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Portofino, el lujo discreto de Ferrari

  • Se presentará en el próximo Salón de Frankfurt

Ferrari ha cogido la coctelera y ha mezclado deportividad, elegancia y confort a bordo. Tras batirlo con el estilo propio de la marca italiana, el resultado es el nuevo Portofino, un Gran Turismo con el que quiere ser el no va más de su categoría.

¿Qué encanto extra ofrece el Portofino dentro de la constelación de modelos de Ferrari? Pues el hecho de que un descapotable sea capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en 3,5 mediante un motor de 600 CV y ofrecer, a la vez, un techo rígido retráctil, un amplio maletero y dos plazas traseras sólo recomendables para trayectos cortos. 

Ese motor V8 pertenece a la misma familia que ha vencido las dos últimas ediciones del International Engine of the Year; el mismo también que el del California T, pero con una inyección de 40 CV que redondean la cifra hasta los 600 CV. Según la marca, esto se ha logrado mediante una serie de componentes mecánicos específicos y de una nueva gestión electrónica que repercute también en su sonido.

Entre esos componentes específicos hay que incluir pistones, vuelas, sistema de admisión y un nuevo colector de escape de una sola pieza que reduce la pérdida de carga (y por tanto incide en esa ausencia de retardo de la que siempre presume Ferrari). También permite mejorar la aceleración y la eficiencia de este propulsor el Variable Boost Management, un dispositivo que ajusta el par según la marcha seleccionada.

El trabajo de colaboración entre Ferrari Design y el departamento de Aerodinamica ha permitido obtener extrema eficiencia en todas las superficies del Portofino. Partiendo del frontal, en la calandra que abraza los extremos afilando cuidadosamente su perfil, destacan unos nuevos grupos ópticos full-LED con un nuevo diseño más horizontal y una inédita toma de aire en la parte externa del proyector que lo canaliza al interior del arco de rueda para descargar el flujo directamente al costado, reduciendo así la resistencia en marcha. 

El chasis es nuevo y está hecho a medida del Portofino. Más ligero y resistente que el del California T, la dinámica también se mejora mediante el uso de un diferencial trasero electrónico de tercera generación y que, como parte del F1-Trac, mejora el agarre y el control del coche. Más avances: la dirección de asistencia eléctrica permite reducir el ratio de ésta en un 7% para una respuesta más directa; y las suspensiones magnetoreológicas reducen el balanceo a la vez que filtran mejor las irregularidades de la carretera. 

Respecto a ese confort extra respecto a cualquier otro GT de Ferrari, el Portofino se hace con un nuevo climatizador, un volante más ergonómico, asientos con 18 vías de reglaje eléctrico y respaldo mejorado con el que se gana espacio para las plazas traseras, un equipo multimedia más evolucionado y con una pantalla táctil de 10,2’’ y un nuevo deflector de aire que reduce en un 30% el flujo de viento en el interior de la cabina. 

Como siempre en Ferrari, el nombre tiene un porqué. Portofino es una localidad costera y turística que evoca lujo y elegancia, atributos que, junto a la deportividad, se maridan en este nuevo vehículo. Aunque a simple vista da la impresión de que se viste con el clásico uniforme Ferrari, este Gran Turismo V8 estrena un nuevo tono del mismo nombre.

 

 

 

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