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Prueba

Touareg: señor del desierto y la carretera

  • Probamos la versión 3.0 V6 TDI de 240 CV BlueMotion Technologies

Cuando en 2002 la marca de Wolfsburgo se adentró por primera vez en la categoría de los SUV de lujo, el Touareg era el modelo al que los demás miraban por encima del hombro. El nuevo. El recién llegado. A pesar de venir con carta de recomendación por ser pariente de un fenómeno como el Porsche Cayenne, sólo a base de ventas y buenas críticas fue ganándose el pedestal en el que está hoy.

En ese proceso ha tenido mucha culpa la apuesta incondicional que la marca, a través de su departamento de competición, hizo por convertir al Race Touareg en futuro dueño y señor del Dakar. La mejor forma de ganarse una reputación como todoterreno era ganando el raid de raids y aunque el abandono de Mitsubishi allanó su camino, ahora mismo no hay máquina más eficaz sobre tierra que el que han desarrollado los chicos de Kris Nissen.  

Hoy, nueve años, dos generaciones y tres dakares ganados después, Volkswagen no tiene absolutamente nada que demostrar como fabricante de vehículos todo terreno. Ya no puede hacer complejo alguno y el nuevo Touareg es fruto de esa madurez y esa autoconfianza, de ese pisar sobre seguro en este segmento tan exclusivo como excluyente.

En dos palabras

Hay dos palabras que definen el nuevo Touareg: lujo y versatilidad. Ésta última se emplea quizá muy a la ligera cuando las marcas alumbran un modelo o una versión, pero en el caso que nos ocupa, hablamos de un coche que es exquisitamente placentero en carretera y resuelto sobre terrenos más agrestes. Quizá la mayor conquista de esta nueva generación sea ésa: que ha mejorado en los dos capítulos que, como SUV, evalúan de cara a examinar su rendimiento dinámico. Con esta nota y con un sobresaliente en diseño, acabados y equipamiento, elTouareg vuelve allí donde se parte el bacalao de los todocamino Premium.

A efectos de diseño podemos decir que en Wolfsburgo hicieron un trabajo sensacional. Sobre gustos, ya se sabe… Pero lo que no se le puede quitar al nuevo Touareg es que su imagen advierte, uno por uno, todos aquellos aspectos en los que es capaz de dar un paso adelante respecto a la versión anterior. Mejores acabados, un comportamiento en carretera más berlina, un aspecto más ligero y afilado –en definitiva, más audaz- y, todo ello, conservando el poderío de un modelo que no deja de mirar con aire desafiante cualquier camino de tierra que se le cruce.

Más ágil

Como de su aspecto hablamos ya largo y tendido en la primera información que publicamos antes del verano, nos centramos en repasar todas esas sensaciones que es capaz de transmitir este pequeño gigante de 4,79 metros de largo, 1,94 de ancho y 1,7 de alto. Precisamente la variación de sus cotas ya nos dan una pequeña pista. El modelo de 2010 es 41 mm más largo, 11 mm más ancho pero 17 mm más bajo, mientras su distancia entre ejes es 38 mm superior. Un coche más tendido sobre la carretera, mejor preparado para una conducción en carreteras mixtas y que, no lo olvidemos, que pesa alrededor de 200 kg menos. No hablamos del comportamiento de una berlina deportiva en curva, pero tampoco debe ser ésa su meta. El Touareg es ahora mucho más neutral en asfalto a la hora de ir enlazando un viraje tras otro, pero si hay algo que brilla por encima de lo demás en carretera es su inmenso confort.

Al hilo de su comportamiento dinámico, la versión que probamos estaba impulsada por el motor ‘tres litros’ V6 TDI de 240 CV con el cambio automático de ocho velocidades. Una mecánica solvente en cualquier ámbito pero muchísimo más divertida con el selector del cambio en la posición ‘S’ o con control manual. Decimos esto porque en modo directo ‘normal’ tiende a penalizar las prestaciones en pos de unos consumos contenidos. En autopista es ideal, pero a la hora de ir en busca de curvas obliga a pisar el acelerador más de lo debido, incurriendo a su vez en un gasto de combustible mayor.

