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Capdevila vence un Isla de Tenerife de infarto

  • Sólo cuatro décimas de segundo separaron a 'Copi' y Sordo
  • Si Fuster ganaba este rally se embolsaba el título autonómico
  • Abandonos por accidente de Enrique Cruz y José Antonio Torres

Exactamente igual que en La Palma pero con el aliciente de ver a todo un mundialista Dani Sordo con el Xsara Kit Car y a Yeray Lemes con el Ferrari, el 39 Rally Isla de Tenerife fue un fenomenal duelo en la cumbre entre Miguel Fuster y Fernado Capdevila. Destacados ligeramente en la clasificación desde la primera sección, el alicantino y el tinerfeño se jugaron a cara de perro este determinante asalto por el autonómico canario de rallies en los tramos del sur que se disputaron durante la tarde con Sordo siempre al acecho.

En los de la mañana, las dos pasadas por ‘La Guancha’ y ‘El Tanque’, fueron Fernando Capdevila y David Rivero los que ganaron por goleada aprovechando que su Ford Focus RS WRC se movía con bastante más agilidad que el Porsche 997 GT3 de Miguel Fuster y Nacho Aviñó. Los de Auto-Laca empezaron algo fríos por culpa de una cierta falta de confianza en el tren delantero y Sordo, como era lógico, necesitaba kilómetros para ir entendiéndose con el Xsara Kit Car después de años y años con WRC de última generación.

En ‘El Tanque 1’ el tetracampeón de España pareció tomar las riendas, pero Capdevila, que al contrario de lo que se podía interpretar por sus declaraciones previas a su participación salió a por todas y sin escatimar recursos –sobre todo en neumáticos–, ya no dio opción y acabó esta primera mitad del Rally Isla de Tenerife con 9’’ de ventaja. Pero las cuentas no salían para el todavía vigente campeón que necesitaba ganar para mantener viva la batalla por el título. Los tramos de la tarde eran más propicios al potencial de los GT y el de DISA sabía que iba a tener que correr mucho para poder pararle los pies a Fuster.

Efectivamente, el cambio de escenario añadió más leña a este rally ya de por sí al rojo desde la multitudinaria ceremonia de salida de la noche anterior. Dani Sordo y Pablo Marcos, que habían perdido la estela de los dos equipos de cabeza, dieron un clarísimo paso al frente en ‘Arico 1’ al hacerse con el récord y su primer scratch. De golpe el mundialista, estrella invitada de Auto-Laca en este rally, volvía a ser aspirante a una victoria que no restaría puntos ni a Fuster ni a ‘Copi’ al no bloquear.

Capdevila se quedó muy pronto sin la posible ayuda de Enrique Cruz y Ariday Bonilla, que en una de las curvas más lentas del TC1 dañaban el frontal del Porsche 997 y perdían el líquido refrigerante. Era el primer abandono del tinerfeño con el GT y también el primero desde el Rally de Ferrol de 2010, aunque se reenganchó a partir de la tercera sección para seguir siendo partícipe de la increíble fiesta que fue esta edición del ‘Isla de Tenerife’.

Tampoco Yeray Lemes-Samuel Vega y José Antonio Torres-Mahy García pudieron mantener el ritmo del trío de cabeza. Los del Ferrari 360 Modena lo intentaron, pero no tenían ritmo suficiente con un coche que hacía muchísimo tiempo que no conducían en competición oficial. El recién proclamado subcampeón del JWRC se enfrascó en un tuya y mía con Torres por la cuarta plaza y décima arriba décima abajo fueron intercambiándose las posiciones hasta que el tinerfeño arrancó una rueda del Citroën ZX Kit Car en ‘Icor 1’.

La noche es joven

Y así, solos y con la única amenaza de un Sordo que no contaba a efectos de las cuentas para el título pero que seguía en sus tiempos, Fernando Capdevila y Miguel Fuster seguían a lo suyo en esos tramos del sur. Las palabras de ‘Copi’ en la meta de cada tramo de la tercera sección daban a entender que algo estaba pasando en el sistema de alimentación del Focus RS WRC, pero los hechos eran otros: récord en ‘Icor’, récord en ‘Fasnia’ y su ventaja a falta de tres tramos se iba ya a 15’’.

Pero llegó la noche y la repetición de esos mismos tres tramos y todo lo que había ocurrido hasta ese momento sirvió de bien poco. Y no hubo que esperar mucho. Ya en ‘Arico II’ Sordo daba ese zarpazo de calidad que muchos esperaban y casi repitiendo el tiempo que hizo de día marcaba el scratch y se  ponía líder con 1,1’’ sobre Capdevila, cuyo WRC tuvo un fallo en el launch control. Fuster mantuvo al máximo la presión para quedarse a sólo 3,9’’ de su compañero de equipo. 

