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Triumph roza la perfección con la Speed Triple R

  • 14.960 euros en su variante estándar y 15.290 euros con ABS

Triumph ha creado una versión de su ‘súper naked’ con los mejores componentes del mercado para cumplir los deseos de los pilotos más exigentes. Este modelo, que empezará a llegar a los concesionarios el próximo mes de marzo, apuesta por la deportividad ‘premium’ con un equipo exclusivo de suspensiones Öhlins, frenos Brembo, neumáticos Pirelli Diablo SuperCorsa SP, más ligera y algunos cambios que radicalizan su aspecto.

En Hinckley tenían una motivación sentimental a la hora de ampliar esa ‘familia R’, pero también una puramente objetiva. Desde su lanzamiento, tanto la Street Triple R como la Daytona 675R acapararon el 50 por ciento de las matriculaciones de sus respectivos modelos, hciendo una contribución importante para que Triumph sea hoy el fabricante de motocicletas con mayor tasa de crecimiento del mundo. El siguiente paso se debía dar sobre la Speed Triple, el modelo más icónico de la marca y que en sus casi veinte años de existencia ha matriculado más de 70.000 unidades. Sólo en 2011, una de cada ocho motos Triumph vendidas era una de estas naked de gran cilindrada.

Aunque las primeras unidades empezarán a llegar hacia el mes de marzo, la decisión de hacer realidad la versión R se tomó hace casi cinco años. En 2007 se dio luz verde al programa y a mediados de 2009 se empezó a trabajar en ella. La labor de desarrollo sobre pista arrancó el pasado verano empleando como base circuitos españoles y con una labor conjunta de los probadores de la marca inglesa y los del fabricante de suspensiones Öhlins.

Ese trabajo codo con codo fue clave a la hora de darle un comportamiento dinámico sin fisuras. Desde que la Speed Triple R fue sólo un informe dentro de una carpeta se tuvo claro que debía ser una máquina con un nivel de equipamiento superior frente al modelo estándar, e incluso respecto al resto de la ‘familia R’. Y para que no fuera una cuestión de simple de alarde técnico, las mejoras de suspensiones debían hacerse desde cero y con la ayuda de Öhlins para que fueran efectivas en condiciones de una conducción deportiva.

Esta variante de la Speed Triple se pliega al ideal de una ‘R’ de raza: más agil, más precisa y con mayores dosis de control. El bastidor de la generación 2011 ya era una excelente base, pero fruto de ese trabajo se escogió una horquilla delantera NIX30 (120 mm de recorrido y un pistón de 30 mm ajustable en compresión y rebote) y un amortiguador trasero TTX36 (130 mm de recorrido, estructura de doble tubo y una doble rueda de fácil acceso para aplicar los 22 puntos de ajuste para compresión y rebote) calibrados escrupulosamente para la moto inglesa.

La ligereza es otra de las claves de la Speed Triple R, algo en lo que tienen mucho que ver las llantas de aluminio forjado diseñadas por Otto Fuchs –el creador de las llantas del Porsche 911 de los años sesenta- y mecanizadas por PVM que contribuyen a reducir considerablemente la inercia durante el movimiento en el tren delantero. Son un 20 por ciento más livianas gracias a unas paredes considerablemente más finas y en total ahorran al peso no suspendido en 1,7 kg. Además, su diseño es también característico, con cinco radios, y están calzadas por los que para Triumph es el mejor neumático posible: el Diablo SuperCorsa SP de Pirelli con medidas 120/70 en el tren delantero y 190/55 en el posterior.

Una imagen 'RR'

El motor sigue siendo el poderoso tricilíndrico 1.050 de 135 CV, aunque asociado a una caja de cambios mucho más suave y precisa. Y para poder detener a esta bestia, el Speed Triple R dispone de un equipo de frenos con un mordiente un 5 por ciento superior firmado, como no, por Brembo. La pinza es monobloque de una sola pieza y los dobles discos flotantes tienen un diámetro de 320 mm. Opcionalmente, puede disponer de un sistema ABS desconectable, ya que la marca estima que buena parte de sus orgullosos propietarios darán rienda suelta a su potencial en circuito de vez en cuando. 

Y lo que normalmente es el principal argumento de distinción de un modelo de estas características queda en un segundo plano al equipar los mejores componentes posibles. Su diseño también distingue a la Speed Triple R a simple vista por el tono rojo del subchasis, detalles de las llantas, pinzas de freno y tapas laterales. También se hace uso de piezas en fibra de carbono, como las tapas del radiador, la cubierta del depósito, los paneles de relleno y los guardabarros. Los exclusivos manillares negros también son un claro indicativo de ese carácter ‘premium’ de este modelo. La Speed Triple R se ofrece en color negro ‘Phantom’ metalizado y en blanco ‘Crystal’ con el nuevo logo deportivo de Triumph en el depósito de combustible, además de nuevas gráficas en los laterales.

Y para rizar el rizo, Triumph le ha reservado lo mejor en cuanto a extras de personalización. Por supuesto, empezando por los súper ventas dentro del catálogo de customización: la quilla, el colín y la pantalla, todos a juego con la carrocería. Tampoco pueden faltar los escapes de Arrow Special Parts fabricados en acero y titanio, tanto en su diseño doble ‘slip-on’ y el tres en uno ‘low boy’ sólo homologado para circuito y un 70 por ciento más ligero; las alforjas exclusivas; los pilotos LED o el sistema de control de la presión de neumáticos de Triumph (TPMS) cuya preinstalación lleva la Speed Triple R, un modelo que tendrá dos precios: 14.960 euros en su variante estándar y 15.290 euros con ABS.

 

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