Pregunta.– Séptimo de la provisional con un podio, segundo en la categoría Junior, tercero en la Evo Cup... ¿Suficiente después de completar la primera mitad de la temporada del nacional de tierra?
Respuesta.– Nos conformamos con eso, pero es verdad que hemos cometido algunos errores que nos han llevado a bajar hasta esa séptima posición. La pequeña salida del segundo rally y algunas averías nos han lastrado. Pero hay que pensar que este primer año hemos ido a aprender y un séptimo puesto no está nada mal después de todo lo que ha pasado. Queda mitad de campeonato y hay que cambiar la mentalidad para hacer las cosas mejor todavía. 
P.– Esa autoexigencia no es la propia de un debutante en el CERT.
R.– Siempre que hacemos una carrera o un campeonato vamos con un objetivo. Es verdad que este año nos hemos propuesto disfrutar y pasarlo bien, y lo estamos haciendo, pero llega un punto en el que también quieres hacer tiempos porque ves que, siendo capaz de ir un poco más rápido, puedes estar con ellos en algunos rallies. En otros va a ser imposible, pero siempre queremos competir.
P.– Quizá el podio y ese scratch en el primer tramo del primer rally, el de Lorca elevaron en exceso las expectativas.
R.– Puede que sí. Un debutante no llega al primer tramo y consigue un scratch. Vale que había hecho algunas pruebas del nacional en la Beca RMC, pero a nivel absoluto no es fácil llegar y marcar el mejor tiempo. El segundo puesto pese a un problema de frenos que, a lo mejor, podría haber sido una victoria... Todo eso nos dio un plus de motivación para seguir adelante con más fuerza, pero cada rally nuestros rivales han ido más y más preparados. Los propios coches han ido evolucionando y nosotros no podemos hacerlo en la misma medida. Vamos a poder evolucionar en la medida de nuestras posibilidades.
P.– En realidad, en la mayoría de las pruebas Edu y tú tuvieron ritmo para estar rondando el podio. ¿Habla esto muy bien del nivel que tiene el autonómico canario de rallies de tierra?
R.– En Canarias se corre y se corre mucho. Se ha demostrado claramente. Gustavo, Juan Carlos y muchos más pilotos corren una barbaridad. Vale que en el CERT puedes llegar a tener treinta coches 4x4 y en aquí en las islas diez o quince, pero para aprender es genial. El nivel es distinto, pero en uno y otro campeonato hay que correr mucho para poder estar arriba.
P.– Después de una cosecha de títulos en tierra como la del pasado año habías tocado techo en Canarias ¿Te volveremos a ver correr por Canarias o el salto a Península va para largo?
R.– Nuestro Mitsubishi está allá, así que en principio no haremos nada. Sí nos propusimos sacar al pobre Renault Mégane en alguna prueba porque el pobre está cogiendo polvo en el garaje del equipo. Pero ahora mismo no es una prioridad, es algo que queremos hacer, pero no estamos seguros de que podamos hacerlo. Si es por mí me encantaría un Teror o un Maspalomas, que son dos rallies que me gustan mucho, pero no sé si podremos hacerlo.
P.– ¿Te queda alguna espina clavada en asfalto?
R.– Sí, nos hemos centrado más en la tierra. El primer año en el Volant RACC y el siguiente en la Beca RMC corrimos en ambos terrenos. Pero nos decantamos más por la tierra por tener el Mitsubishi y es verdad que ha quedado esa cosa de querer hacer algo para poder volver a correr un rally de asfalto. Apostamos por la tierra, pero creo que esa apuesta no nos ha ido mal la jugada. Ahora cojeamos en asfalto por este pequeño parón, pero no me preocupa demasiado.
P.– Viendo hacia dónde han encaminado sus carreras deportivas pilotos que fueron tus rivales en la Beca RMC hace sólo un par de años como Cristian García, Pepe López o Ángel Paniceres, ¿crees que perdiste una oportunidad no compitiendo fuera de las islas el pasado año?
R.– Es que en una decisión así dependen los apoyos que puedes tener. Se planteó hacer una serie de carreras que al final no fue viable. Había un proyecto muy bonito, pero no se consiguieron ayudas suficientes. Quisimos apoyarnos en instituciones, no hubo la reacción que esperábamos y contra eso no se podía hacer nada. Vemos que Cristian destaca una barbaridad en el CERA, Ángel va como oficial de Opel en el nacional, Pepe es oficial de Peugeot en la 208 Rally Cup... Está claro que ese año salió de ‘la Beca’ un material impresionante.
