La reconocida mecánica fue introducida el 14 de mayo de 1966 en el Subaru 1000, hoy su producción llega a los 16 millones de unidades.
Entonces su denominación era EA y cubicaba 1.000 centímetros cúbicos para desarrollar una potencia de 55 CV. En la actualidad todos los Subaru equipan motores longitudinales de cilindros opuestos tanto en gasolina como diésel, desde los 114 CV del 1.6 atmosférico hasta los 300 CV del 2.5 turboalimentado, asociado a otro de los iconos de la marca, el WRX STI.
Con los cilindros opuestos y los pistones ubicados simétricamente en culatas enfrentadas, las principales ventajas además de su gran estabilidad y bajo rango de vibraciones es que el perfil plano del motor permite reducir la altura del centro de gravedad.
Subaru además es la única marca del mundo que emplea la configuración bóxer aplicada no sólo a sus motorizaciones gasolina, sino también al diésel, cuyo desarrollo comenzó en 1999. Los modelos actuales emplean la quinta evolución del motor de dos litros de cilindrada cuyos niveles de sonoridad y vibraciones son intrínsecamente bajos sin necesidad de emplear arboles contrarrotantes como es habitual en los motores en línea o en V.
El motor bóxer se convierte también en uno de los elementos principales del sistema simétrico de transmisión y tracción total simétrico desarrollados por Subaru y empleado este último en su valorados todo terrenos.