Este primer tercio de la temporada 2013 está teniendo como protagonistas a Volkswagen Motorsport, Sébastien Ogier y, para qué negarlo, Robert Kubica. El polaco de Citroën ha demostrado que las enormes expectativas que había puestas en él no eran exageradas. Tanto en Canarias como en Azores llegó a liderar la clasificación del European Rally Championship, mientras su debut en tierra durante el Rally de Portugal su actuación fue prometedora.
En esta cuarta cita del Mundial de Rallies los pinchazos y un fallo hidráulico en su coche hicieron que Kubica no pudiera pasar de la sexta plaza en WRC2. Sin embargo en el ERC fueron dos errores de pilotaje los que le llevaron a abandonar en Canarias cuando era líder destacado y a perder cualquier opción de podio en Azores, ya que la victoria dejó de estar a su alcance al atragantársele la niebla del sexto tramo. Dos salidas de carretera que se suman a su largo historial y que evidencian que Robert necesita tiempo para asentarse en esta modalidad de los rallies en la que es relativamente nuevo.
Si estos errores son resultado de la presión o de la misma prisa del piloto por demostrarse que puede ser campeón a pesar de las secuelas que el accidente de febrero de 2011 dejó en su brazo derecho es algo que sólo sabe el propio Robert Kubica. Lo que está claro es que desde su equipo no hay una imposición de resultados inmediatos y esta sucesión de accidentes no ha minado la confianza que tienen en él.
“No estamos decepcionados porque cuando el piloto llega a los rallies es bastante normal que cometa un error”, explica Kevin Struyf, su ingeniero en el equipo Lotos. “Es imposible llegar y hacer un muy buen ritmo sin equivocarse. Robert tiene un ritmo impresionante. Hizo siete mejores tiempos y estuvo liderando el rally. Es lo más importante que debemos tener en cuenta. Tiene que trabajar un poco para ser más constante, pero es parte del aprendizaje”.
