas en primera línea de fuego en los escaparates de toda Canarias. El interés que ha levantado esta segunda generación del monovolumen de Ford no ha sido casualidad. Las expectativas de un modelo que vuelve a recurrir a la exitosa fórmula de diseño kinetic design ha sido fundamental para poner en alerta a un buen número de usuarios que atraídos por esta fisonomía, no veían la forma de encajar sus demandas al resto de propuestas que ofrece esta exitosa generación de modelos que ha resultado ser un auténtico espaldarazo para la marca. Pero es que el nuevo C-Max aún va más allá  y solventa uno de los puntos críticos de la primera generación que era su limitación a cinco plazas. Asumiendo la receta que utilizan marcas como Renault o Citroën, el nuevo C-Max ofrece una segunda plataforma (Ford Grand C-Max) en la que se da cabida  a siete asientos reales para eliminar esta restricción por razón de espacio.

Centrándonos en la versión de prueba (cinco plazas) el nuevo monovolumen utiliza la misma disposición inteligente de los asientos traseros. Cada una de las plazas, por separado, puede deslizarse, plegarse o retirarse por completo con una característica de confort opcional en el que el asiento central se pliega bajo su homónimo en el lateral derecho concediendo mayor libertad a los pasajeros de la segunda fila de asientos.  Todo este conjunto de posibilidades destinadas a preservar el volumen y el confort se conciben en un ambiente mucho más emocionante con nuevos acabados en salpicadero y consola central cuya disposición separa por completo el espacio destinado a conductor y pasajero. El negro y el plateado como base cromática de todo el habitáculo fortalecen uno de los aspectos en el que aún no hemos hecho inciso y que constituye uno de las actitudes principales de su carácter como es la deportividad. Un adjetivo manido en la mayoría de los casos pero que en este modelo toma especial relevancia como distintivo general de toda una generación. La impresión es la de una cabina de alta calidad con una posición ligeramente elevada de los asientos para una mayor sensación de control sobre la carretera.

Si la base es buena no lo es menos la opinión al ponerte a sus mandos. El motor, una versión mejorada del Duratorq TDCi de 1.6 litros y 115 CV, se nos antoja más que idónea para sacar a relucir sus buenas características dinámicas sin confundirnos con excesivas prestaciones. Suave y hábil en cualquier circunstancia, la primera impresión es que es bastante silencioso, a pesar de tratarse de un motor diesel, y la dirección especialmente precisa. No olvidemos que este modelo estrena un sistema de dirección asistida eléctrica que selecciona, en función de la velocidad, la dureza de los giros del volante y eso se valora muchísimo  sobre todo en el momento del aparcamiento. La aplicación de serie de un avanzado sistema de control de par mejora la estabilidad en curva al suplir con especial eficiencia las actitudes de un diferencial autoblocante.

Con estos argumentos el vehículo se encuentra siempre dispuesto pero en ningún momento nervioso. Las transiciones son suaves, con alegría,  pero sin sobresaltos. Lo ideal, dado su carácter familiar, es tener siempre la sensación de que todo está bajo control lejos de arrebatos en forma de fuertes esprines que para nada encajan en la filosofía de este vehículo. Todo ayuda a que el pacto entre prestaciones y confort se mantenga estable para que en la práctica disfrutemos de la dinámica habitual de una berlina con la versatilidad, confort y espacio inherente a un monovolumen.

Existen grupos propulsores más potentes pero según hemos podido saber la respuesta es igualmente sorprendente. La precisión en la actitud del acelerador sobre todo en alta y de la caja de cambios manual de seis velocidades, evidencia la musculatura de este diesel que se beneficia de todo un programa de ayudas dedicadas a mejorar su rendimiento para afrontar los continuos retos que plantea una estricta normativa en términos de consumos y emisiones.

Como era de esperar, hay todo tipo de inteligencia electrónica  destinada a la ayuda del conductor. El Active Park Assist o lo que es lo mismo, un asistente de aparcamiento muy útil en la mayoría de los casos o un nuevo sistema que informa mediante una señal luminosa en el propio espejo retrovisor de la existencia  de un vehículo en el ángulo muerto son solo un ejemplo de las posibilidades que ofrece este candidato a Mejor Coche del Año en Canarias. Además el nuevo C-Max incluye otros dispositivos de uso más corriente y generalizado como el limitador de velocidad, la cámara de visión trasera o el asistente de arrancada en pendiente.

El precio de la unidad probada y cedida por Ford Automoción Acosta es de 20.500 euros tratándose del acabado Titanium en la que se incluyen llantas de 17 pulgadas, faros bi-xenon, asistente de aparcamiento activo y sensores de parking.

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Comentarios

1 YO ANIMARIA A TODOS A QUE REALIZARAN UNA PRUEBA DE CONDUCCION CON DICHOS VEHICULOS PARA REALMENTE SENTIR LAS SENSACIONES DE ESTOS NUEVOS MODELOS CARMELO 17:48 23/12/2010

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