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Porque soñar es gratis, de momento...

  • Su homologación FIA se prevé para principios de la temporada 2011
  • En su desarrollo ha participado el equipo HWA AG del DTM

Si ya imponía como el coupé superdeportivo que es, en su versión carreras cliente el Mercedes-Benz SLS AMG GT3 da, si no miedo, respeto. Se sabe poco o nada de sus prestaciones, pero su simple aspecto es el de un devora récords dispuesto a borrar del mapa todo rival que se le ponga en medio, ya sea italiano, alemán, japonés o chino.

Como suele ocurrir en estos casos, en la marca de Stuttgart han sabido rodearse de lo mejor. Junto a la colaboración hombro con hombro de AMG –que ya había capitaneado todo el desarrollo del SLS AMG-, esta versión GT3 ha sido tocada por la varita mágica de HWA AG, es decir, del equipo que se encarga de la preparación de los Mercedes-Benz del DTM. Hablamos por tanto de un verdadero coche de carreras con todo lo que ello implica. Entre otras cosas, que el fastuoso interior mezcla de cuero y carbono pierde cualquier resquicio de confort. Seguridad, ligereza y funcionalidad, lo demás sobra.

Aunque la búsqueda de prestaciones y las leyes de la aerodinámica han esculpido y moldeado la forma del SLS AMG GT3, el resultado es conmovedor. El labio en carbono y la gran entrada de aire del capó endurecen el gesto de uno de los coupé más bellos del mercado. En el perfil, lo más sobresaliente es el nuevo faldón lateral y, detrás, el descomunal alerón trasero regulable y, casi a la par, el gran difusor que recorre toda la base. Y por supuesto, en esa metamorfosis de bella obra de arte a máquina de precisión implacable, el SLS AMG GT3 no ha dejado en su crisálida su principal seña de identidad, las puertas en forma de “alas de gaviota”.

La relación de esta saga con la alta competición no es nueva ni forzada. Ya en 1952 el 300 SL, el primer modelo que se ganó esa denominación gracias a la forma de sus puertas ya se hizo con un pedacito de historia al ganar la carrera Panamericana. Ahora sus miras casi no tienen límites, por ello los retoques en el bastidor alcanzan puntos vitales como las suspensiones, en esta versión ‘carreras cliente’ regulables en altura, en dureza de compresión y extensión. También el ángulo de inclinación se podrán ajustar a las preferencias del piloto o a las características del circuito que pise.

Medio millón de dólares

Los frenos están fabricados en composite (una combinación de fibra de carbono y kevlar) y el sistema ABS se ha ajustado a ese uso tan extremadamente radical. Las llantas son obra y gracia de AMG y, por supuesto, con monotuerca. Del motor no hay noticias, pero recordamos que la versión de serie dispone del V8 de 3.3 litros, una joyita de 580 CV de potencia y que en el GT3 irá acoplado a una caja secuencial de 6 velocidades.

Llegará a manos de sus clientes/pilotos con la jaula de seguridad instalada, asientos baquet y cinturón arnés de seis puntos de anclaje. Su fabricación y montaje es casi artesanal, como pueden apreciar en el video de nuestra sección multimedia. ¿El precio? En este tipo de coches es lo de menos, pero para los que les interese, rondará el medio millón de dolares o, lo que es lo mismo, algo más de 403.000 euros.

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