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Prueba

GTI vs. GTD: mismo espíritu, caracteres distintos

  • Las versiones gasolina y diesel más deportivas del Golf, mano a mano
  • Aunque su aspecto es casi idéntico, el caracter de uno y otro difiere

Quince años después de su extinción, Volkswagen recupera unas siglas que además de ordenar en un mismo archivador pero en cajones diferentes dos de sus vehículos deportivos de mayor solera, les permite reconciliarse con los seguidores más puristas del GTI, los mismos que nunca llegaron a aceptar que una versión con motor diesel portara estas siglas.

Con la sexta hornada del Golf y la última generación de motorizaciones de inyección directa tanto de gasolina como gasoil todo parece encajar como un puzzle. El GTI es el GTI y la versión diesel más rabiosa ha alcanzado tal nivel de sofisticación y excelencia que se ha ganado a pulso ingresar en la saga del compacto deportivo alemán, aunque sea con la denominación GTD.

El Golf GTI ya lo conocen. Motor TSI de inyección directa de gasolina sobrealimentado con 211 CV de potencia y un par máximo de 280 Nm que es capaz de lanzarlo hasta los 240 kilómetros/hora de punta y de alcanzar los 100 km/h desde parado en tan sólo 6,9 segundos. Un auténtico generador de sensaciones que gracias a su chasis deportivo con suspensiones rebajadas y, sobre todo, al diferencial electrónico de deslizamiento XDS logra unos índices de dinamismo que nada tiene que envidiar al ‘pata negra’ de Volkswagen, el Scirocco.

El Golf GTD era hasta el lanzamiento del nuevo Polo, la última apuesta de Volkswagen en este 2009, por ello nos vamos a detener un poco más en su imagen y equipamiento. Desde fuera se hace patente ese parentesco tan estrecho que hay entre la versión diesel y la gasolina. Así, la línea exterior es idéntica, con la salvedad de que el ribete que remata las dos baldas del frontal son cromadas en lugar del rojo vivo del GTI. Cambios sutiles que mantienen intacta la garra de un coche cuya imagen es toda una declaración de intenciones de lo que sucede cuando se gira la llave para dar vida a su corazón de 170 CV. En su espalda, el difusor trasero recibe pequeños cambios, aunque lo que más rápidamente lo identifica, es la doble salida de escape en el lado izquierdo y no a ambos extremos como en el gasolina.

Ese canje de colores que se apreciaba en el frontal se da también en el interior. El rojo de las costuras del volante, del tapizado y hasta de las inserciones de la palanca del cambio del GTI se sustituyen en el GTD por un gris claro muy elegante. Y como fuera, los genes se mantienen intactos en detalles como el volante con base plana, los pedales de aluminio o los asientos deportivos cuyo nivel de sujeción lateral sólo es equiparable a su confort.

Primos hermanos

Pero en marcha, tanto las similitudes como las diferencias salen a flote. La base del chasis es idéntica en ambos vehículos, si bien en el GTD tanto las suspensiones como las barras estabilizadoras han sido modificadas para adaptarlas al mayor peso del motor diesel. Este detalle y la no inclusión en la versión de gasoil del celebrado diferencial de deslizamiento limitado XDS, que sí monta el GTI, hacen cierta mella en su estabilidad en frenada y en agilidad de paso por curva. Aún así, en una conducción exigente pero sensata, el nuevo Volkswagen Golf GTD cumple con lo esperado de él. El motor TDI ‘common rail’ de 170 CV y 350 Nm de par máximo fascina por su extraordinaria fuerza y por unas prestaciones  -más de 220 kilómetros/hora de punta y una aceleración de 0 a 100 en 8,1 segundos- que no están en absoluto en consonancia con su cifra de consumo medio: apenas 5,3 litros de combustible. Además, respecto a otros diesel de inyección directa, el ‘common rail’ dos litros de 170 CV sorprende con un comportamiento muy refinado.

El comportamiento en marcha del GTI es de un fuera de serie para tratarse de un deportivo que no es sino una derivación de un compacto de gran serie. El XDS y sus suspensiones más rudas que las del GTD ayudan a la hora de lograr un paso por curva más eficaz y sensitivo, pero en un uso normal es menos confortable que su hermano de gasoil.

En resumen, el nuevo Volkswagen Golf GTD se beneficia de una imagen prácticamente idéntica a la del GTI pero aunque difiera tanto en el comportamiento de su motor como el de su bastidor, ambas desigualdades no son un defecto, sino una gran virtud para muchos conductores.

Autor
Róber Martí
Periodista. Ha sido redactor del periódico Superdeporte así como en otros medios de especializados como Motor 2000 o Canarias Racing. Ha colaborado en Radio Marca, COPE y actualmente codirige el programa Motor en la Onda de Onda Cero Canarias.
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