Como los delanteros en mala racha, parecía que Jan Kopecky había perdido su instinto killer. Relevo lógico y natural de Juho Hänninen al frente del proyecto de Skoda Motorsport en el Intercontinental Rally Challenge, pero la victoria se le ha resistido hasta ahora, en el mismo lugar en el que en 2010 estuvo a punto de lograr la última.
A Kopecky y Stary se les escapó el Rally Zlín 2010 de la República Checa, su casa, entre los dedos a consecuencia de una salida de carretera, un detalle que alargó su sequía de triunfos desde mayo de 2010, o lo que es lo mismo, desde el Rally Islas Canarias de aquella temporada. A pesar de llegar a su país pudiendo sentir toda la presión del mundo, el oficial de Skoda ha sacado pecho haciendo gala de unos nervios de acero, resistiendo estoicamente los ataques de un Freddy Loix que llegó a estar a un solo segundo de él.
Líder del rally desde que se anotó su primer scratch en el tercer tramo e, ininterrumpidamente, hasta el decimoquinto y último, a Kopecky se le complicó la carrera cuando nada más empezar la etapa del domingo llegaba a la meta del TC10 (Maják, de 26,9 km) con problemas de dirección asistida. El noruego Andreas Mikkelsen (Skoda Fabia Súper 2000), quinto de la general después del pinchazo que sufrió el sábado, era el más rápido en esa fase de la carrera, pero para el checo el peligro tenía nombre y apellido belga: Freddy Loix.
El de BFO ya había cerrado la primera etapa empatado con Juho Hänninen, líder del IRC y autor del primer scratch del rally checo. Espoleado por ese mano a mano, su crono lo metió de golpe en la pelea por la victoria al coincidir con los peores momentos de Kopecky. Sus casi veinte segundos de colchón se esfumaban de un plumazo y quedaban en 5,6 y bajando. 3,7 en el undécimo tramo, uno en el duodécimo… Sólo la finalización de esa primera sección de las dos que se iban a disputar detuvo la sangría y al volver a los tramos Kopecky se armó de temple y, décima a décima trató de levantar de nuevo su ventaja.
Pero Loix estaba muy crecido y no se lo puso fácil. Mikkelsen volvía a ser el mejor en los tramos 13 y 14, pero Kopecky ganó un segundo más que, ni mucho menos, le aseguraba la victoria de cara a la última especial. Pero a pesar del peligroso precedente de 2010, el oficial de Skoda no cayó presa de sus propios nervios y amortiguó la pérdida de segundos en Halenkovice (24,37 km) hasta unas asumibles ocho décimas que dejaban su ventaja final en 1,2’’. Era su segunda victoria en casa tras la lograda en 2009.
Juho Hänninen no pudo esta vez seguir el ritmo de sus compañeros de marca, pero su tercera posición sigue manteniéndolo en la locomotora de la clasificación del IRC a falta de sólo cuatro citas para el final de la temporada. Quien lo tiene más complicado después del paso por la República Checa es el francés Bryan Bouffier. El ganador en Montecarlo se mantuvo a estela de los puestos de podio después de la primera etapa, llegando a anotarse incluso un scratch, pero nada más arrancar la segunda tuvo un accidente cuando era cuarto muy cerca de Loix. Esos cero puntos abren una pequeña brecha en sus aspiraciones al título.
Así las cosas, la cuarta posición fue para Thierry Neuville (Peugeot 207 S2000), algo comedido en su segunda participación en Zlín pero sumando unos puntos importantes en esta temporada trufada de abandonos y resultados muy brillantes para él. Andreas Mikkelsen (Skoda Fabia S2000) estuvo muy cerca de dar caza al belga de Kronos Racing y su destino en este rally habría sido otro de no haber pinchado en el TC8 y hacer un trompo en el TC12. Aún así, sus cuatro scratch de los seis posibles en esa etapa final lo dejaron a las puertas de esa cuarta plaza y demostrando una vez más que es uno de los rookies del año en el IRC.
Y ya que hablamos de jóvenes con un futuro prometedor, el irlandés Craig Breen, el mismo que le arrebató por poco la victoria a Yeray Lemes el pasado Rally de Alemania en la WRC Academy, se quedó cerca de levantarle la sexta posición a Toni Gardemeister (Skoda Fabia S2000) con un Ford Fiesta Súper 2000. Otro antiguo rival del lanzaroteño en el J-WRC, Karl Kruuda (Skoda Fabia S2000) acabó décimo por detrás de Roman Kresta (Skoda Fabia S2000) y de Per Gunnar Andersson (Proton Satria Neo S2000), éste último después de sufrir una infinidad de problemas en forma de pinchazos, trompos y salidas de carretera. Guy Wilks (Peugeot 207 S2000), que llegó a pisar posiciones de honor y que marcó un scratch en la segunda especial del rally, acabó abandonando por problemas de motor a falta de dos tramos.