El modo ‘S’ nos da otra ventaja, y es que el cambio automático no tiende a recoger lo suficientemente el motor en reducciones como por ejemplo sí lo hace el DSG. En esa última posición del selector nos da una mayor dosis de freno motor que viene de perlas a la hora de parar el coche. Recordamos que esta transmisión es una de las grandes novedades del Touareg de 2010 y respecto a una convencional de seis, la séptima y octava relación reducen el nivel de revoluciones en un 34 por ciento con el consiguiente  ahorro no sólo de gasoil, también de gramos de CO2 a la atmósfera.

Con 240 CV y un poderío incuestionable, el nivel de consumo durante la prueba no superó la barrera de los ocho litros a los 100 km, aproximándose así a la media oficial de 7,4 que apunta la marca. Ayuda, y mucho, a mantener los niveles dentro de esos límites tan aceptables para un coche de su tamaño y su peso, la disponibilidad en esta versión del paquete BlueMotion Technologies, es decir, el sistema Start & Stop automático y el de recuperación de energía en la frenada.

Control y diversión

En tierra todo son alabanzas para el nuevo Touareg. Cierto es que nuestra incursión más allá de los límites que marca el asfalto fueron poco más que un entrante para las posibilidades de este coche en pistas de tierra, piedras o hasta arena. Pero si hay una conclusión clara, es que no se amilana ante nada. Y eso que la versión que hemos probado no disponía del paquete especial para llevar al límite las posibilidades de la tracción 4Motion del Touareg…

Lo que sí que montaba es el selector de modo ‘off-road’ –de serie en toda la gama-, que actúa sobre los sistemas ABS, EDS y ASR para adaptarlos a la conducción sobre superficies con un bajo nivel de agarre y que activa también un control de descenso de pendientes muy útil. Sin él, el Touareg suele circular sin problemas en pistas rotas con grava, rocas, tierra o arena, pero activándolo se gana en capacidad de control y, sobre todo, en seguridad a la hora de tener que echar pie del freno. Activado o desactivado este programa, el sistema de tracción total 4Motion es quien vela por disponer de un nivel de agarre óptimo en todo momento.

Clase y mucho espacio

En el interior podríamos decir que el Touareg ha mejorado en aquello que debía. Hablamos de un todocamino de carácter estatutario, con aire lujoso, así que desviarse de esa horma suntuosa con un toque mucho más deportivo, técnico o sencillamente moderno sería asumir riesgos innecesarios en un segmento en el que el cliente busca lo que busca.

¿Y qué busca? Clase, distinción, una cierta opulencia en cuanto a equipamiento y, por supuesto, un confort inmenso. El Touareg ofrece todo esto y lo hace en bastante mayor medida que el modelo que retira. El famoso nuevo ADN de la marca provoca mutaciones muy beneficiosas para el conjunto como el nuevo volante –mucho menos atrevido que el del resto de la familia Volkswagen-, los mandos y botones rediseñados y, en general, el nuevo aire Premium que se respira cuando se da un suave portazo para quedarnos a solas con él.

Hablar de espacio aquí es malgastar líneas de texto porque si algo sobra en este coche es eso. Para los ocupantes de las confortabilísimas plazas delanteras no hay lugar para las estrecheces y, detrás, la banqueta se puede desplazar longitudinalmente 160 mm modificando también el ángulo de inclinación de los respaldos. Si se prefiere plegarlos, se puede hacer automáticamente en pocos segundos sólo pulsando un botón. Como por arte de magia el maletero pasa de tener 520 a 1.642 litros.

Pero como ya subrayamos en el reportaje que le dedicamos a este modelo cuando Volkswagen Canarias lo presentó allá por el mes de junio, esta nueva generación se impone por goleada respecto a la anterior por su excepcional equipamiento. La unidad que probamos montaba de serie elementos tan dispares como las llantas de aleación de 18 pulgadas; el climatizador bizona ‘Climatronic’; el volante multifunción en cuero; el espejo interior antideslumbrante automático; el sensor de lluvia con activación automática de los limpiaparabrisas; el conjunto de sensores con sistema óptico de aparcamiento, además de los citados Start & Stop o el sistema de recuperación de energía en la frenada. Y como único opcional, el navegador, la guinda a una dotación al nivel de lo que se ofrece en un segmento como el de los SUV Premium.

Autor
Róber Martí
Periodista. Ha sido redactor del periódico Superdeporte así como en otros medios de especializados como Motor 2000 o Canarias Racing. Ha colaborado en Radio Marca, COPE y actualmente codirige el programa Motor en la Onda de Onda Cero Canarias.
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