Es una de las buenas noticias que traerá consigo el XXXVII Rally de Maspalomas, penúltima cita del regional canario de asfalto y última del provincial de Las Palmas. En éste último Miguel Cabral y Jacob Páez habrían tenido mucho que decir, pero un desgraciado accidente en el séptimo tramo del Rally Villa de Santa Brígida, el que abrió fuego esta temporada, le ha obligado a ver los toros desde la barrera hasta el próximo día 25 de noviembre.
“En un principio esperábamos salir en el Rally Villa de Teror, pero las cosas de palacio van despacio, y fue imposible. La semana que viene lo probaré en el Circuito de Maspalomas, haremos un par de kilómetros para ajustarlo de suspensiones, pero la verdadera prueba será cuando empiece la carrera”, ha declarado el de Mitsubishi, que ha necesitado ocho meses para volver a levantar del suelo el Lancer Evo VI Grupo A que quedó muy dañado tras la salida de carretera. “Ha sido muy laborioso todo, pero está quedando muy bien y espero que esté en la misma línea de competitividad que conseguimos en las dos últimas temporadas”.
Cabral ha reconocido en Radio Canarias que en los momentos y días posteriores al Rally Villa de Santa Brígida había decidido dejar la competición, pero “gracias a la ayuda de la familia, a los amigos y a los aficionados, al final me animé a seguir adelante”, afirmó el piloto de Teror, que cree que necesitará algún tiempo para volver a ser el mismo. “Nos va a costar un poquito, así que este rally lo emplearemos para ir afinando el coche y para volver a coger confianza de cara ya al año que viene”.
Dicen que para un piloto de cualquier disciplina del motor, el peor accidente es el que sucede sin una razón aparente. Eso fue lo que dejó muy tocado en un principio a Miguel y Jacob. “Siempre he dicho que si pasara mil veces por ese rasante, mil veces habría hecho lo mismo. Al principio no lo entendíamos, pero lo cierto es que durante el rally los neumáticos traseros habían estado rozando el chasis y estamos seguros de que al aterrizar tras el rasante, hicieron tope y se bloquearon. Fue como si hubiéramos tirado de freno de mano y todo encaja. Son cosas que pasan en las carreras y no hay que darle más vueltas”, concluyó.
