COCHES
Prueba

Kia Niro: Equilibrio híbrido

  • Kia prevé que en 2020 se matricularán en Europa 700.000 híbridos
  • Si por algo convence es por su equilibrio
  • Para dar con la chispa, sólo hay que poner la palanca en posición S

Kia no quiere ser comparsa en el proceso de hibridación que se extiende por todo el sector. Tras la primera aproximación del Optima Hybrid, ahora va con todo el equipo a un segmento, el de los crossovers compactos, que sigue desatado en las estadísticas de matriculaciones. Por ello, el Niro no es el primer híbrido de Kia, pero sí el más ambicioso. 

Nadie puede poner en duda la audacia de la marca tras haberse lanzado a la piscina con el Soul EV, un coche que hoy por hoy ya es uno de los eléctricos con mayor aceptación. El atrevimiento del Niro radica en que su gama lo apuesta todo al ‘verde’, ya que no hay otra alternativa mecánica que la que conforman el motor gasolina 1.6 GDI y el eléctrico. Esta apuesta no se debe a una corazonada. En Corea, como en el resto del mundo, saben que más que el futuro, los híbridos son presente y los estudios de mercado prevén que, de aquí a tres años, sólo en Europa alcanzarán las setecientas mil matriculaciones. 

Como vamos a ver, el ser un híbrido nativo le reporta una serie de ventajas a efectos de configuración del interior, pero también moldea su diseño. Que su coeficiente de resistencia (Cx) sea sólo de 0,29 no es casualidad. Es cierto que mantiene ‘estribillos’ de toda la gama Kia como la parrilla ‘tiger nose’ o el ancho pilar C, pero la transición entre los diferentes elementos de ese exterior se produce con enorme suavidad. 

Aunque se pueda echar en falta una línea con más mordiente como la que empieza a primar entre los crossovers compactos, el Niro convence por sus aires SUV y por tener una personalidad muy marcada. Pero este es uno de esos muchos coches que hay que probar para comprender de verdad qué es lo que aporta a su categoría. Quedarse en su diseño, en lo superficial, es todo un pecado. 

La chispa adecuada

Porque si por algo convence el Niro es porque es un coche con un equilibrio sensacional. Su amplia distancia entre ejes es una garantía de estabilidad en autopista; sin embargo, su altura reducida respecto a un SUV y el centro de gravedad rebajado gracias –en gran parte– a una plataforma hecha a medida de su condición híbrida, sirven de antídoto contra esa torpeza en curva tan común entre los crossovers. Porque el Niro no sólo compite con esta categoría de vehículos tan en boga; también con otros híbridos compactos que, como él, están desterrando ese tópico tan equivocado de que son coches sin chispa.

El Niro tiene esa chispa. Y para encontrarla sólo hay que coger la palanca selectora del cambio DCT, ponerla en posición D y empujarla a la izquierda. Es así como entra en escena el modo ‘Sport’ con el que los 141 CV de potencia del módulo híbrido están a flor de piel. Es muy recomendable para disfrutar de una carretera plagada de curvas, pero también a la hora de realizar una incorporación que requiera de fuerza y decisión.  

Otro gran tanto que se apunta el Niro es que es un coche muy silencioso al volante. Más incluso que otros modelos con los que comparte plataforma. Los cristales aislantes, la cubierta de los limpiaparabrisas y el diseño de los retrovisores hacen su papel; pero también el uso de materiales aislantes en los pasos de rueda, en los pilares A y B y bajo el capó enfocados a poner una barrera frente al ruido mecánico y el de rodadura.

Aunque dispone de un equipo de frenos potente y solvente, se echa de menos o bien un mayor freno motor, o bien uno regenerativo más ‘intrusivo’ que nos evite recurrir tanto al pedal. Nada importante, ya que si lo que se busca es ese comodín con el que obtener ese apoyo, por ejemplo, en descensos muy virados, se puede recurrir a la posición secuencial del cambio automático DCT (doble embrague) de seis velocidades cuya suavidad, por cierto, es intachable. 

Con la eficiencia por bandera

Con el bagaje adquirido con el Optima Hybrid e incluso con el Soul EV eléctrico, el Niro estrena para Kia una plataforma hecha a medida de modelos híbridos que incluye un grupo propulsor también inédito en la marca. La denominación 1.6 GDI (inyección directa de gasolina) no es ni mucho menos nueva en el catálogo Kia, pero a diferencia del habitual, el que monta el Niro es de ciclo Atkinson.

Éste, a diferencia del Otto pierde potencia específica, pero gana en eficiencia energética al poder funcionar con relaciones de compresión más elevadas. No es lo único que hace distinto a este motor térmico de un 1.6 GDI convencional. También emplea unos pistones con un diámetro muy estrecho y, por tanto, con una carrera más larga de lo habitual. También hace uso de un sistema de recirculación de gases de escape (EGR) y uno de recuperación de calor de ese mismo escape que acelera el calentamiento del motor.