P.– En parte, hago esta pregunta porque rallies como el de Galicia o el último de León son un máster de conducción que, si no haces, difícilmente se puede aspirar a batir en un futuro a los mejores del CERT.
R.– Sí, completamente. Por poner un ejemplo, el propio Curtis tenía un agarre distinto en cada curva. Creías que la que ibas a atacar agarraba bien y el coche se iba por completo; ves la siguiente completamente seca y patina aún más; ibas con cuidado en la siguiente que brillaba y las ruedas se cogían de maravilla... Una variante constante e intentar adaptarte a eso cuando no has corrido nunca ahí es una locura. Las notas las corriges ciento cincuenta veces, tienes mil anotaciones y para la siguiente pasada acaban siendo un disparate. Hay que pasar por ahí y aprender todo lo posible en los rallies que se hagan.
P.– En algún momento, hace apenas un par de años, tu carrera parecía apuntar al mundial. ¿Ese sueño está aparcado? Tienes sólo 23 años...
R.– Sí, tanto Edu como yo somos jóvenes todavía pero el mundial es muy difícil. Hace algunos días me preguntó un amigo de Lanzarote si este año íbamos a correr el Rally de Cataluña, pero no, bastante tenemos con este programa. En 2014 GC Motorsport también participó en esa carrera del mundial y claro que la experiencia fue increíble, pero soy muy consciente de cómo está la situación y con el CERT el equipo y toda mi familia, que es un apoyo importantísimo, está haciendo un esfuerzo enorme. Plantearnos el mundial o el europeo se nos va de las manos, es impensable a día de hoy. He de reconocer que sí, que en su momento se planteó y que el hecho de que no pudiéramos sacarlo adelante nos desmotivó mucho, más aún cuando optamos por hacer tres pruebas, sólo tres del WRC, y tampoco se pudo hacer ni tan siquiera una. Ver cómo eso se iba al traste fue un palo, pero hemos recuperado la ilusión en el nacional.
P.– ¿Hacia dónde te gustaría encaminar tu carrera a medio plazo?
R.– Siendo ambicioso o no siempre quieres avanzar y llegar a lo máximo que puedas. Yo ahora mismo firmo poder continuar en el Campeonato de España de Rallies de Tierra porque es muy competitivo y muy bonito. Me gusta mucho el ambiente que hay. Hasta ahora, quizá por ser ‘el nuevo’ o ser ‘el niño’ me tratan muy bien en las asistencias y estoy aprendiendo muchísimo. En principio me conformo con poder continuar donde estoy.
P.– ¿Te ves algún día como campeón de España?
R.– (Silencio largo) Estaría bien conseguirlo. Bueno, no estaría bien, estaría genial conseguir algo así. Pero es muy complicado y lo peor es que cada rally que pasa lo es aún más. Están llegando coches superiores y pilotos como Álex están cada vez más hechos al suyo, llegan otros como Bassols que también van rapidísimo. Nosotros pondremos todo lo que esté en nuestra mano, pero cuesta mucho poder estar en tiempos de cabeza con un coche como el nuestro. Ojalá algún día se puede llegar a lo más alto, pero yo con seguir donde estoy y disfrutando como lo estoy haciendo, me conformo.
P.– Hay pilotos que en las entrevistas son como tú, todo templanza, pero que al subirse al coche son dinamita. En tu caso, viendo las cámaras interiores y tus reacciones al llegar al final de cada tramo parece que no hay dos caras. ¿Alguna vez has perdido los nervios en carrera?
R.– (Risas) Alguna que otra vez los he perdido sí... En muchos aspectos de mi vida intento ser muy profesional y eso pasa dentro y fuera del coche. Soy una persona muy calmada y creo que tengo las ideas bastante claras. Todos cometemos errores y te aseguro que hay cámaras interiores que han grabado algún que otro cabreo por fallos tontos o por cosas que te parecen injustas. Es parte del juego, pero me enfado cuando cometo algún error de pilotaje.
