El mercado manda y en base a sus últimas tendencias nace el Skoda Rapid, un sedán que se sitúa entre el Fabia y el Octavia y que responde al creciente aumento de la demanda por parte de las familias de vehículos que combinan comodidad, un comportamiento ejemplar en base a la eficacia de sus motores y un precio razonable.
El espacio, unas gotas de sofisticación, por supuesto el diseño pero sobre todo la seguridad y la sostenibilidad con un precio contenido forman parte de la lista de prioridades que los clientes esgrimen a la hora de realizar su selección compra. El Skoda Rapid, según sus responsables, hace ostentación de todo ellos.
Como primer representante del reformulado lenguaje de diseño de la marca, su principal virtud la descubrimos en unas proporciones que en base a sus dimensiones compactas (4,48 metros de largo y 1,7 metros de ancho) permiten gran espacio interior. A ello contribuye la gran distancia entre ejes sobre una carrocería que presenta además ciertos visos de deportividad con aristas muy marcadas tanto en las líneas que se extienden a lo largo de la silueta como en los resaltes que conforman el diseño de su capó. La parrilla del radiador perfectamente delineada junto a los grupos ópticos con una distribución de las luces en forma de trébol, muestran la nueva interpretación que Skoda exhibe en sus nuevas creaciones. En la parte posterior, el portón trasero actúa también como elemento de diseño y que unido a la combinación de las luces le otorgan una personalidad muy particular.
En el habitáculo se ofrece espacio para cinco plazas y un volumen más que adecuado para albergar el equipaje. A falta de concretar la oferta para Canarias, el Skoda Rapid se comercializará con cinco motores de gasolina y dos diesel.