El pasado día 19 de octubre algunas islas sufrieron los efectos de una tormenta con fuertes lluvias. Especialmente en Tenerife, donde estaba convocada la Asamblea de la Federación Canaria de Automovilismo para tratar un complejo asunto que podía desembocar en la creación de nuevas federaciones insulares. Paradójicamente el efecto colateral de las lluvias fue la suspensión de la convocatoria federativa por falta de quórum de asistentes y la inmediata convocatoria del proceso electoral que en estas fechas sigue sus pasos.
De esta forma la idea original de la dirección de la FCA de cambiar las reglas del juego en mitad del partido con claros fines electoralistas a cambio de un puñado de votos procedentes de las islas afectadas por este posible cambio estructural del automovilismo regional, quedaron en saco roto y se entró irremediablemente en el proceso actual.
Les salió mal la jugada por los efectos de una ‘tormenta’ que algunos querían forzar con finalidades particulares para asegurar su sillón en la nefasta gestión del automovilismo autonómico, reconocida públicamente por los protagonistas, que han llegado a calificar su propio desempeño como mediocre. Para más ‘inri’, el intento parece que ha contado con el apoyo de algún político de segunda fila, que de forma oficiosa habría recomendado la maniobra y que incluso se ha permitido el lujo, en conversaciones privadas, de presionar a algún dirigente de este deporte para que apoyase esta maniobra y, por extensión, la repetición de la candidatura a la presidencia federativa autonómica. Es increíble que desde la esfera política del deporte canario se promueva la división insularista en una época de globalización. En vez de promover el fortalecimiento y la unidad de la estructura existente, amén –por supuesto– de las pretensiones de alguna isla que pudiera tener legítimas opciones a solicitar algún cambio de funcionamiento de acuerdo a los estatutos y a la actual Ley del Deporte.
Todo ello sin entrar a analizar la historia de la FALP, principal perjudicada por el intento, que a lo largo de los años ha desempeñado una función de relevancia en el automovilismo canario, nacional y europeo. Con una trayectoria de más de 40 años, de la que muchos hemos sido testigos y partícipes, con una labor fundamental en las infinitas competiciones que se han desarrollado en las islas. Y especialmente en el apoyo ofrecido para el inicio y continuidad de las competiciones oficiales en las islas de Lanzarote y Fuerteventura.
En definitiva, una maniobra puramente electoralista para crear expectativas en algunos y confusión en otros muchos que no entienden la falta de sentido común de una propuesta que tenía que fomentar la integración de todos los sectores para aumentar la fortaleza de las estructuras federativas y caminar hacia la mayor unidad del automovilismo canario. Consecuentemente esa propuesta de integración tiene que ser válida también para que la propia FALP cuide, mime y fomente la unidad de sus islas y sectores deportivos.
Tras el golpe de efecto de la tormenta el proceso electoral actual está en sus primeros e importantes compases con la proclamación de los candidatos de los distintos estamentos para las diferentes asambleas federativas y que serán los encargados de elegir a los respectivos presidentes. Y aquí nos planteamos nuevamente la necesidad de cambios y alternativas a las actuales estructuras. Con el fin de ofrecer una gestión más abierta, participativa y transparente; con proyectos viables que aumenten el peso específico del automovilismo, y especialmente que vayan a favor de los deportistas y organizadores.
Desde este punto de vista se impone el abandono paulatino de la organización de pruebas por parte de los entes federativos, que sólo deben tutelar administrativamente, buscar y gestionar los recursos materiales y apoyar a los diferentes estamentos en la labor deportiva y organizativa de sus componentes, evitando trabas burocráticas y fomentando la participación de los distintos sectores implicados abaratando los costes en todos los aspectos.
Por el momento, el proceso electoral es limpio. Y así debe continuar. Aunque en estos inicios la batalla electoral ha sido importante con movimientos lícitos y oscuros, también con sorpresas en los resultados, en los que se han podido interpretar lealtades y traiciones para aquellos protagonistas que se han movido entre bambalinas y para aquellos otros que han afrontado de cara y abiertamente los movimientos previos a las votaciones realizadas. Unos y otros no han quedado satisfechos a la vista de la realidad de los candidatos elegidos, y en este momento mueven los hilos para buscar avales para sus candidatos presidenciables.
Por lo que se respira en el ambiente, y con el fin de unir posiciones del presente inmediato evitando filias y fobias, el sentido común implicaría la responsabilidad que algunos deberían asumir dando un paso a un lado, alejándose del proceso y abandonando sus aspiraciones personales. Y ello para permitir que otra gente con competencia demostrada y con el beneplácito generalizado del colectivo del motor, puedan llevar hacia una regeneración de la gestión federativa con nuevos objetivos, con la apertura a la participación y con la transparencia que desde todos los estamentos se exige como primordial para cambiar el presente y futuro de este deporte. Un gesto de generosidad y de renuncia, les llevaría al reconocimiento de la gran mayoría y evitaría debates inútiles en beneficio del automovilismo canario. En sus manos está el tener ese gesto.
