El nuevo Opel Grandland X exhibe músculo ante su inminente presentación en Frankfurt el próximo mes de septiembre. Y lo hace incidiendo en su avanzada dotación de seguridad en el que se incluye modernos asistentes como la alerta de colisión delantera con frenada de emergencia automática detección de peatones o el asistente avanzado de aparcamiento con cámara de visión 360º.
No son los únicos. Otros sistemas como el control de crucero automático con función de parada o el detector de fatiga lo sitúan a nivel de equipamiento técnico en la órbita de los vehículos de clase alta democratizando su uso entre un espectro más amplio de clientes.
La marca hace especial hincapié en el detector de fatiga y es que recientes estudios realizados en Alemania desvelan que uno de cada cuatro accidentes mortales se producen por conductores que se quedan dormidos al volante. En el Grandland X, el sistema dispone de tres niveles de funcionamiento. En un primer nivel, el sistema emite un mensaje en el cuadro acompañado de un aviso acústico cuando el conductor lleva conduciendo más de 2 horas por encima de 65 km/h, recomendándole una pausa en el viaje. El aviso se repite cada hora y el contador se resetea cuando se comienza un nuevo trayecto.
En un segundo nivel, el sistema emite un mensaje en el cuadro acompañado de un aviso acústico cuando el sistema detecta bien una corrección brusca de la trayectoria o bien una trayectoria irregular. Después de 3 avisos de nivel 2, el sistema pasaría a un tercer nivel emitiendo un nuevo mensaje y una alerta acústica de mayor volumen. El sistema vuelve a reiniciarse conduciendo durante 10 minutos consecutivos de manera adecuada o durante 15 minutos por debajo de 65 km/h.
El nuevo Opel también ofrece una visibilidad nocturna óptima sin deslumbrar a otros. Los faros LED AFL, opcionales, producen una luz blanca brillante que convierte eficazmente la noche en día y se adapta automáticamente a la situación de conducción.