COCHES
Prueba

Golf GTI TCR: Para los amantes de la saga GTI

  • Con 290 CV, se queda a veinte de la cúspide en prestaciones: el Golf R
  • Buena parte de su razón de ser se oculta bajo el capó
  • De 0 a 100 km/h en 5,6 segundos

Toda una buena saga ha de cerrarse en alto. Y, también, toda buena saga se cierra… hasta que llega una nueva entrega. La séptima generación del Golf no podía tener mejor colofón que una de las versiones más deportivas de su GTI. El Golf GTI TCR ha venido para quedarse, de hecho, en la hoja de ruta del Golf VIII, Volkswagen ya tiene programado el lanzamiento de esta nueva variante.

Sobre el papel, se trata de la versión de calle del creado por Volkswagen Motorsport para competir en el campeonato TCR de turismos. Una excusa para engrandecer la leyenda de las siglas ‘Gran Turismo Injection’ y, también, para llegar a lo más profundo del corazón de sus miles y miles de fans. Motorenlínea.es lo probó hace algunas semanas y, como toda variante de altas prestaciones del compacto de Volkswagen, nos ha gustado. Y mucho.

No es el Golf más potente. Por encima ha quedado el Golf R de 310 CV, una versión que tildamos de “excitante, radical y adictiva” por las sensaciones tan carentes de filtro que nos proporcionó. El GTI TCR, con 290 CV, se queda a 20 CV de esa cúspide, pero supera en unos más que notables 45 CV al GTI Performance y en 25 CV al GTI Clubsport que en su variante S también alcanzaba los 310 CV. Además, en prestaciones no le va a la zaga al R y su deliciosa línea bien vale un sitio en el Olimpo de los compactos de altas prestaciones.

Ese aire distintivo le viene del paragolpes frontal con unos embellecedores en negro brillante que marcan la posición de las tomas de aire laterales que alimentan los radiadores adicionales que –como en el Golf R– mejoran la refrigeración del motor. El spoiler frontal, siempre en negro, hace más agresivo el rostro de esta versión. Si el GTI TCR no es ya lo suficientemente imponente, esta unidad montaba las llantas de aleación Reifnitz de 19’’ opcionales (de serie miden 18’’). En la espalda, lo más llamativo es el gran difusor que, como en los coches de competición, abarca todos los bajos y a través de él se abre paso la doble salida del sistema de escape. Es cierto que, frente a algunos de sus rivales, el Golf GTI TCR vuelve a pecar de sobrio en un alerón posterior que pasa muy desaperdibido. Demasiado. Las carcasas de los retrovisores están acabadas en negro mate, a juego, precisamente, con esas llantas y con el vinilo lateral con un patrón de panal de abeja.

Pero buena parte de la razón de ser del GTI y de esta versión con la que se despide hasta la próxima generación se oculta bajo el capó. El motor 2.0 TSI turbo de inyección directa de gasolina aporta 290 CV entre las 5.000 y las 6.800 rpm y 370 Nm de par entre las 1.600 y las 4.300 rpm. Cifras ‘serias’ que se traducen al asfalto en un estampido de fuerza a través, exclusivamente, del tren delantero y con la ayuda de un bloqueo del diferencial tan oportuno como necesario.

Porque la capacidad de aceleración (de 0 a 100 km/h en 5,6 segundos) es extraordinaria y el hecho de recaer toda la responsabilidad sobre el eje anterior –a diferencia del Golf R que cuenta con el comodín de la tracción total 4Motion– requiere de este componente cuyo control es electrónico. Al fin y al cabo, Volkswagen es coherente en la escalada de potencia que ha ido experimentando el Golf al trazar el árbol genealógico de esta séptima generación: a más caballos, más radicalidad y el GTI TCR lo cumple.

Sólo hay que ponerse en el papel. Adiós a los modos ‘Eco’, ‘Normal’ o ‘Comfort’, hola modo ‘Sport’, palanca del cambio abajo del todo, en la posición ‘S’ y... ¡a disfrutar! El cambio DSG de siete velocidades siempre es un buen cómplice pero, como hemos dicho en multitud de ocasiones, nunca deja de sorprender su versatilidad. Siempre en la marcha adecuada, aportando ese punto de nervio que requiere cada situación y recogiendo cuando toca acompañando el proceso de un ‘toque de gas’ que hace aún más audible la línea de escape. Esa posición del selector de perfiles de conducción influye también en la firmeza de la dirección y en la suspensión adaptativa (DCC).

El motor es una verdadera bomba y Volkswagen ha acertado al mantener ese autoblocante mecánico de control electrónico que mejora la motricidad en curva y proporcionarle un equipo de frenos más potente. Tanto que la primera sensación es que tiende a bloquear con rapidez, aunque en realidad no sea así. Las unidades con las llantas de 19’’ traen bajo el brazo la suspensión adaptativa –que es opcional en las que montan las de 18’’–, y el chasis deportivo que rebaja la carrocería en 20 mm. Más ingredientes que redundan en ese temperamento y esa radicalidad perfectamente medida.

Dicho todo esto, es cierto que si queremos hacer del Golf GTI TCR un coche compatible con la monotonía del día a día (algo de lo que siempre ha presumido el GTI), conviene recurrir con frecuencia a los modos ‘comfort’ y ‘eco’ porque la dureza de la suspensión hace estresante la conducción en determinadas vías y porque el consumo se dispara. Gajes de ser el Golf más próximo a los TCR cuyo hábitat natural son los circuitos.

Al final de la partida, el Golf GTI nos deja una vez más rendido a sus pies. El apellido TCR aporta una presencia aún más dominante (aunque no tanto como el Honda Civic Type R) y matices considerables como esos 290 CV y una potentísima frenada; un yin y un yang que mantiene ese encomiable equilibrio del que hace gala la versión de altas prestaciones del compacto alemán y que hace de su conducción toda una experiencia.

Ahora que el Golf VIII está en camino, el reto en Wolfsburgo no es mejorar las cotas de dinamismo alcanzadas por los últimos fogonazos de la séptima generación a través del Golf R o este Golf GTI TCR, sino simplemente igualarlas.

Denominación de origen

Cada primavera, la localidad austriaca de Wörthersee es punto de peregrinación para miles de amantes del tuning y del espíritu que emana de los coches que encajan con la etiqueta GTI. Volkswagen y su brazo ‘premium’ Audi han sabido capitalizar el tirón de este festival y suelen reservarse alguna presentación hecha a medida de su público. El pasado año presentaron el Golf GTI TCR aún en su fase ‘concept’ (un mero formalismo porque era idéntico al que ha acabado comercializándose) y el éxito fue arrollador. Finalmente, se ha lanzado como una edición limitada de 290 unidades cuyo precio en Canarias es de 36.200 euros.

Espíritu GTI

Son pocos los detalles que aportan identidad al interior del GTI TCR, pero muy efectivos. Nada más abrir las puertas, el emblema TCR se proyecta sobre el suelo; la iluminación también desempeña su papel y, cómo no, en color rojo, en los umbrales de acero inoxidable de las puertas y los paneles. El revestimiento de los asientos es exclusivo para esta versión y se caracteriza por un grabado especial en la sección de cuero superior y por una tira decorativa vertical con un patrón típicamente GTI. El rojo se repite en muchos de estos elementos, así como en las costuras del volante y el pomo del selector del cambio.

Autor
Róber Martí
Periodista. Ha sido redactor del periódico Superdeporte así como en otros medios de especializados como Motor 2000 o Canarias Racing. Ha colaborado en Radio Marca, COPE y actualmente codirige el programa Motor en la Onda de Onda Cero Canarias.
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