No es un adiós. Tampoco un hasta luego. Pero lo cierto es que de aquí en adelante, no sabemos cuándo Alfonso Viera volverá a ponerse al volante de su Porsche 997 GT3. El doble Campeón de Canarias de Rallys –aún está pendiente de resolución el de 2009- ha decidido darse un tiempo antes de perder por completo la ilusión por subirse a un coche de carreras, así que no estará este fin de semana en Adeje, tampoco en Teror y, quién sabe, si en Maspalomas.
“No tengo ganas de correr. Ésa es la verdad”, ha confesado Viera en Kilómetro 103, el programa de motor de Radio Canarias. Al fin y al cabo, esta decisión es el desenlace de algo que empezó hace un par de meses, nada más arrancar el Rally Villa de Granadilla, cuando un choque fortuito de Santi Concepción contra su Porsche desencadenó en una serie de escenas muy tensas que ninguno de los dos equipos, ni siquiera la Federación Canaria de Automovilismo, supo ni quiso atajar.
“A lo mejor, todos estos acontecimient
os que he vivido este año me han enseñado que no sirve de nada sufrir practicando el deporte que más me gusta del mundo y con el que más disfruto”. Si algo no se le puede negar a Alfonso es que ha sido fiel a su estilo tanto dentro como fuera de los tramos. Quizá sólo en el fragor de la batalla, en medio de un rally en el que acabó desquiciado por todo lo que lo precedió, lo vimos perder esa elegancia marca de la casa. Quizá precisamente por ello, porque no se reconoció en las declaraciones que le atribuimos los medios, ha decidido que hasta aquí hemos llegado. Quizá sí, quizá no, pero lo que más ha pesado es que no quiere acabar aborreciendo un deporte que tanto le ha dado.
“Ahora mismo estoy medio olvidando las carreras porque ha llegado un punto en el que he empezado a aburrirme. Dicen que es porque no gano, pero eso son tonterías. No voy a negar que siempre que salgo, lo hago para ganar, pero si no lo consigo, no pasa nada”. Lo hizo en el Orvecame Norte y también en el Maspalomas del pasado año, ambos con el Porsche, pero en Telde fue el primero de los rallys donde a pesar de hacer podio, Viera tuvo la sensación de haberse estancado. “Allí también salí a tope, como siempre, pero Toñi me dio una paliza, y no pasó absolutamente nada. Ese rally lo hice porque tenía ganas de volver a disfrutar con el coche y de pasarlo bien con David –Rivero, su copiloto en esa prueba-, por nada más”. Y aunque disfrutó, la idea de abrir ese paréntesis indefinido empezó a tomar forma cuando en las vacaciones desconectó de las carreras.
Un acto de inteligencia
Volviendo a aquel fin de semana del 17 y 18 de junio, el encontronazo de Concepción y todo lo que le siguió se mantiene latente. Fue el desencadenante de todo. Y aunque insiste en que aquello fue “una tontería” y que ya ha pasado página, afirma que gran porcentaje de culpa de lo que ha pasado la tiene aquella escena que se vivió en el control horario previo a la primera asistencia del Rally Villa de Granadilla. “Sí, la tiene. Es la culpable de que tuviera que pasar cuatro días horribles en Tenerife y de que no tenga presupuesto suficiente para hacer lo que queda de temporada ni posibilidades para conseguir el campeonato”.
Hay otros factores, como el presupuesto, que después de la primera mitad del campeonato ya está en paños menores. En otras condiciones, con la ilusión intacta, Alfonso habría buscado el dinero restante para hacer lo que le gusta, pero esta vez reconoce que no, que no está con ganas. “No tengo opciones al campeonato y el presupuesto que queda se puede guardar para otras temporadas o para otras disciplinas. En otro momento, lo habría puesto yo de mi bolsillo, pero ahora correr ya no es para mí una prioridad. No es un acto de cobardía, yo lo considero un acto de inteligencia”, afirma.
Su trayectoria en el regional de rallys de asfalto ha sido extremadamente intensa, teniendo en cuenta que no fue un piloto ni mucho menos precoz. Descubrió su afición tarde, pero en unos pocos años empezó a subir escalones y desde que Fernando Capdevila lo puso al volante del Focus RS WRC de la Red Ford de Canarias y BP en 2008 tocó techo y ahí se quedó, en la elite de uno de los campeonatos regionales más potentes de toda España.
El hecho de haberse subido al Porsche ex Sergio Vallejo no es un problema. Aquí Viera vuelve a ser consecuente con lo que lleva diciendo desde que se subió a él en Maspalomas. “Con él disfruto como un enano. Es más, si me dijeran que tengo que volver a un WRC, no lo haría. No quiero”, puntualiza Alfonso, que se baja del campeonato en segunda posición de la provisional detrás de su compañero Marco Lorenzo.
La llave del cuándo o del cuánto –tiempo- la puede tener Fernando Capdevila. Todos saben de la capacidad de persuasión del director de Copi Sport y puede que Alfonso, mejor que nadie. “¿Tiempo? Depende de la conversación que tengo que tener con Fernando. Él es un maestro en hacerme cambiar de opinión. Ahora mismo estoy desintoxicándome de las carreras, pero quien me conoce sabe que hoy pienso así, pero dentro de unos días todo puede cambiar. Creo que en eso todos los pilotos nos parecemos un poco”.