Respecto al 1.6 GDI atmosférico convencional, el del Niro eroga 105 CV –treinta menos–, pero al darse la mano con el eléctrico de 32 kW alimentado por una batería de iones de litio y polímero, proporcionan juntos 141 CV y un par máximo de 265 Nm cuyo consumo medio cada 100 km es de 3,8 litros y unas emisiones de 88 g/km de CO2. Eso, según datos oficiales, si bien durante esta prueba nos movimos en niveles de entre 4,2 y 5,0 litros de media.

Ventajas de ser un híbrido de cuna

Cada vez son más los modelos que nacen, de origen, como híbridos. El Niro es uno de ellos y este detalle le proporciona una serie de ventajas respecto a sus competidores. Sobre todo, en términos de aprovechamiento del espacio y, en menor medida, en el ámbito estructural.

El módulo híbrido no roba centímetros ni a la cabina ni al maletero. Las baterías están situadas bajo el asiento trasero gracias a que éstos, al tener una configuración crossover, están en una posición más elevada. Por ello el Niro ofrece 421 litros (VDA) de volumen de carga frente a los 491 litros de su superior en la gama Kia, el Sportage. Y lo hace sin tener que prescindir siquiera de la rueda de repuesto.

Pero si hablamos de amplitud no podemos pasar por alto la gran distancia entre ejes (2.700 mm) que da pie a un espacio para las piernas de 1.059 mm en las plazas delanteras y 950 mm en las traseras. Superior incluso al Sportage, esta batalla no es la única cota donde el Niro rompe la media, ya que en espacio para los hombros (1.423/1.402 mm) y para las cabezas (1.018/993 mm) también tiene motivos para presumir entre sus congéneres del segmento C con carrocería crossover.

Un equipamiento muy tecnológico

La tecnología inunda cada rincón del Niro. También un equipamiento en el que conviven elementos muy avanzados de confort con otros propios de su condición híbrida. Estos son los principales asociados a la versión Spirit que hemos probado en Estilo Motor y Motorenlínea.es.

Cargador inalámbrico

El Niro es otro de los vehículos que incorpora de serie en este acabado el cargador por inducción para teléfonos inteligentes. Es compatible con aquellos teléfonos compatibles con la tecnología Qi o con carcasas compatibles.

Navegador y pantalla táctil de 7’’

Es, sin duda, uno de los componentes del equipamiento de esta versión que más saltan a la vista si se compara con la pantalla de 5’’ de la Active. A través de ella se toma el control del equipo de audio digital, el navegador y enlazar el teléfono inteligente a través de Android Auto & Apple CarPlay de una forma sencillísima y muy visual. La actualización de la cartografía del navegador es gratuita durante siete años y también ofrece información sobre el tiempo, tráfico y límites de velocidad. 

Asistente de Mantenimiento de Carril (LKAS)

Es uno de esos avances que nos aproximan a la conducción autónoma. El sistema detecta que abandonamos de forma involuntaria nuestro carril y corrige el desvío actuando sobre la dirección.

Asistente de aparcamiento trasero y delantero

Una de las informaciones que emite la pantalla táctil es la imagen que le llega de la cámara de visión posterior que se activa al poner la marcha atrás. Para ser más útil a la hora de asistir en el aparcamiento, la imagen se acompaña de unas líneas guía dinámicas que se adaptan al movimiento del volante. Esta versión añade el asistente de aparcamiento delantero.

Eco-DAS y PEC

No lo llevaba esta unidad porque se incorporará a la gama Niro más avanzada su comercialización, pero es un buen ejemplo de cómo la tecnología nos ayuda a conducir de manera más eficiente. El Eco-DAS es un sistema de ayuda a la conducción eficiente que, mediante un icono en el cuadro, nos avisa cuándo podemos levantar el pie del acelerador para que, mediante el control de avance por inercia, el coche avance ahorrando combustible. La única condición es que hayamos fijado el destino previamente con el navegador. El Control Predictivo de Eficiencia (PEC) también precisa del navegador y del control de crucero para determinar en qué fases del recorrido se sacará el máximo partido a la recarga de las baterías. Sea cual sea la versión, la pantalla cuenta con un evaluador del estilo de conducción de acuerdo con unos patrones de eficiencia.

Equipo de audio JBL

Kia se ha asociado con el especialista JBL para poder enriquecer su equipamiento con un equipo de sonido de 320 W de potencia, ocho altavoces y amplificador externo.

 

Autor
Róber Martí
Periodista. Ha sido redactor del periódico Superdeporte así como en otros medios de especializados como Motor 2000 o Canarias Racing. Ha colaborado en Radio Marca, COPE y actualmente codirige el programa Motor en la Onda de Onda Cero Canarias.
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