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Ford B-Max: Pequeño y extrovertido

  • Mide sólo 11 centímetros más que su hermano Fiesta

Ford sigue creyendo en los monovolúmenes y con los Galaxy, S-Max y C-Max ya bien asentados, ahora completa su oferta por la base con un modelo de perfil urbano y que bien podría considerarse una interpretación familiar de su archiconocido Fiesta.

El hecho de que compartan la nueva plataforma global de Ford para sus coches del segmento B alimenta esa asociación de ideas, pero el nuevo B-Max no es una simple ‘versión de’. Por supuesto que su aspecto es herencia de la última evolución del ‘kinetic design’ de Ford, pero con pinceladas propias y una estructura nunca antes vista en el catálogo de la marca.

Y es que aunque las puertas delanteras son convencionales con bisagra, las traseras son deslizables e integran el pilar central (o pilar B). El referente más cercano sería el ya extinto 1007 de Peugeot, aunque éste prescindía totalmente de cualquier bisagra y el acceso tanto a las plazas delanteras como a las traseras se realizaba a través de unas deslizantes.

Esta solución que parece tan sencilla, no lo es en términos de ingeniería, ya que la estructura del pilar central queda integrado en las propias puertas en vez de formar parte de la carrocería. Cuando ambas están abiertas hay un excelente acceso al interior, con una enorme apertura de más de 1,5 metros de ancho, según la marca casi el doble que sus competidores. Este detalle facilita significativamente la entrada o salida de los asientos traseros, sobre todo cuando hay que echar mano de asientos infantiles o cargar y descargar el interior. Las dos puertas traseras deslizables del B-MAX también ofrecen beneficios añadidos en calles con mucha gente o en espacios de aparcamiento estrechos.

La versatilidad lo empapa todo en este coche. Por ello los asientos traseros divididos en 60/40 se pueden plegar planos con una sola mano y un solo movimiento. El asiento del pasajero delantero también se puede doblar, creando un plano de carga de delante a atrás capaz de albergar objetos largos que midan hasta 2,35 metros. A propósito de los asientos, los delanteros están 12 centímetros sobreelevados respecto a los de un Fiesta. De esta forma se mejora significativamente el espacio para las piernas y la altura interior de atrás.

Seguridad reforzada

Volviendo a esa particular estructura sin pilar central, los ingenieros de Ford han desarrollado soluciones para garantizar los mismos niveles de protección en caso de choque que los de un vehículo con una estructura más convencional. La estructura interna de las puertas delanteras y traseras se reforzaron para ofrecer las prestaciones requeridas en impactos laterales con acero al boro de resistencia ultra alta en áreas clave, para que los marcos de las puertas trabajen al unísono para absorber la energía como un pilar virtual.

También las uniones de seguridad y los mecanismos de cierre son especiales y se encargan de que las puertas sigan fijas a la estructura de techo y suelo durante un impacto para actuar conjuntamente protegiendo a los ocupantes.

Como decíamos, Ford aplica en este modelo la última evolución de su ‘kinetic design’, la más deportiva y elegante. El morro, por ejemplo, adquiere la nueva parrilla trapezoidal y junto a los grupos ópticos, la línea de espalda o las ventanas de base ascendente le dan una enorme personalidad a este coche cuya longitud es de sólo 4 metros, únicamente 11 centímetros más que el Fiesta cinco puertas y un total de 32 cm más corto que el nuevo C-MAX, perfecto para cubrir la creciente demanda de vehículos de pequeño tamaño. 

Primicia en Europa

En materia de equipamiento lo más destacado del B-Max es el SYNC, el sistema de conectividad integrada activado por voz de Ford y que es primicia en un vehículo europeo. Este dispositivo incluye Asistencia en Emergencia, pensada para agilizar la realización de una llamada a los servicios de urgencia en caso de accidente. También es el primer vehículo en su segmento en ofrecer el Active City Stop, un sistema ideado para ayudar al conductor a evitar colisiones a baja velocidad contra tráfico parado o a menor velocidad por delante. Precisamente las más frecuentes.

La gama de motores de gasolina viene liderada por el motor de gasolina Ford EcoBoost 1.0 de tres cilindros, disponible en versiones de 100 y 120 CV. Equipado con el sistema Ford Auto-Start-Stop de serie, el más potente de estos dos propulsores consigue unas emisiones de CO2 líderes en su clase con 114g/km y un consumo de 4,9 litros/100 km. Otras opciones de gasolina incluyen la unidad Duratec1.4 de 90 CV, o el motor Duratec 1.6 de 105 CV, que viene combinado con la transmisión automática de seis velocidades y alta eficiencia Ford PowerShift con avanzada tecnología de embrague dual.

El B-MAX estará disponible con una gama de dos motores diesel Duratorq TDCi, cada una de las cuales ofreciendo unos consumos mejores en su clase. El motor 1.6 de 95 CV ofrece unas emisiones de 104 g/km y un consumo de 4,0 litros/100 km. El diesel 1.5 de 75 CV, derivado del motor 1.6, aparece por vez primera en la gama de productos europea de Ford. Consigue unas emisiones de CO2 de 109 g/km y un consumo de 4,1 litros/100 km.

 

 

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