Carlos Sainz Junior fue uno de los ingredientes, otro más, de este emocionante Rally de Montecarlo. El hijo del doble campeón del mundo de rallies y dos veces ganador del Dakar se subió este pasado domingo a un coche de rallies para conducirlo en un tramo cronometrado. Pero no uno cualquiera: el de ‘Cabanette-Col de Braus’ que puso punto final a esta primera prueba del WRC 2018.
Como les contamos, fue una simple toma de contacto, ya que el piloto oficial Renault en el Mundial de Fórmula Uno condujo uno de los nuevos Mégane R.S. como parte de la caravana de vehículos VIP que precede a los coches de seguridad. Con 13,58 kilómetros por las míticas carreteras de los Alpes que bordean el Principado de Mónaco, el coche tuvo que montar ruedas con clavos para poder afrontar con garantías este tramo helado en algunos sectores. Unas condiciones en absoluto comunes para un piloto de monoplazas.
“Esto ha sido muy especial. He soñado con hacer esto muchas veces en mi vida y ahora, gracias a Renault, se ha hecho realidad. Siempre quise hacer una prueba con un copiloto, notas y un buen ritmo y me ha encantado”. Respecto al Mégane R.S., dijo que es “realmente bueno” y que estuvo probando los distintos modos de conducción “para estar completamente cómodo”. “La dirección era muy precisa y la suspensión rígida para las secciones más viradas, así que realmente disfruté mucho. Fue una experiencia fantástica y, para tener la experiencia completa de lo que es un Montecarlo, con zonas bastante resbaladizas. Mi padre me dijo que me lo tomara con calma, pero me divertí mucho. Gracias a todos por la oportunidad”, apuntó Sainz ‘Junior’.
Aun sacudiéndose el polvo de los tramos del último Dakar, su padre estuvo muy atento a este bautismo en un rally que venció en tres ocasiones (1991, 1995 y 1998). “Estoy muy feliz de que Carlos haya experimentado el sabor de un rally tan legendario. Montecarlo fue y sigue siendo una carrera muy especial para todos los adicionados al automovilismo. Ha conducido coches de rally antes, pero probar en las carreteras de esta prueba en particular es diferente. Le di un par de consejos, pero el más importante fue que disfrutara”, señaló.
Aunque sus coches no estén ahora en primera línea de batalla en esta especialidad, Renault tiene una larga tradición en el Rally de Montecarlo. No en vano, el palmarés de esta mítica prueba ha registrado triunfos de vehículos de la marca del rombo en 1925 con François Repusseau, en 1935 con Christian Lahaye, en 1981 con Jean Ragnotti a los mandos de un Renault 5 Turbo y en 1958 con Guy Monraisse pilotando un Renault Dauphine. Este año se cumple el 60 aniversario de ese triunfo.
