.gif)
Son varios los fabricantes de vehículos que confían su marca y su imagen a preparadores y equipo externos para representarles en algunas competiciones como el Dakar. Peugeot, sin embargo, ha querido tener bajo su control todo el proceso de diseño, desarrollo, fabricación y evolución de los prototipos con los que acumula ya seis victorias en la categoría de coches.
Este largo proceso se lleva a cabo en el cuartel general que Peugeot Sport tiene en Vélizy, a las afueras de París. Allí se han gestado los coches de han competido en modalidades tan diferentes como la resistencia o el Mundial de Rallies. Los Peugeot 205 Turbo 16, 405 Turbo 16, 2008 DKR y 3008 DKR, todos ellos ganadores del Dakar, llevan el marchamo de ‘made in Vélizy’, como también el nuevo 3008 DKR Maxi con el que van a intentar conquistar una vez más esta emblemática carrera. En total, en el montaje de cada unidad del Peugeot 3008 DKR Maxi, desde el chasis desnudo a tener el coche completo, trabajan tres mecánicos durante cuatro semanas, sumando alrededor de 500 horas de trabajo.
El 3008 DKR es una evolución del coche que ganó en 2017 y que, a su vez, derivaba del 2008 DKR. Para la creación de todos ellos se empleó el sistema CAD que genera un modelo informático de vehículo completo en base al encaje de cada uno de sus componentes. A medida que las distintas partes que conforman el coche se van esbozando, se procede a su fabricación con los materiales indicados y se va haciendo realidad lo que los diseñadores han dibujado en sus ordenadores. Cada pieza construida se prueba por separado para comprobar que cumple con los parámetros de resistencia y rendimiento marcados en su diseño.
El chasis multitubular de acero de alta resistencia es la parte central del coche y sobre él se va montando el resto del mecano que supone un buggy del Dakar. El primer paso es unir a ese bastidor la cédula de seguridad de fibra de carbono. Este proceso de unión se realiza con unas resinas y pegamentos específicos. A este bloque central se atornillan los subchasis delantero y trasero -también tubulares de acero- y se monta el enorme depósito de combustible de seguridad de 400 litros de capacidad, necesarios para poder afrontar las maratonianas etapas del Dakar.
El siguiente paso es la instalación del sistema eléctrico, con la mayoría de su cableado, conexiones y centralitas electrónicas. El Peugeot 3008 DKR Maxi emplea tres: la principal (que recoge y procesa información de múltiples sensores en tiempo real), la que distribuye la potencia eléctrica a cada componente y la que gestiona el motor. Precisamente, el siguiente paso es instalar el bloque diésel del propulsor V6 biturbo.
Con el motor ya alojado sobre sus anclajes, se comienza a trabajar con los trenes de rodaje. Primero se acoplan los elementos de la suspensión, con sus diferentes brazos e impresionantes amortiguadores dobles. Las suspensiones son el apartado sobre el que más se ha trabajado este año para ganar estabilidad fuera de las pistas, un terreno que ha ganado peso en esta edición del Dakar. El resultado más visible es un aumento de vías de 20 centímetros debido a la nueva cinemática. Se han modificado tanto los triángulos de suspensión inferiores y superiores, como los grilletes y los árboles de transmisión. El trabajo en esta etapa finaliza con el montaje de los bujes, sobre los que se atornillan los frenos y las llantas; y en el eje delantero, la instalación de la dirección.
A continuación, el 3008 DKR Maxi recibe el conjunto del embrague y la caja de cambios, que se acoplan con el motor y con los árboles de transmisión. En paralelo, se va ensamblando el habitáculo con la enorme cantidad de elementos necesarios, desde los baquets y arneses de seguridad, a la columna de la dirección, pedalier y accionamientos del cambio y el freno de mano, pasando por toda la instrumentación que rodea a piloto y copiloto, desde la que controlan todas las funciones del coche y de la navegación. 
Antes del montaje de la carrocería de fibra de carbono se arranca el motor y se realizan diversas comprobaciones rutinarias para certificar que todo está a punto. Ya solo queda ponerlo en marcha y dar un pequeño paseo por las instalaciones de Peugeot Sport, antes de subirlo al camión que lo transportará al lugar elegido para realizar los primeros test. Antes de tomar la salida en la primera competición oficial, se habrán completado más de 18.000 kilómetros de pruebas entre Marruecos, Portugal y Francia, en los que se ponen a prueba todos los componentes en las condiciones más duras.
