BMW se prepara para los retos que platea la movilidad del futuro mediante la introducción de lo que denominan tecnología eDrive adaptando distintas soluciones en función de las necesidades de cada categoría. El paso principal es el desarrollo continuo de la tecnología TwinPower Turbo en sus motores de combustión cuyo resultado es palpable traduciéndose en motores cada vez más potentes y eficientes. A partir de ahí se recurre a sistemas híbridos eléctricos enchufables, motores eléctricos alimentados por batería y como proyecto a más largo plazo, los vehículos eléctricos con pila de combustible por hidrógeno.
Un ejemplo de aplicación de estas tecnologías es el prototipo BMW Serie 2 Active Tourer híbrido dotado de un motor de gasolina de tres cilindros con tecnología BMW TwinPower Turbo que actúa sobre las ruedas delanteras y un motor eléctrico que lo hace sobre las ruedas traseras. Con ello se obtiene un sistema de tracción total que se activa en función de las condiciones de la carretera.
Esta combinación permite conducir únicamente con el motor eléctrico con una autonomía de hasta 38 kilómetros permitiendo obtener un consumo promedio de aproximadamente dos litros a los 100 kilómetros, por lo que sus emisiones de CO2 se sitúan por debajo de los 50 g/km .
Con una estrategia más orientada a largo plazo, BMW también estudia nuevas soluciones en el campo de los sistemas de propulsión de pila de combustible por hidrógeno. En este sentido, la marca alemana inicia un nuevo periodo de colaboración en 2013 con Toyota Motor Corporation que da un nuevo impulso a los trabajos de desarrollo e investigación que BMW venía desarrollando desde hace más de 15 años.
La pila de combustible basa sus principios en la generación de energía eléctrica a través del hidrógeno sin generar gases nocivos y emitiendo únicamente vapor de agua. El BMW Hydrogen 7 presentado en 2006 fue el primer ejemplo de aplicación de esta tecnología. En el programa de pruebas que BMW llevó a cabo en el circuito francés de Miramas y donde se pusieron a prueba todas esta nuevas soluciones tuvo sin embargo un protagonista de excepción, el BMW i8 Hidrogen Fuel Cell cuya autonomía extra podría estar en unos 300 kilómetros a lo que habría que añadir la que proporcionan las baterías.
En el plano más terrenal se situó un BMW Serie 5 Gran Turismo dotado de esta misma tecnología. En esencia lo tiene todo para demostrar la trascendencia de estas soluciones; deportividad, confort y capacidad para desenvolverse en cualquier situación cotidiana.
El prototipo desarrolla una potencia máxima de 245 CV. Dispone de un acumulador de hidrógeno en forma de un depósito tipo túnel entre los dos ejes y la autonomía supera los 500 kilómetros. Como ocurre con los modelos BMW i, los vehículos eléctricos con pila de combustible permiten la inclusión de muchas soluciones innovadoras, tanto en lo que se refiere a diseño como al aprovechamiento de los espacios disponibles en el coche.
