A pesar de que ahí fuera siguen cayendo chuzos de punta, en Kia Motors continúan con su propia revolución. Por increíble que parezca, el Venga, el primer coche que probamos en MotorEnLinea.es en mayo de 2010 sólo unas semanas después de su lanzamiento, está a punto de convertirse en el más veterano de la gama del fabricante coreano. En breve, antes de que lleguen las Navidades, el Rio recibirá su merecido y esperado reemplazo con una cuarta generación que es pura dinamita.
Y es que si los Sorento, Sportage y Picanto ya nos habían dejado con la boca abierta, Peter Schreyer –diseñador jefe de la marca- y todo su equipo han puesto mayor firmeza si cabe en la refundación de este segmento B, casi C. Cuando el Rio llegó al mercado tuvo la desgracia de hacerlo en el preciso instante en el que Kia empezaba a mostrar orgulloso los bocetos definitivos del cee’d. El compacto coreano fue la espoleta de una nueva etapa de la que se quedó descolgado el Rio. Tenía el diseño y la inspiración de la vieja filosofía low cost de la marca y aunque tuvo su mercado, pronto se quedó como el patito feo de la familia.
Pero como en el cuento, el patito se ha hecho cisne y, quizá como premio a su paciencia, esta cuarta generación sublima todo aquello que define a la nueva generación Kia: corte europeo, deportividad con estilo, personalidad, espíritu urbanita, un equipamiento acorde con su tiempo y mecánicas muy eficientes. Por su paciencia, pero sobre todo, porque bajo las condiciones actuales del mercado, son coches mundanos, funcionales y pequeños como éste los que parten la pana y si encima lo envuelves de un diseño como el del nuevo Rio, de una mecánica a prueba de bombas, una garantía de siete años y un precio muy contenido, el éxito está asegurado.
El nuevo Rio será un éxito y por ello en los concesionarios se están frotando las manos. Pero aún habrá que esperar algunas semanas para que entre finales de noviembre y las fechas navideñas desembalen las primeras unidades.
Carácter propio
Por todo lo que hemos explicado antes, el Rio es el coche que mejor ilustra el viaje que ha seguido Kia Motors para reinventarse como fabricante de automóviles. Poniendo una al lado de otra a la tercera y a la cuarta generación es casi imposible encontrar un solo punto en común salvo –y también es distinto- el emblema de la calandra. Empezando por su diseño, una ejecución perfecta de un estilo que venía mascullándose desde el Soul y que Sportage y Picanto pulieron hasta encajar perfectamente en el Rio.
El frontal es el más y mejor equilibrado, con la parrilla más estrecha y agresiva, los grupos ópticos –con diodos LED integrados para la luz diurna- alargándose en busca del parabrisas y, en el capó, unas sutiles nervaduras que le aportan un gran carácter. Lo mismo que el paragolpes, con una sección inferior dividida en tres partes, la frontal para servir como fuente de alimentación de aire fresco al radiador y las de los extremos, para encajar con estilo los faros antiniebla.
A diferencia de otros vehículos del segmento B que se han dejado seducir por perfiles más de monovolumen, el Rio se va por la tangente con una silueta claramente cupé. La caída del techo y la luna trasera reducida a la mínima expresión no dejan lugar a dudas, y eso que estamos hablando en todo momento de la versión de cinco puertas, porque la que será la más deportiva, la de tres, llegará entrado 2012. Y si la calandra dentada es el estribillo que se repite en el frontal de cada Kia, en el lateral, lo es la compleja línea dinámica en forma de álabe que subraya el aspecto de cuña del nuevo Rio.
También en sus medidas no hay paralelismo alguno con el modelo que por fin jubila. El de 2011 mide 4.045 mm de largo (+55 mm), 1.720 mm de ancho (+25 mm) y tiene una batalla de 2.570 mm (+70 mm), mientras que la altura se ha reducido en 15 mm (1.455 mm) en línea con ese aspecto más cupé que comentábamos arriba. El maletero, al ganar en anchura, amplía su volumen en un 7 por ciento hasta los 288 litros. Aunque por cotas es evidente que la etiqueta ‘B’ entra con calzador, el Rio seguirá estando un peldaño por debajo del cee’d, un coche que cuando se reedite por completo –hasta ahora sólo ha sido objeto de un par de facelift- tendrá que añadir un plus de deportividad y carácter para volver a marcar distancias con él.
Más equipamiento y mayor eficiencia
La hoja de ruta de Kia en esa metamorfosis de sus modelos ha influido también en el nivel de equipamiento. Aunque estamos a la espera de que la importadora para Canarias defina con exactitud qué incluirá cada una de las versiones, se habla de llave inteligente, arranque con botón start/stop, radio RDS con lector MP3 y entradas auxiliares para iPod y USB, manos libres bluetooth, control de crucero y climatizador. En materia de seguridad, en otros mercados cuenta con seis airbags y reposacabezas activos, junto a otros sistemas como el control electrónico de estabilidad, las luces de giro delanteras, el sensor de aparcamiento trasero y el control de presión de neumáticos que, bien podrían ser opcionales o estar asociados a un nivel de acabado.
Sobre las motorizaciones, de momento desde Kia Motors Canarias nos han confirmado que, desde su lanzamiento en diciembre, estará disponible el 1.2 con doble distribución variable CVVT de 86 CV de potencia y, más adelante, el pequeño tricilíndrico diesel 1.1 CRDi de 75 CV. Las versiones serán dos: Style y Style Plus, y el rango de precios irá desde los 10.995 hasta los 18.495 euros.
Como ya es norma en Kia, habrá disponible una línea de bajo consumo denominada ‘Eco-Dynamics’ y que incluye el sistema de arranque y parada automático del motor ISG, control avanzado del alternador, neumáticos con baja resistencia a la rodadura, un compresor inteligente de aire acondicionado, indicador de cambio de marcha y pequeñas mejoras para reducir el peso. Con este conjunto de soluciones, el Rio 1.1 CRDi consume sólo 3,2 litros cada 100 km y emite sólo 85 gramos de CO2, un récord incluso en su categoría.
