Era la primera vez que corría este rally, así que lo de Raúl Quesada y Pedro Domínguez fue un verdadero ejercicio de fe. Lloviendo, con niebla y de noche, se lanzó sin compasión a aprovechar la ocasión de sacarle tiempo a Enrique Cruz y Mahy García. “Sabía que en seco lo teníamos difícil y que tenía que aprovechar la única oportunidad que íbamos a tener” recuerda el piloto del Grupo Ari, para el que los cambios hechos en su Renault Twingo antes de tomar la salida en El Linar-Las Breñas fueron proverbiales. “Aquí pocos tienen ruedas de lluvia porque se invierte en algo que posiblemente no utilices a lo largo de la temporada, así que tenemos que optar por rayar artesanalmente las gomas. Cada uno tiene su propia forma y yo sabía de mi experiencia en el nacional una que me va bien. Con eso y jugando con los reglajes de las dos vías de nuestras suspensiones que hizo mi hermano Octavio, el coche se comportó fenomenal”.
Con la poca experiencia de algún tramo en mojado en Península durante su aventura en el Desafío Peugeot pero con mucho corazón, Raúl hundió el pie en el acelerador y salió en busca de un tiempo con el que romper el rally en su lucha por la R2 con Cruz. “Por otras experiencias sabía que no se me da mal correr en lluvia, pero uno siempre tiene sus dudas y más en un tramo tan difícil como éste. Empezamos suave para ir tirando cada vez más. Las tres últimas curvas fueron un susto detrás de otro porque al ser de noche tampoco veíamos los charcos y el coche hacía aquaplanning en algunos puntos. Pero poco antes de la meta vi las luces de Enrique a lo lejos e intuimos que habíamos hecho un buen tiempo”. Y tanto. Cuarto scratch absoluto y cincuenta segundos de diferencia en 9,9 kilómetros. En un solo tramo el rally se le ponía muy de cara.
Ese golpe de efecto obligó a Cruz y García –que se lamentaron durante toda la jornada de la inocentada de salir a verlas venir la noche anterior- a ir a remolque durante toda la etapa del sábado. Pero de nuevo el Ford Fiesta R2 volvió a ser más rápido en seco. “El ritmo fue bastante alto y en el primer bucle pensé que iba a haber alguna que otra humedad del día anterior. No me esperaba que estuviera totalmente seco, así que nos equivocamos con los reglajes de la amortiguación del tren delantero. Eso nos hizo perder más de lo que habíamos calculado, pero desde la segunda sección fuimos a tope y aunque íbamos administrando la ventaja, también corrimos”.
El Rally Isla Bonita, décima cita del regional de rallys de asfalto, no estaba en la agenda del equipo Orteauto Sport a principios de temporada. Si viajaron hasta La Palma fue, como recuerda el piloto de Valleseco, “por el esfuerzo de Antonio Ortega, de mi familia y mis patrocinadores”, de manera que esta victoria fue una auténtica bendición para ellos. Aún más cuando este resultado deja sin despejar la variable de la R2. Enrique Cruz tendrá que buscar otro resultado de coeficiente diez, es decir, en Maspalomas, aunque es de esperar que intente bloquear a Quesada en el Rally Isla de Tenerife, prueba de coeficiente 12 y en la que el grancanario podrá mejorar el tercer puesto que obtuvo en el Rally Islas Canarias por detrás de Yeray Lemes y el propio piloto de Copi Sport. La parte negativa de todo esto es que a Cruz se le trastoca sus dos últimas salidas en el nacional de asfalto, ya que de haberse asegurado matemáticamente el título en esta categoría, tenía garantizado correr en Sierra Morena y Madrid.