El provincial de Las Palmas se despidió como hay que hacerlo de la isla de Gran Canaria antes de celebrar su último acto en Lanzarote. El Rally de Maspalomas ofreció una lucha reñida por la victoria, muchas alternativas en el reparto del tercer peldaño del podio final y un recorrido acorde con ese cuarenta aniversario.
Como ya es norma desde hace dos temporadas, esta edición tan especial del rally sureño arrancó con el tramo espectáculo del mercado municipal integrado además como parte de la ceremonia de salida. Allí Cabral supo defenderse bien para salir líder con nueve décimas de ventaja respecto a un Bolaños que no quería perder impulso de cara a los ocho tramos del sábado.
El líder del provincial sabía que para poder disputarle la victoria, Cabral debía tener algún tropiezo y la verdad es que el del Evo VI no tenía una estadística demasiado halagüeña en Maspalomas. Tres participaciones y tres abandonos, cifra que bien pudo subir a cuatro cuando en ‘Los Cuchillos-Las Vallas 1’ Miguel llegaba a meta absolutamente sin frenos. Casi decidido a tirar la toalla, siguió en busca de ‘Fataga-Maspalomas 1’ en el que siguió perdiendo tiempo.
Esto avivó las opciones de victoria de Bolaños que se adjudicaba el segundo tramo y volvía a su asistencia con 11,4’’ de ventaja al término de esa primera sección. Pero Cabral, cambiando su manera de conducir el Evo VI para fatigar lo menos posible los frenos, detuvo ese continuo goteo de segundos en la segunda sección permitiéndose incluso el lujo de hacerse con dos scratch y afrontar los tres tramos finales a sólo 6,8 del Evo IX de Vicente.
No era sólo un duelo por una victoria parcial, era un pulso por el título provincial de Las Palmas de rallies, de ahí que uno y otro midieran bien qué paso debían dar en esa última sección. Para Bolaños el aliciente de poderse llevar su primera victoria absoluta era demasiado jugoso como para mirar a otro lado, pero fue Cabral quien tuvo la sartén por el mango en estos tres últimas especiales, tanto que se puso a 2,1’’ en el tramo final en el que un nuevo y autoritario scratch le daba un nuevo triunfo por 5,1'', el tercero del año y en un rally que le debía unas cuantas ya. El título se decidirá en Lanzarote.
La tensión de ese final de rally frenético se dejó notar en la ceremonia final de meta en la que hubo un 'conato' de presentación de una reclamación del equipo de Bolaños y Herrera contra el de Cabral y Páez.
Muchas bajas
El Rally de Maspalomas volvió a demostrar que su fama de prueba dura para las mecánicas es totalmente merecida. Cabral llegó por los pelos a la asistencia, pero también el Mitsubishi Lancer Evo IX de Rubén Curbelo-Samuel Vega, con el bang funcionando mal y el cut-off averiado. Esta fue la causa de que en la primera sección acabaran en tercera posición sin acabar de meterse en los tiempos de un Vicente Bolaños al que ya han echado carreras en el pasado. A sólo 4,4’’ de Cabral, el lanzaroteño debía vigilar a Iván Armas-Pity Ramos (BMW M3), sobre todo después de que hiciera el scratch en el TC3 y José Mari Ponce-Carlos Larrodé, también con la zaga de su M3 tocada.
Pero aunque el equipo de Curbelo pudo localizar el problema del Mitsubishi y sus tiempos se acercaron rápidamente a los de Bolaños en la segunda sección, en el primer paso por el esperadísimo tramo de ‘Ayagaures-Monte León’ rompía un palier que, a su vez, dañaba el circuito de frenos. Esta debacle se materializaba en una pérdida de más de minuto y medio, pasando de la tercera a la quinta posición.
Armas y Ponce estaban esperando cualquier movimiento en los puestos de cabeza para poner una pica en el podio provisional. Aquí el más pillo fue el piloto de Marzagán que aprovechó su ‘idilio’ con el tramo de ‘Fataga-Maspalomas’ (dos scratch de tres posibles) para tomarle la delantera al de Arucas. Pero un Ponce es un Ponce y en la última sección José Mari salió con pinturas de guerra dispuesto a todo para neutralizar los tres segundos que le separaban de esa tercera plaza.