P.– Edu González y tú forman una pareja tan estable en los rallies que se empeñan en hacerlos hermanos. Bromas al margen, el programa en el nacional ha llegado en un momento de madurez para los dos. No hay más que ver su papel con otros pilotos como Cristian García o Gustavo Sosa.
R.– (Risas) Sí, Edu ha aprendido muchísimo y yo lo he hecho junto a él. Hay un vínculo que nos hace estar más unidos todavía. En el nacional se mueve como pez en el agua y con Cristian, en esos dos rallies, casi estuve yo más en la carrera que él a pesar de que no pude salir de Lanzarote por trabajo. En mi ordenador tenía una parte de la pantalla con los tiempos y cuando llegaba a meta le iba informando de todo cuanto podía. Hemos pasado muchísimos momentos buenos, otros amargos como la rotura de Galicia a tres kilómetros de la meta. Y por cómo es, por lo perfeccionista que es, le dolió casi más a él que a mí. Yo asumo que los ‘hierros’ son ‘hierros’, pero él le pone tanto entusiasmo que en la cuneta ya estaba sacando cuentas de los puntos que habíamos perdido y lo que iba a suponer para el campeonato. Tiene ansia por mejorar rally a rally y por aprender y eso es genial para un equipo joven como el nuestro. 
P.– Hay mucho buen rollo entre ustedes porque hay una relación muy estrecha. Sin embargo, la relación cuando se ponen en ‘modo rally’ es completamente distinta. ¿Cómo lo hacen?
R.– Como te decía antes, siempre se intenta ser muy profesional. El deber es hacer las cosas bien. Pero para mí Edu, dentro y fuera de las carreras, un amigo y muchísimo más que eso. En cualquier caso, sí, hay mucha seriedad porque a los dos nos gusta hacer las cosas correctamente, pero a veces hay tanta que cualquier cosa en un enlace o reconociendo, el detalle más tonto, hace que explotemos de risa. Eso ayuda a hacer más llevadero el trabajo y disfrutar más aún en un fin de semana de carrera.
P.– ¿Alguna rutina o manía supersticiosa antes o durante un rally? No tienes pinta de eso…
R.– Las hubo, pero con el tiempo las vas aparcando porque te das cuenta de que no sirven para nada. Un día haces lo mismo y va de maravilla; otro día lo repites y sale mal. Al menos manías y rutinas de las que yo era consciente, porque según Edu tengo otras antes de empezar un tramo y me parece que van a durar para siempre porque lo hago instintivamente. Esa es una de las cosas que, por ejemplo, nos hacen reír mucho dentro del coche porque cuando veo que me mira y sonríe sé que ya he vuelto a hacerlo sin darme cuenta.
P.– Ahora sí toca hablar de tu hermano, el de verdad. Josué lleva a la sombra desde que aparcó su carrera deportiva y quiso impulsar la tuya. ¿Qué papel ha jugado estas últimas temporadas?
R.– Josué es un pilar muy importante dentro del equipo. Parece que está en todas las curvas, en todos los cruces y en cada meta. Antes de llegar al final tenemos información de referencias y parciales y opiniones de él y del equipo. Cuando llegas a meta lo ves al lado del coche y, aún no te has quitado el casco y ya se está asomando a la ventana para saber qué tal nos ha ido. A veces no me lo explico. Es una pieza muy importante por eso y porque en el plano anímico nos anima una barbaridad. Es capaz de hacerte salir de cualquier situación difícil, obligarte a cambiar el chip y pensar otra cosa o convencerte que algo que pasó durante la carrera no fue un problema, sino que pasó porque te va a ayudar a mejorar. Es una motivación constante y está siempre pendiente de todo para hacernos la vida un poco más fácil antes y durante la carrera. Un rally sin él sería mucho más complicado.
P.– ¿Algún ídolo de juventud que ayudó a sentirte aún más atraído por este deporte?
R.– Siempre me han gustado pilotos, pero de hace años. Me quitaba el sombrero con Markko Martin y Marcus Grönholm, pero si hay una persona que me ha marcado ésa es Petter Solberg junto por Sébastien Loeb. En el caso de Petter por los coches que condujo y por su personalidad, por esa capacidad de estar siempre disfrutando y alegre. Es tan carismático que creo que somos muchos los que vemos el Rallycross por él. Creo que si hay una gran figura internacional que me ha enseñado algo ha sido Solberg.