Parecía ser el punto de inflexión de este rally, pero aún quedaba un nuevo requiebro. En ‘Icor II’ Sordo volvía a imponerse al tinerfeño y al alicantino, pero los 3,1’’ podían no ser suficiente y efectivamente no lo fueron. ‘Copi’, arrastrando ese problema de embrague que lo dejaba vendido en la salida hizo de tripas corazón y fue a cuchillo para clavar prácticamente el tiempo de la anterior pasada –con luz natural– y sacarle 3,5’’ al oficial de Citroën Racing en el WRC. Capdevila, que había venido a acabar lo más cerca posible de los tres primeros, con sus achaques, su artrosis y su dedicatoria al cielo y a la figura de ‘Nono’ Domínguez se anotaba un 39 Rally Isla de Tenerife para recordar. Y más importante, forzaba el ‘cuarto rally’ para resolver el título autonómico frente a un Fuster que acabó a 13,8’’ de él sin acabar de dar con la tecla en la puesta a punto del Porsche.

Tras ellos terminaba con la dirección asistida del Ferrari KO el lanzaroteño Yeray Lemes, que dio su mejor versión en esa sección nocturna. Su mayor destello fue su segundo mejor crono a 5’’ de Sordo en el TC8. 

Muchas bajas

El de Lauren García e Iván García fue otro de los equipos que sucumbió a los duendes de la mecánica cuando su Peugeot 206 Súper 1.600 –coche que estrenaba suspensiones– empezó a soltar humo blanco en ‘Arico 1’ (TC6). Iban en séptima posición en ese momento. Antes lo hicieron el Subaru Impreza de Jesús Tacoronte-María Sáez, que también se reengancharon; el Mitsubishi Lancer Evo VIII de Adrián García-Víctor Hernández; el BMW M3 de Crístofer Reyes–Texenery Rodríguez, con problemas desde el TC2; el Honda Civic Type R de Octavio Hernández y Acorán González por avería de caja tras la tercera sección cuando marchaban novenos; o el Peugeot 306 Kit Car de José González-Juan Hernández, cuya salida de carretera obligó a neutralizar el TC5. 

José Mari Ponce-Carlos Larrodé, homenajeados en la ceremonia de salida, también llegaron a plantearse la retirada cuando los discos de freno del BMW M3 se doblaron fruto del esfuerzo durante la tercera sección. Pero el grancanario, uno de los más ovacionados en su paso por cada tramo, pudo seguir adelante desde la sexta posición en guerra abierta con Pedro Javier Afonso-Javi Afonso (Renault Clio S1600) y Roberto González-Víctor Febles (Mitsubishi Lancer Evo VI). El grancanario tiró de casta para abrir una pequeña brecha que pudo defender por la noche mientras los Afonso, séptimos a la postre por delante del ‘Mitsu’, presionaban al máximo. 

Por delante de ellos, en una muy meritoria quinta posición con un Mitsubishi Lancer Evo IX con especificaciones N Plus y probando unos nuevos muelles y amortiguadores, Víctor Delgado y Nacho Eguren cumplieron su palabra de salir con la caña dispuestos a pescar en el río revuelto de este inolvidable rally.

Tras Delgado, Ponce, Afonso y González, en novena posición terminaron Alberto Reyes-Conrado Goya (BMW M3) y, tras ellos, los dos Fran Suárez, el del Renault Máxi Mégane Kit Car con Néstor Gómez de copiloto y el grancanario del Volkswagen Polo TDI con Mario Quintero de vuelta por su isla. A más de diez minutos Emma Falcón y Rogelio Peñate (Ford Fiesta R2) fueron duodécimos. Por copas y apartados, José Luis Méndez-Omaira Dorta (Citroën Saxo 1.6) se llevaron el Trofeo 1.600 desde la posición 13 de la general; Juan González y Francisco González vencieron el Trofeo BP Ultimate y el Corsa fue a manos de Azael Hernández-Antonio Lorenzo Cairós (Opel Corsa GSi).

En resumen, una edición brillantísima y que tuvo un apoyo popular increíble. Nadie, ni pilotos acostumbrados a grandes escenarios como Sordo, Lemes o Fuster, daban crédito al ambiente de la ceremonia de salida o en los propios tramos. Tal fue la afluencia de público que en ‘Fasnia’ las comunicaciones llegaron a colapsarse por la saturación que provocaron los miles de aficionados en los repetidores. 

 

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