Cosas y casos en la resaca del Rally Islas Canaria

  • Todos estamos obligados a luchar por la continuidad del rally

Comenzando por lo deportivo, el rally se desarrolló con sorpresa en el inicio, por la influencia de las circunstancias meteorológicas que trastocaron las quinielas previstas en algunos casos, porque las decisiones fueron una auténtica lotería en la elección de los neumáticos. La lista de participantes daba claramente contados candidatos para el triunfo por la calidad de ciertos equipos, que no por el número de ellos y planteaba la duda de la participación glamurosa de Kubica  y su rendimiento que a la postre sorprendió a muchos. No podemos calificar de participación brillante ni la mejor de las ediciones, porque faltaron a la cita algunos de los destacados del ERC como Delecour o Bouffier, o vimos a Skoda y Peugeot con una armada menguada con respecto a otros precedentes.   

La participación del piloto polaco fue todo un espectáculo en la carretera y fuera de ella, con la asistencia de Yves Matton, máximo jefe de Citroen, que presentaba uno de los coches novedad en esta edición, de un alto nivel competitivo, pero  especialmente por la repercusión mediática que ha tenido para la prueba la presencia de Kubica. Este hecho ha sido el referente más importante que ha tenido el rally, independientemente del resultado estrictamente deportivo. Gracias a su participación nos atrevemos a asegurar que tras 37 años de existencia, el rally ha conseguido su mayor trascendencia de carácter internacional, que hubiese llegado a cotas insospechadas si Robert hubiera acabado ganando la prueba.

Indudablemente a ello, la contribución por parte del gran despliegue mediático internacional, nacional y local presente en el rally, de innegable influencia en la magnífica repercusión que aún se extiende en el tiempo . En este aspecto es necesario destacar el esfuerzo de las pocas emisoras de radio que una vez más llevaron en directo las incidencias a los aficionados, a pesar de las dificultades económicas y la falta de apoyo publicitario por parte de la mayoría de sectores implicados en el evento.

Como consecuencia directa de lo anterior, una gran participación de aficionados en todos los focos principales de la prueba, con una asistencia llamativa en la ceremonia de salida que desbordó las previsiones. El acierto de la organización de trazar un rutómetro amplio y variado para evitar el colapso de otras ocasiones y que permitió  a pesar de la masiva presencia  en todos los tramos,  salir airosos de posibles situaciones complicadas y que permitieron el disfrute y contento casi generalizado de la gran masa de aficionados.

En la organización, algunos errores de bulto protagonizados por elementos que toman sus propias decisiones erróneas a espaldas de la dirección de carrera, como sucedió con el responsable de tramo y cronometradores en La Pasadilla, con claro perjuicio para algún equipo modesto. Ello  seguramente derivado de la prepotencia y la ineptitud de alguno, y por supuesto de la rutina de las malas prácticas utilizadas en otros rallies locales en los que se saltan los reglamentos  ocasionalmente para resolver problemas de reagrupamiento. En una prueba de este calibre, inadmisible ante cualquier observador externo, y se exige una lección de humildad para estos personajes o su desaparición de los equipos organizativos.

Como efecto colateral ajeno al propio rally, saltó la polémica entre algunos protagonistas del autonómico de rallies, por la disconformidad con la inscripción de Fuster en el campeonato, y que tras este tiempo persiste en el ambiente y se refleja en los medios. Amén de la rivalidad y de que cada equipo defiende sus intereses deportivos, nuestra percepción tras investigar los hechos, nos lleva a concluir que la discordia llega por la falta de tacto con el tema, por parte del presidente de la FCA en su actitud poco explicita y ambigua con los protagonistas.

Por último, la desconfianza que en la actualidad se presenta en algunos sectores por el futuro más inmediato del evento, tras el anuncio (una vez más) del promotor de abandonar la tarea, y de las manifestaciones de los responsables de la organización advirtiendo de las dificultades que presenta la continuidad dentro del campeonato ERC por los costes que implica y la falta de los patrocinios necesarios. De hecho la inclusión este año fue una agradable sorpresa cuando en un principio era casi un imposible. Solamente por la repercusión y el impacto a todos los niveles de este evento, absolutamente todos estamos obligados a luchar por el mantenimiento y la continuidad del rally.

Autor
Manolo José Santana
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