No vamos a descubrir nada si decimos que la crisis nos privó, de golpe, de uno de los mejores pilotos del Campeonato de Canarias de Rallys. José Antonio Torres firmó dos temporadas brillantísimas en 2005 y 2006 haciendo imbatible un coche que, si bien está lejos de su mejor forma, no volvió a ser tan rápido como lo fue en sus manos. Sólo el empeño y el esfuerzo de un grupo de amigos –así llama él a sus patrocinadores- lo rescató del olvido subiéndolo de nuevo en el Renault Clio R3 en el Rally Villa de Adeje y él los premió con un podio que no entraba en sus planes.
Entonces aceptó la invitación con la educación y la sonrisa de oreja a oreja que siempre le ha caracterizado, pero por dentro sentía una enorme responsabilidad. “Estuvimos tres años parados y era frustrante tener que cortar allá donde antes pasaba a fondo. No tenía esa confianza que hace falta y aunque tuve la suerte de acabar en tercera posición, me veía sin ritmo”.
El buen resultado y sobre todo la ilusión de hacer lo que más le gusta en este mundo en el rally bandera de su isla natal, que además ganó en su edición de 2006, hizo que volviera a subirse con Mahy García en el Clio R3. Otra vez con la mosca detrás de la oreja, temiéndose que no volvería a tener las sensaciones que tuvo en el pasado, y más aún cuando amaneció con el primer tramo de ‘Los Loros’ totalmente empapado. Sin embargo, cuando le dieron la cuenta atrás y empezó a hilvanar curvas, algo había cambiado respecto a mediados de septiembre. “Quizá fue el enlace tan largo, no lo sé. Estaba muy mojado y, por supuesto, vas muy lento, sin probar los apoyos del coche. Pero salí con ritmo y cuando llegué a meta sabía que había hecho un buen tiempo. A partir de ahí no fue ninguna sorpresa vernos arriba”.
El rosario de abandonos en que se convirtió este 37 Rally Isla de Tenerife allanó el camino al eliminar primero a Juan Luis Cruz-Carlos Arocha y, después, a Víctor Delgado-Alberto Jabato, pero cuando tocó plantar cara desde la tercera posición a Eduardo Domínguez y Dailos González, José Antonio y Mahy lo hicieron. “Ni Juan Luis ni Víctor eran alcanzables, eso está claro. Pero el ver que un tramo tan delicado como el primero nos había salido tan bien nos dio fuerzas para seguir con ese ritmo. Nos divertimos muchísimo”, reconoce.
Las sensaciones fueron tan buenas que José Antonio se siente “como un pibe de 18 años con el carné nuevo de paquete en el bolsillo”. Se ha reencontrado con un deporte que ama y que le ha hecho quien es y si ha vuelto a enamorarse de los rallys es porque, afirma, “ya no me acordaba de lo que era correr un rally sin levantar el pie de la chapa desde el principio y hasta el final”. “No hay nada como correr con un coche de carreras. Nada me satisface en el mundo más que competir y por supuesto que me gustaría seguir haciéndolo”. Pero don dinero manda y si bien tal y como pinta el panorama del Campeonato de Canarias de Rallys, 2012 puede ser un año propicio para los modestos, Torres depende de dos cosas: “primero, de conseguir un presupuesto para poder correr, pero también de otro para poder rehacer el coche”. Y es que el Clio R3 ha llegado pasado de kilómetros a este Rally Isla de Tenerife y el piloto de Arona no quiere arriesgar. A pesar de las dificultades avisa que “por intentarlo no va a ser”.
Foto: Carlos Martín
