Si la de ayer resultó especialmente movida para el equipo Hyundai, la etapa de hoy lo ha sido casi tanto para sus homólogos de Toyota, que, en sólo dos tramos, han pasado de ver cómo Jari-Matti Latvala llegaba a comprometer el liderato de Ott Tänak, condicionado por un problema de frenos durante toda la mañana, a despedirse de un triplete histórico tras la primera especial vespertina, en la que el finlandés ha roto un amortiguador, viéndose obligado a abandonar minutos antes de que su jefe de filas finalizara también la jornada con la suspensión dañada.
Aún así, y a pesar de que previamente se haya marcado un trompo, el estonio continúa como líder del Rallye de Portugal, respaldado por su compañero Kris Meeke, con 9 segundos de margen sobre Thierry Neuville, autor de dos scratch esta tarde, que le han puesto en el punto de mira, con vista a los cinco tramos programados mañana (entre ellos, el mítico Fafe), el alerón de ambos Yaris WRC.
Sébastien Ogier, al que le ha tocado salir con dos coches de diferencia respecto a su principal rival, después de que Dani Sordo y Sébastien Loeb hayan penalizado a propósito para evitar limpiar la carretera al francés, no ha podido contrarrestar en el segundo bucle la cabalgada de Neuville, situándose cuarto, a 21 segundos de la cabeza.
Su compañero en Citroën, Esapekka Lappi, figura a continuación, seguido por los dos hombres de M-Sport, Teemu Suninen y Elfyn Evans, y por el nuevo líder de la categoría R5, Kalle Rovanperä. El joven finlandés domina ahora la situación con solvencia, respaldado por un minuto de ventaja sobre su compañero en las filas de Skoda, Jan Kopecky.
Ambos han pasado a comandar la general cuando el Volkswagen Polo GTI R5 que encabezaba la clasificación desde ayer, en manos de Ole Christian Veiby, haya sufrido un conato de incendio que, unido al desencadenado ya ayer sobre la unidad que pilota Pedro Meireles, haya hecho saltar todas las alarmas al cuerpo técnico de Hannover.