Pero aquí también tuvo que ser la mecánica, otra vez la mecánica, la que dictara sentencia. El BMW de Ponce rompía en los últimos metros de ‘Ayagaures-Monte León’ y no podía siquiera llegar a control stop. Iván Armas se olvidó de scratch e inventos y a partir de ese momento se limitó a mimar el M3 para conseguir su segundo podio de la temporada en rallies. Tras él Rubén Curbelo también pudo alcanzar la meta final ascendiendo hasta la cuarta plaza.
El motor del Volkswagen Polo TDI de Fran Suárez y Mario Quintero también sacó la bandera blanca en la mañana y aunque el piloto de Arucas quiso seguir adelante, acabó abandonando en el enlace hacia el cuarto tramo. Sin esta referencia, Raúl Quesada y Pedro Domínguez se dedicaron a hacer su carrera en un primer momento hasta que Alejandro Carreño–Carmelo Carreño tomaron asiento en la séptima posición demostrando otra vez que son capaces de hacer volar su Citroën Saxo VTS cuando corren en casa. Finalmente Quesada, con un Polo GTI con cambio DSG en su mejor momento, se adjudicó la quinta posición final con medio minuto sobre Carreño y algo más sobre un Miguel Quintino que remontó en la recta final de la prueba hasta la séptima.
Lemes y Ramos, intratables
En el Trofeo de Promoción BP Ultimate todo iba a pedir de boca para Néstor Santana y Borja Ramírez (Renault Clio Sport) en su camino hacia el título cuando en Las Vallas se pusieron primeros con Jesús Lemes-Rubén Pérez (Renault Mégane) e Iván Alemán-Antonio Caballero (Renault Clio Sport) terceros. Pero un pinchazo en el TC3 supuso una pérdida cercana a los cuatro minutos y Alemán, un perfecto conocedor del terreno, se disparó en la provisional hasta la primera plaza.
Pero a pesar de sucederse los tramos a un ritmo agotador, este Maspalomas no era una carrera al sprint, sino una prueba de fondo. El equipo más constante en este apartado fue el de Jesús Lemes-Rubén Pérez (Renault Mégane), que aprovecharon un levísimo golpe de Iván Alemán en el cuarto tramo para auparse a la primera posición y ya nadie los movió de allí.
Alexis Santana-José Manuel Martín cayeron fulminados en la provisional del Trofeo de Promoción cuando en el segundo tramo su Honda Civic perdía la tapa del radiador. Siguieron adelante para hacer kilómetros con este coche que ‘heredaron’ de su hermana Elizabeth hace sólo unas semanas. Otro equipo llamado a hacer un buen papel –como lo vino haciendo en el Rally Villa de Teror–, el de Jonathan Nuez y Octavio Sánchez, abandonaron muy pronto por culpa, otra vez, de los caprichos de la mecánica.
Sin el ya campeón Ayose Benítez, el conocimiento del terreno también fue clave para que Noé Armas y Efraín González tomaran una importante ventaja en la Copa Toyota ENMA, sobre todo en Fataga, el tramo de casa para él. Germán Santiago y Adolfo Santana, que dieron una lección en la súper especial del viernes noche al hacerse con el tercer mejor tiempo absoluto, se dejaron la piel para intentar no perder contacto con el líder, pero eran Domingo Ramos y Daniel Sosa quienes llevaban mejores cartas cuando una avería de caja mandó a cola de la general a Noé Armas.
En ese momento (TC4) fue Ramos quien le dio el relevo y dio un tremendo sprint para tomar ventaja respecto a Germán Santiago y Emilio Reyes-José Ángel Batista, muy rápidos en este último rally de la temporada y con dos frentes abiertos: la Toyota ENMA y también el Trofeo de Promoción en el que acabaron segundos por delante de Iván Alemán, Nelson Climent y Néstor Santana, que con un disco trasero inutilizado recuperó hasta la quinta plaza. En un día redondo Reyes se llevó también el Trofeo al Mejor Piloto Debutante. En al Copa Micra Azuatil Jonathan Curbelo-Josué Curbelo se impuseron a Nacho González-Miguel Ángel González.
Foto: Rayco Suárez.
