Cheste ha supuesto un frenazo en la gran evolución que Juan Alonso y el equipo Alomosport venía protagonizando en la segunda mitad del Campeonato de España de Velocidad. En el circuito valenciano no ha podido ocupar puestos de puntos en la general absoluta de la categoría reina, la de Stock Extreme. La razón, la multitud de problemas que tuvo en entrenamientos y que le llevaron a tomar la salida sin ritmo y sin confianza.
Ya el mismo jueves, recién llegado al Circuito Ricardo Tormo de la Comunidad Valenciana, trabajando en la Honda CBR1000RR se rompió una pinza de freno delantera y se perdió la primera sesión de entrenamientos libres. “Fue sólo el principio –explica el mayor de los hermanos Alonso-. Al quedarme sin dar ni una sola vuelta ya fui con prisas el viernes, pero en la primera tanda me subí a la moto y empecé a tener problemas de temperatura. Sólo pude completar cuatro vueltas”. Y los contratiempos continuaron sesión tras sesión. “En los primeros cronometrados me fui al suelo en el primer viraje de derechas. Volví a box muy enfadado y sin comprender muy bien qué había pasado”, relata Juan, que pasó el resto del tiempo arreglando su moto para la tanda cronometrada definitiva, la que le tendría que dar un puesto en parrilla. “Me limité a salir, buscar un tiempo con el que clasificarme para carrera y volver al garaje para afinar a toda prisa la puesta a punto. Pero después de esas ocho vueltas en busca de un tiempo, volví a pista y me volví a caer en la misma curva”.
Alonso, curtido en mil batallas, sabía que algo no iba bien y con muchas dudas se fue a descansar antes de la carrera del domingo, la penúltima de la temporada del nacional de velocidad. “No estaba nada tranquilo porque no había alcanzado mis mejores tiempos en Cheste después de varias carreras bajando mis cronos considerablemente. No tenía ritmo y había perdido muchísima confianza”. Una vez se apagó el semáforo y penalizado por un mal puesto en parrilla, Juan trató de olvidarse de todo y fue completando vueltas para ir reencontrándose encima de la Honda.
Y cuando empezaba a recuperar esa buena sintonía, a partir del décimo giro, aparecieron un incómodo chattering que acabó por arruinar su fin de semana. “A partir de la vuelta diez la moto empezó a ser ingobernable. En entrenamientos me había dado algún que otro rebote en la tanda más larga que pude hacer, pero no esperábamos sufrirlo en carrera. A partir de ahí sólo pude mantenerme en pie y llegar a meta. Ha sido un paso atrás, pero sé que éste no es mi sitio”. En sólo unos días el tinerfeño volverá a Jerez para despedir el CEV 2010 con un buen sabor de boca y con la posibilidad de escalar alguna posición en la clasificación provisional de los pilotos privados de Stock Extreme, apartado en el que ahora mismo es cuarto con 40 puntos.
Trujillo fue decimonoveno
Alonso no era el único isleño presente en el trazado de Cheste. El grancanario Steven Trujillo ha debutado en esta misma categoría a lomos de su Honda CBR1000RR, la misma con la que ha arrasado en las competiciones regionales los últimos años. Pero el gran nivel del CEV y distintos contratiempos han hecho que sólo pudiera ser decimonoveno y undécimo entre los equipos privados. Otro grancanario, José Castellano (Suzuki GSXR1000) finalizó vigésimo noveno y último de esta categoría completando esta amplia representación canaria en Stock Extreme.
Y en la Kawasaki Ninja Cup Óscar Fernández ha acabado la temporada en octava posición en una emocionantísima carrera en la que Ángel Molero se ha proclamado campeón sobre la misma bandera de cuadros al imponerse por sólo dos milésimas sobre Enrique Hernández, un resultado que le permitía superar en la general por puntos al líder hasta ese instante, Adrián Menchen. Aunque el CEV 2010 se despedirá el próximo fin de semana en Jerez, para esta copa monomarca la carrera valenciana era la última de su calendario.
