COCHES
Prueba

Skoda Superb: Más que espacio y funcionalidad

  • A pesar de todas su mejoras su precio parte desde los 19.990 euros
  • Por su diseño parece, sólo parece, un coche más compacto
  • En marcha la sensación más clara que transmite es la de confort

Le ha llevado tiempo a Skoda dar con una personalidad propia y definida dentro del grupo automovilístico al que pertenece desde 1991, pero se podría decir que con el nuevo Superb ha terminado esa búsqueda. En él, el diseño ha pasado a un primer plano sin que por ello su ejemplar funcionalidad, su clásico espacio y confort la buena relación calidad/precio se hayan quedado por el camino.

Lo hemos probado en su versión con motor 2.0 TDI de 150 CV y en su acabado más noble, el Laurin & Klement que rinde homenaje al antiguo fabricante checo de automóviles y que se fusionó con Skoda en el periodo de entreguerras. En esta línea de acabado el Superb, con sus 4,8 metros de largo, linda con las berlinas de representación alemanas y, a pesar de ello su precio es de 33.880 euros. De hecho, el precio del Skoda Superb en versión con carrocería sedán parte desde los 19.990 euros.

No solemos empezar hablando del precio, pero es importante tener en cuenta esta consideración –que el Superb se mantiene como una de las opciones más económicas y equilibradas de su categoría– antes de meterse en harina. Porque este modelo ha mejorado tantísimo en su aspecto que parece soltar amarras de su origen humilde para plantar cara a coches y marcas que hasta ahora se situaban en un plano superior. Y esto es así porque sin ningún tipo de complejo el Superb estrena dotes de representatividad.

Hacía tiempo que desde Skoda Canarias se nos venía hablando de este coche que iba a suponer un cambio de rumbo a nivel de estilo y, en efecto, lo es. Con un increíble acierto, los diseñadores de la marca sólo han tenido que sacar partido a muchos de los rasgos que han definido a sus modelos más familiares a base de unas formas más angulosas y atrevidas en frontal y espalda y mucho menos familiares en su perfil.

A nivel de diseño el Superb arrastra desde su aparición un cierto desequilibrio en sus tres volúmenes que alargaba su línea. Con una enorme batalla de 2,84 metros (8 cm más que el anterior modelo), el Superb sigue siendo un coche amplio, pero visualmente esta nueva generación maquilla su longitud a base de deportividad e incluso líneas de lo que podríamos llamar ‘alta costura’ aplicada al automóvil. Al dar un mayor poderío al rostro, recortar ese voladizo delantero, dar volumen al lateral mediante líneas de carácter y suavizar la transición hacia una zaga que, además, está ligeramente apuntada, el resultado es un coche que parece –sólo parece– más compacto.

Enorme por dentro

Porque espacioso el Superb es un rato. El conductor y el acompañante tienen 39 mm más de anchura para los codos y más espacio para la cabeza. Detrás, el espacio para las piernas de 157 mm casi dobla al de su principal competidor según mediciones de la marca, mientras que el espacio superior de 980 mm supera a cualquier otro modelo del segmento. La anchura para los codos en las plazas traseras se ha incrementado en 69 mm. Por otra parte, la capacidad del maletero es todo un récord en el segmento: 625 litros, 30 más que la segunda generación del Superb donde ya era enorme.

A ello hay que añadirle en esta versión Laurin & Klement detalles de equipamiento de serie dirigidos al confort y la representatividad como el techo solar corredizo o los asientos de ajuste eléctrico tapizados en cuero. Ya para sibaritas del buen audio que paladean como el buen vino cada uno de los temas seleccionados en su iPod, esta unidad levaba el paquete de snido Canton con doce altavoces y un amplificador bajo el asiento del conductor que ofrece 610 vatios de potencia y es capaz de ofrecer una experiencia muy envolvente.

Funcionalidad por bandera

Tenemos diseño, tenemos espacio y también confort. Pero Skoda, dentro del póker de marcas generalistas del Grupo Volkswagen siempre se ha distinguido por su enfoque inteligente. Aquí entran en escena soluciones como el paraguas integrado en las puertas delanteras, las luces del maletero extraíbles, en enchufe de 230V en esa parte trasera o nuevo portón trasero eléctrico con pedal virtual que permite abrirlo moviendo el pie por debajo del paragolpes y que también es de serie en este acabado tope de gama. El sistema de infoentretenimiento no desentonaba, con navegador integrado, control por voz y conexión Apple que permite una rápida integración con dispositivos con sistema operativo iOS.

En cuanto al diseño y los acabados, el Superb es bastante más conservador en su interior que en su exterior. Correcta ejecución sin grandes alardes de estilo; mandos e instrumentos claros y con aspecto de aguantar bien el paso de los años, algo importante para gran parte de su clientela potencial. No hay que olvidar que el Superb ha sido un modelo que ha gozado de una gran aceptación entre los taxistas. 

Carácter rutero

En marcha la sensación más clara que transmite el Superb es la de confort. No nos ha parecido un coche ágil y ello a pesar de que el cambio DSG de seis velocidades ponía absolutamente todo de su parte para proporcionarle brío. Gajes de un coche de su tamaño y de un enfoque más ‘rutero’ que deportivo. Incluso en una versión como ésta que cuenta con el selector de modos de conducción y que permite optar por una posición más

Hablar de ese motor 2.0 TDI de 150 CV es hacerlo también de esa transmisión automática de doble embrague y seis velocidades. Con este conjunto el Superb tendía a ser muy reactivo al acelerar, un atributo útil en situaciones que requieren de empuje y al conducir en carreteras de montaña, sobre todo al afrontar tramos en pendiente que exigen una mayor demanda sobre el pedal del acelerador.

Es en esas condiciones donde salen a relucir esos 150 CV, mientras que su comportamiento se vuelve más plano a medida que se van subiendo marchas. Las recuperaciones del Superb con este motor nos han parecido mejorables. Sus datos de consumo y emisiones sí presumen de un buen equilibrio si se enfrentan a esas prestaciones con una media de 4,1 litros cada 100 km y 119 g/km.

Por tanto, y resumiendo, el salto generacional convierte al Superb en un coche que al tamaño, el confort y las soluciones 'Simply Clever' añade tecnología en forma de asistentes y nuevos dispositivos de infoentretenimiento; también hace de él un vehículo moderno, con identidad propia dentro de su segmento y con dotes de representatividad.

Autor
Róber Martí
Periodista. Ha sido redactor del periódico Superdeporte así como en otros medios de especializados como Motor 2000 o Canarias Racing. Ha colaborado en Radio Marca, COPE y actualmente codirige el programa Motor en la Onda de Onda Cero Canarias.
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