Casi dos meses han transcurrido ya desde el apoteósico desenlace que se vivió en Cerdeña entre Sébastien Ogier y Thierry Neuville. Tiempo más que suficiente para que los dos pilotos que con más ahínco están peleando por el cetro de este disputado Mundial hayan podido cargar pilas y organizar las ideas de cara a una segunda mitad de temporada donde cualquier mínima circunstancias puede declinar la balanza a un lado o hacia el otro.
Por lo pronto, este fin de semana se suman otras tres pesas más a la báscula, de parte del equipo Toyota, que pueden alterar la situación actual –con Neuville líder por 27 puntos de diferencia sobre Seb–, antes de encarar a mitad de agosto el asfalto alemán. Después de una primera mitad de campeonato con luces y sombras, la escuadra de Tommi Mäkinen encara con plenas ambiciones los tramos de Jyväskylä, la tierra natal del Yaris WRC. Un escenario donde sus pilotos corren en casa –también el estonio Ott Tänak, acostumbrado a una orografía prácticamente calcada a la de Finlandia–, que el pasado año les deparó su segunda victoria de manos de Esapekka Lappi. La joven promesa que, poco a poco, se está convirtiendo en realidad.
Después de haberse consagrado en la pasada edición, cuando un fallo de motor truncó el doblete que había liderado hasta ese momento su entonces jefe de filas, Jari-Matti Latvala, el joven finlandés –cuarto del Mundial, a sólo 7 puntos de Tänak– sale a por todas este fin de semana, lo mismo que su compatriota, y casi coetáneo, Teemu Suninen. Otra de las revelaciones del último Mil Lagos, que llega ya más rodado esta vez al volante de un Ford Fiesta WRC con el que el pasado año, a estas alturas, acababa de hacer su debut un mes antes en el denostado Rallye de Polonia.
M-Sport ha incorporado mejoras a su coche durante estas semanas de vacaciones, acoplando un nuevo paquete aerodinámico, en cierto modo, semejante al del Yaris WRC, que, sin embargo, no equipan ni la unidad de Suninen ni la de Elfyn Evans –segundo el pasado año–; de momento, solamente, Sébastien Ogier. El campeón en título que necesita dar este fin de semana un golpe de efecto al campeonato en un rallye donde el pasado año protagonizó el único accidente propiamente dicho que ha sufrido hasta la fecha a bordo del Ford.
Aunque fue allí donde empató por primera vez al galo en el liderato del Mundial, la edición precedente del Mil Lagos no fue tampoco demasiado propicia para Thierry Neuville, ni en general para el equipo Hyundai, que erró con la puesta a punto de sus coches y tuvo que penar durante todo el fin de semana sobre un terreno donde los coches coreanos no han brillado demasiado hasta el momento. Un histórico que tratará de reconducir este fin de semana tanto el belga como sus compañeros de equipo, Andreas Mikkelsen y Hayden Paddon, bregado hace un par de semanas en los tramos análogos del Rallye de Estonia.
Citroën envió también a correr allí a Craig Breen, quien, de alguna manera, ha tomado las riendas del equipo después de que, a la vuelta del Rallye de Portugal, el nuevo jefe de la estructura, Pierre Budar, decidiera defenestrar a Kris Meeke. El joven irlandés, una de las sensaciones del Mil Lagos de hace dos años, cuando acabó tercero a bordo de un DS3 como el que coronó el piloto del Ulster ese mismo fin de semana, encabeza, junto a Mads Ostberg, la alineación de un equipo al que se suma también para este rallye su benefactor, Khalid Al Qassimi.
Por su parte, Ole Christian Veiby encabeza el escuadrón del WRC2, tan nutrido como suele ante una cita como el Mil Lagos, en la que Kalle Rovanperä tratará de brillar por primera vez delante de su público frente a otros pilotos bregados ya por los tramos de Jyväskylä, como sus compatriotas Jari Huttunen y Jarkko Nikara, el galo Stéphane Lefebvre, o los japoneses que está tutelando Toyota: Takamoto Katsuta –vencedor en Suecia– e Hiroki Arai.
También se sumará al grupo el mexicano Benito Guerra, inscrito nuevamente junto a Borja Rozada –reciente ganador del Rallye de Ferrol–. El único español presente en esta edición de un Mil Lagos que se postula, nuevamente, como una de las citas más vibrantes de todo el Mundial.
