En su origen, la palabra calandra (del francés calandre) hacía referencia a la rejilla del radiador colocada en la parte exterior frontal de un automóvil. Así la define la RAE y así era cuando los coches eran poco más que un antiguo carro con motor. Muy pronto, los fabricantes empezaron a emplear una serie de cubiertas ornamentales cuya misión, además de surtir de aire fresco al radiador, era embellecer el frontal. 
Algunas marcas fueron visionarias al emplear este componente para establecer un estilo que hiciera reconocibles sus coches. Muchos de los jefes de diseño de marcas históricas, aquellas cuyo origen arranca en las primeras décadas del siglo pasado, han sabido recuperar aquella primera semilla de identidad para reinterpretarla con códigos actuales mucho más sofisticados y tecnológicos. El resultado suele ser un frontal rebosante de personalidad, ya que esa búsqueda de las raíces acaba convirtiéndose en un atajo para huir de la vulgaridad.
Aunque en clave más moderna, un buen ejemplo es el frontal ‘Tiger Nose’ de Kia que ahora cumple diez años. Fue en Frankfurt y su IAA donde la marca coreana presentó el Kee, un prototipo que era la carta de presentación de su nuevo director de diseño: Peter Schreyer. Desde entonces y hasta ahora, esa parrilla ha sido una constante en todos y cada uno de sus lanzamientos. En todos y cada uno de sus estudios de diseño. Con evoluciones y distintas interpretaciones, ese rostro felino estrenó una nueva era en Kia.
Asentado como fabricante con una relación calidad/precio sobresaliente y tras el golpe de efecto que supuso ofrecer siete años de garantía desde la aparición del Cee’d en 2007, Kia aspiraba a más y por eso dio a Schreyer libertad absoluta. “Tener carta blanca para crear el lenguaje de diseño de una compañía de automóviles no es algo usual”, recuerda el diseñador alemán que venía de dar nuevos aires a Audi.
Aunque el Kee no pasó de la fase conceptual, su creador defiende su papel “como el punto de partida de la nueva visión de Kia guiada por el diseño”. Schreyer es un amante de la simplicidad de las líneas rectas y éstas están muy presentes en esa ‘Tiger Nose’. “La cara de Kia se asemeja a un tigre – poderoso, peculiar y a la vez familiar. Sin embargo, este diseño no comenzó con la idea de la nariz de un tigre, sino que fue el fruto de largas horas de trabajo destinadas a crear un ADN único para Kia”.
Ese código genético sigue de plena vigencia. No hay más que ojear los cuatro modelos presentados por Kia en el último Salón de Frankfurt para comprobarlo. El restyling del Sorento, la versión X-Line del Picanto y las dos grandes incorporaciones a su catálogo, el crossover Stonic y el deportivo Stinger (el más potente de todos los Kia producidos hasta la fecha) son el vivo ejemplo de cómo una filosofía de diseño estable y coherente es capaz de proporcionar valor a una marca.
Otras parrillas muy reconocibles
AUDI
Es tan importante la calandra en la gama Audi que, además de convertirse en un verdadero estándar, su nombre, ‘Singleframe’ fue registrado por la marca alemana. Con mucha perspectiva se puede apreciar una evolución en las parrillas que, década tras década, han venido empleando los Audi, pero el primero en estrenar esta configuración fue el A8 de 2005. En realidad, el precursor fue el Nuvolari, un prototipo que diseñó Walter da Silva. En la actualidad, el ‘Singleframe’ ha evolucionado hacia configuraciones más anchas y un marco diamantado.
ALFA ROMEO
Aunque con algún paréntesis, en la historia de la marca milanesa se puede apreciar una evolución en el diseño de las calandras de sus coches. Entre los años setenta y noventa del pasado siglo se perdió parte de la idiosincrasia de los rostros Alfa, hasta que en 1997 lanzaron el 156. Obra, de nuevo, de Walter da Silva (entonces responsable de diseño de la marca), supuso la recuperación del escudo tan característico que emplearon modelos como los 6C 2500 y el Giulietta original, el de 1955. Reinterpretada en clave moderna, ahora esa calandra es un común denominador en los Mito, Giulia, Giulietta y Stelvio.
BMW
Los característicos ‘riñones’, es decir, la doble parrilla ovoide de BMW, son casi tan antiguos como la propia marca. Su origen está en el 303, uno de sus primeros vehículos y surgió de algo tan sencillo como dividir en dos la rejilla delantera. Los sucesivos 315, 326 y 328 fijaron este rasgo de su diseño que, a partir de mediados de los años noventa adquirió mayor entidad. Las dos secciones ovales de la calandra han ido ganando más y más anchura hasta conectar en algunos modelos con las ópticas frontales. Prototipos vistos en Frankfurt como el X7 o el i Vision Dynamics suponen una nueva evolución de esta parrilla.
JEEP
La marca estadounidense ahora perteneciente al Grupo FCA es otra de las que ha vuelto sobre sus pasos para recuperar un símbolo de alguno de sus vehículos más importantes: su parrilla de siete ranuras. En realidad, sus primeros coches creados para la U.S. Army tenían calandras más grandes, pero para versiones de uso civil hubo que hacerlas más pequeñas para agrandar los faros. Desde 1998 se estandarizó en toda su gama esta solución que está más presente que nunca en la actualidad.
LEXUS
El ala Premium de Toyota ha ido afilando el diseño de sus vehículos lustro tras lustro. El paso más decidido hacia una línea más personal y deportiva la dio al introducir hace algunos años la parrilla de doble punta de flecha en el GS y que, posteriormente, fue aplicándose en el resto de su menú de modelos. Este rasgo de estilo se ha venido adaptando como un guante al frontal de cada Lexus, adoptando un perfil más puntiagudo en los más deportivos y un desarrollo más vertical (pero igualmente agresivo) en sus todocaminos.
