Una forma de conmemorar esta efeméride pero, también, una excusa para engrandecer la leyenda de uno de los modelos de más éxito de Triumph en la nueva etapa que arrancó para ella a comienzos de los noventa.
Y es que la historia moderna de Triumph está indisolublemente unida al nombre Speed Triple. Desde que en 1994 se pusiera la primera piedra de esta saga se convirtió en santo y seña dentro de la categoría de las naked más rabiosas, las streetfighter. Esta Edición Especial 15 Aniversario recoge la tradición de tres lustros, pero lo hace desde el prisma de un modelo único. Sólo así se entiende que el propietario de la marca de Hinckley, John Bloor estampara su firma en el depósito de las unidades que componen esta serie limitada de las que, sólo treinta, pisarán asfalto español.
Más llamativas son la cúpula del frontal o la quilla, dos opciones de equipamiento dentro del catálogo de esta deportiva desnuda pero que, como el asiento en gel, son de serie en la Speed Triple 15 Aniversario. Su color también es inédito: un negro metalizado denominado ‘Phantom Black’ cuyo brillo con tonos rojizos hace juego c
on el ribete que embellece las llantas o con el acabado de los logotipos de Triumph y esta serie limitada. Al margen de ello, se mantienen intactas las señas de identidad de una de las motos con mayor personalidad del mercado: la doble óptica de insecto, el chasis tubular en acabado mate, el poderoso depósito contrastando con el colín minimalista y el espectacular basculante monobrazo.
Pero carrocería a un lado, si hay algo característico de esta moto es su mecánica tricilíndrica de 1.050 centímetros cúbicos. En 1968 Triumph lanzó su primera moto con propulsor de tres cilindros, la Trident, y con cuarenta años de experiencia, el conjunto está tan perfeccionado que para muchos es la mejor opción que hay en el mercado. A medio camino entre los poderosos bicilíndricos y los elásticos cuatro cilindros en línea, el ‘tres en línea’ de la Speed Triple consigue un buen equilibrio entre par motor y linealidad en la entrega de potencia. Son 132 CV y un par máximo de 105 Newton metros de pura adrenalina desbocada 
desde que se suelta embrague en busca de la primera curva.
Pero las excelencias de este motor se quedarían en papel mojado sin una parte ciclo como la de la Speed Triple. Su chasis tubular fabricado en aleación de aluminio se apoya en el tren delantero en una horquilla invertida con barras de 43 milímetros y, en el trasero, por un monoamortiguador. Aunque a primer golpe de vista parece una moto corta entre ejes –sensación que se confirma por su excelente agilidad en virajes de radio cerrado-, este conjunto presume de una gran estabilidad en autopista. Su posición de conducción se corresponde con la de una streetfighter de libro: erguida pero al ataque, cómoda pero deportiva.
En un segmento en el que las posibilidades se han multiplicado exponencialmente en los últimos años, la marca de Hinckley ha sabido salir victoriosa con los sucesivos perfeccionamientos de una moto al que sólo la Ducati Monster le puede hacer sombra en cuanto a personalidad. La Speed Triple Edición Especial 15 Aniversario es una auténtica pieza de coleccionista… pero no apta para estar encerrada en un museo.
