Se podría decir que M-Sport ha subido un par de cambios en su evolución del Fiesta R5, el coche que ha de ser el relevo del Súper 2000 y el RRC tanto en el European Rally Championship como en la categoría WRC2 del Mundial de Rallies. Igual que Peugeot Sport el preparador con sede en Cumbria ha dejado atrás una primera fase de desarrollo en tramos de tierra y recientemente viajó a Cataluña para empezar a afinar su set-up en asfalto. 
Matthew Wilson y Elfyn Evans, los dos pilotos a los que M-Sport ha confiado la evolución del R5, trabajaron duro para completar alrededor de mil kilómetros en esta superficie en Tarragona y parece que las conclusiones son muy buenas. “Hemos hecho algunos avances importantes en el comportamiento del coche en asfalto y parece que va a ser igual de competitivo que en tierra”, explicó Wilson, piloto con una amplísima experiencia mundialista –cuenta con noventa participaciones en este campeonato– e hijo de Malcolm Wilson, propietario de M-Sport.
Aunque tanto Ford como Peugeot parecen atrapados en una carrera por poner sus respectivos R5 (208 T16 en el caso de la marca francesa) en liza lo antes posible para atraer un mayor número de clientes, ni uno ni otro está dejando de lado la durabilidad de sus coches. Prueba de ello es que Wilson y Evans viajaron se han desplazado estos días al sur de Francia para seguir trabajando con otra unidad con especificaciones de tierra.
“Vamos a hacer algunas pruebas de resistencia para evaluar realmente la durabilidad del coche y asegurarnos de que proporcionamos a nuestros clientes un coche que es tan fuerte como competitivo”, añade Wilson. El lugar escogido es Fontjoncouse, una zona que muchos equipos emplean como stage previo para preparar el Dakar.
Fotos: Segam Photography
