DEPORTE
WRC

Loeb: "No tengo ni idea de dónde estaré"

  • "El 28% de la carrera será nueva para mí"
  • "Espero que mi posición de salida me ayude a aclimatarme"

Al margen de ser la tercera prueba de esta temporada 2018 de futuro incierto; del liderato provisional de Thierry Neuville; de la maniobra de Sébastien Ogier en Suecia y de cualquier otra consideración, el Rally de México es, por encima de todo, el del regreso de Sébastien Loeb al Campeonato del Mundo de Rallies. 

El nueve veces campeón, el vencedor de 79 pruebas y autor de más de 900 scratch vuelve a un rally que ha conquistado hasta en seis ocasiones. Desde 2006 y hasta 2012 (con el paréntesis de 2009 cuando esta prueba quedó fuera del WRC), no hubo quien tosiera a ‘Seb’ y su inseparable Daniel Elena. Por ello, porque en sus polvorientas pistas de tierra se siente como en casa, el alsaciano va a buscar el más difícil todavía: volver al podio cinco años después.

A sus 44 años regresa para la primera de un programa de tres pruebas (que incluyen el Tour de Córcega y el Rally de Catalunya) en el equipo en el que empezó su carrera. Con su última participación en WRC en el Montecarlo de 2015 y su última temporada completa en 2012, al nueve veces campeón del mundo de rallies probablemente le falte tiempo en un WRC. Sin embargo, y salvando las enormes diferencias, tener tan cercana la referencia del Dakar puede venirle bien en este rally que se celebra con calor y sobre tramos que están muy elevados sobre el nivel del mar. 

Lo que es indudable es que los nuevos World Rally Car son muy diferentes de los que condujo con regularidad hasta 2012. Y esas grandes diferencias son, precisamente, las que han atraído a Loeb al enésimo reto de su carrera deportiva. “Este es un rally que siempre me ha encantado, así que tengo grandes esperanzas. Disfrutaré de estos tramos con el C3 WRC, que es un coche muy emocionante de pilotar”.

“Tengo algunas dudas, como todo el mundo –admite el nueve veces campeón del mundo de rallies–, aunque espero seguir el ritmo más o menos. No tengo ni idea de dónde estoy respecto a los otros pilotos, así que estoy impaciente por empezar. Hay que tener en cuenta que esto sigue siendo el campeonato del mundo. Los demás pilotos se han quedado aquí los últimos años…” 

Para que se vaya haciendo una idea de lo que le espera, días atrás realizó unos test en los que completó 500 kilómetros a lo largo de dos días. ¿Conclusiones? Que el C3 WRC de Citroën Racing “es un coche equilibrado” y, sobre todo, que había mejorado respecto al que hizo a finales del pasado año.

Como el ganador nato que es, Loeb ha intentado llegar lo más preparado posible a los reconocimientos de esta prueba. Para conseguirlo ha trabajado en distintos frentes. “He intentado mejorar mis opciones pasando algún tiempo con un DS3 WRC antes, para recuperar las sensaciones y reflejos, y viendo videos de a bordo de rallies anteriores. El 28% de la carrera será nueva para mí, en comparación con el 4% para los demás, pero eso es positivo, porque sigue siendo una de las pruebas que todavía conozco mejor. Sin embargo, mis recuerdos del 72% sobre el que he pilotado antes son de hace seis años, así que he trabajado un poco para no sentirme completamente desorientado. Espero que mi posición de salida del viernes (11º) me ayude a aclimatarme, porque con la normativa actual, hay que hacer un buen primer día, o sufrirás el resto del rally”, señala.

 

 

 

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