En un momento en el que lo que prima y lo que se ve bien es la compra inteligente, Audi tenía casi la obligación de regalarle a su A1 dos puertas más para convencer a los indecisos que, entre practicidad y diseño, tienen cierta tendencia a decantarse por lo primero.
Hay antecedentes entre su competencia directa de carrocerías exclusivamente tres puertas (Alfa MiTo y Citroën DS3), pero el gran referente de los ‘minicompactos’ premium, Mini, hace tiempo que se cubrió las espaldas con el Clubman. Vale, los puristas dirán que el pequeño coche británico no es exactamente un cinco puertas. En todo caso un ‘tres y media’, pero en Audi han querido darle más vida a las plazas traseras, y para eso ha lanzado el A1 Sportback.
En busca de ese interior con mayores posibilidades, añade algo más de altura y de anchura, pero sin tocar la longitud. Pequeños cambios para dar más juego a las plazas traseras (11 milímetros más de altura al techo en esa zona) pero cuidándose de que el envoltorio quede igual. Sigue midiendo por tanto 3,95 metros de largo con una batalla de 2,47 metros, pero ahora tiene 1,75 metros de altura (+6 mm) y 1,42 metros de altura.
Quien se decante por esta versión lo hará porque busca mayor funcionalidad, ya que el diseño no va a ser en absoluto un problema para los que suspiraban por el A1 original. El mayor logro del equipo de diseñadores de Audi es que las puertas traseras –en realidad las dos únicas diferencias apreciables a simple vista- se han integrado sin provocar daño colateral alguno en la línea del A1. A penas la mayor dimensión del pilar B, de los marcos de las ventanas y la inclusión de una pequeña luna entre la trasera y el pilar C. Sólo poniendo las dos carrocerías de perfil se aprecia que la luneta trasera está algo menos inclinada que en el A1 tres puertas, pero poco más.
La denominación ‘Sportback’ quizá habría invitado a una transformación de la zaga, al estilo del Mini Clubman o de otros ejemplos que hay dentro de la propia gama de Audi. Pero se ha preferido dejar intacta la esencia estética de un coche que todavía tiene un largo camino por recorrer. La marca le ha reservado el color Naranja Samoa metalizado entre las once opciones que tiene para la carrocería y, mientras en el tres puertas se podía jugar con el tono del arco del techo, en el Sportback se puede escoger entre tres colores de contraste para toda la cúpula, al estilo de cómo lo hace Mini o –salvando las distancias- Skoda con el Fabia.
El fabricante afirma que estructuralmente es también idéntico al tres puertas, lo que implica un alto grado de rigidez y, por tanto, un importante grado de aislamiento del ruido y las vibraciones. Su hermano ya nos pareció un coche con una forma de pisar el asfalto muy ‘premium’ y con buenas aptitudes en carreteras viradas. Para saber más en profundidad qué nota pusimos al A1, mejor lean la prueba que le hicimos en MotorEnLinea.es en septiembre de 2010.
Los motores son cinco, todos cumpliendo el patrón Audi de inyección directa más sobrealimentación. La carta empieza con el 1.2 TFSI de 86 CV, que asociado con el acabado Attraction es la opción más económica con 16.700 euros, cifra prácticamente idéntica a la del mercado peninsular. Le sigue el 1.4 TFSI de 122 CV y, abstenerse cardiacos, el 1.4 TFSI de 185 CV que va asociado de serie con la caja S Tronic de siete velocidades. Las alternativas diesel, siempre TDI CR, son el 1.6 de 90 CV y el de 105 CV, ambas con un nivel de frugalidad impresionante, ya que consumen sólo 3,8 litros/100 km. Tanto el 1.4 TFSI de 122 CV como el 1.6 TDI de 90 CV tienen como opción la transmisión automática S Tronic.
Dos líneas de acabado
Uno de los reclamos de esta versión cinco puertas del más pequeño de los Audi es su equipamiento de serie que se articula en torno a dos líneas de equipamiento. La primera y más económica, la citada Attraction, incluye aire acondicionado, cierre centralizado con control remoto, retrovisores exteriores en color de la carrocería con ajuste eléctrico, elevalunas eléctricos y asiento del conductor con regulación en altura.
La línea Ambition añade las llantas de aleación ligera de 16 pulgadas, los tubos de escape en diseño brillante y los faros antiniebla, tres detalles que la distinguen visualmente. Los asientos son más deportivos e integran apoyo lumbar. La palanca de cambio, el volante y la palanca de freno de mano están forrados de cuero, algunas zonas del interior resplandecen en diseño de aluminio y las abrazaderas de los difusores de aire se han realizado en negro brillante. Esta terminación también permite escoger entre tapizados de los sillones y colores del habitáculo. En materia de confort incluye el climatizador automático y el sistema de información al conductor integra con ordenador de a bordo, programa de eficiencia e indicador de cambio de marcha.
Paquetes de personalización
Y para simplificar el menú de extras y multiplicar las posibilidades de personalización, Audi propone distintos paquetes aplicables a uno y otro acabado. El Media-Style añade al equipo de sonido y al pack Connectivity, algunos detalles que dan una mayor frescura a la cabina. El de iluminación interior emplea la tecnología LED por todo el habitáculo y también en los grupos ópticos traseros, además de vestir la cúpula del techo con un color de contraste. Y si es en el infoentretenimiento donde se quiere poner el acento, hay diversos módulos ampliables con el Bose Surround Sound System con 465 vatios de potencia y 14 altavoces como tope.
Al empujar el tirador de la puerta accedemos a una cabina que también es clónica del A1 de tres puertas. Mismos acabados Audi, los mismos mandos, los mismos indicadores, el mismo cuadro... La marca anuncia que hay un centímetro más para la cabeza y los hombros para lograr un mayor confort a bordo. El maletero tiene capacidad para 270 litros, pero puede llegar hasta los 920 litros si se abaten los respaldos de los asientos traseros.
