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Mercedes Benz, 125 años de evolución

  • Mercedes 35 CV, el primer automóvil moderno.

A principios de 1901, el Mercedes 35 CV, el arquetipo de todos los turismos modernos, inaugura una nueva y revolucionaria arquitectura del automóvil. Sus rasgos característicos son una forma alargada, el motor situado en posición baja en el bastidor y el radiador de panal integrado en el frontal, que se convierte en el signo distintivo de la marca. Este modelo supone el fin de las construcciones tipo carruaje que dominan el mercado y está considerado como el primer automóvil moderno.

Muchos otros fabricantes deciden adoptar este concepto innovador, que demuestra su excelencia en todos los aspectos y se inicia una carrera donde el objetivo principal es mejorar constantemente sus productos para ofrecer a los clientes la solución ideal en cada momento. Una meta se ha mantenido vigente hasta nuestros días.

En 1909, el compartimento del motor y la carrocería se funden en una unidad formal. Esta regla también se aplica a la configuración estética del automóvil, en la que ejerce una influencia considerable el ‘Blitzen-Benz’ presentado en 1909. En el revolucionario diseño de este hito del automovilismo, concebido como vehículo de carreras para batir récords, confluyen por primera vez los resultados de estudios aerodinámicos. Si bien los parámetros aerodinámicos no juegan realmente un papel importante en los vehículos de la época, el ‘Blitzen-Benz’ establece nuevos estándares en el desarrollo automovilístico: el chasis con motor y frontis ya no está separado de la carrocería a la altura del salpicadero, sino que forma una unidad formal con esta.
Esta característica constructiva se impone casi al mismo tiempo y de forma generalizada también en los turismos de serie, aunque de manera gradual debido a la mayor anchura de las carrocerías.

Mercedes 540 K 

Mientras que los modelos de los años 1920 presentan líneas masculinas y acentuadas, a partir de los años 1930 el diseño se decanta gradualmente por líneas más suaves y fluidas y elementos formales con contornos más redondeados. Los máximos representantes de esta tendencia son el modelo 500 K de 1934 y su sucesor, el 540 K, introducido en 1936, que presenta un aspecto exterior idéntico al de su predecesor.

Ambos modelos están a disposición en un gran número de versiones de carrocería. Sus formas ‘a medida’ y las líneas elegantes y fluidas los convierten en auténticos iconos de belleza y representantes de la élite del sector automovilístico. La elegancia de sus líneas y la ejecución precisa de la carrocería se reflejan también en el interior, que destila una armonía perfecta subrayada por el uso de materiales de calidad con un acabado excelente.

En aquella época todavía era habitual combinar el chasis de un fabricante reputado con una carrocería confeccionada a la medida por un carrocero independiente. Pero la elegancia de la carrocería de Sindelfingen de Mercedes-Benz, cuyo responsable desde 1932 es Hermann Ahrens, hace de ella una referencia de su tiempo.

Después de una fase intermedia, representada en 1951 por el modelo 220 y, en mayor medida, por el modelo 300 ‘Mercedes Adenauer’, la firma da en 1953 el paso decisivo hacia la modernidad con el modelo 180. La carrocería autoportante soldada con el chasis forma un conjunto de tres volúmenes: la denominada forma de ‘pontón’. El tercer volumen, formado por el maletero, se encuentra detrás del frontis y el habitáculo. Esta solución convence no sólo por su mayor estabilidad y una mejor seguridad pasiva, sino también por su aspecto más moderno. Los modelos de tres volúmenes presentan numerosas ventajas prácticas: un habitáculo más grande, mejor visibilidad, un coeficiente de resistencia aerodinámica más bajo, menos ruido aerodinámico y un maletero claramente mayor.

Mercedes alas de gaviota: un icono del diseño

Muchos de los extraordinarios modelos de Mercedes-Benz han ejercido una influencia sostenida en la evolución formal de los automóviles. El Mercedes-Benz SL 300 ‘alas de gaviota’, reconocido repetidas veces como un icono del diseño, encarna tras la Segunda Guerra Mundial como ningún otro vehículo de su época los valores de fuerza y clase. En la actualidad sigue siendo un vehículo muy codiciado. En 1999, el 300 SL fue nombrado ‘vehículo deportivo del siglo’ por un jurado compuesto por expertos del sector automovilístico.

Este vehículo, obra de Friedrich Geiger, fascina desde su debut en 1954 no sólo por sus originales puertas de ala de gaviota, que obedecen a una necesidad constructiva, sino por ser el primer vehículo para carretera de Mercedes-Benz cuya parrilla del radiador no está en posición vertical. En su lugar se encuentra una abertura horizontal para la entrada de aire con la estrella en el centro. Este nuevo frontal será una constante en todos los modelos deportivos sucesivos
del SL.

Las berlinas de los modelos 220, 220 S y 220 SE presentadas en 1959 establecen nuevos estándares con su forma inimitable, que aúna funcionalidad y elegancia.  La búsqueda de fórmulas al servicio de estos principios continúa de manera coherente en el interior. Una característica específica son los materiales flexibles utilizados. Con ello, el diseño interior contribuye de manera determinante a la seguridad de los pasajeros. Este principio es un complemento a la carrocería de seguridad con habitáculo rígido y zonas de deformación controlada.

La versión coupé de dos puertas del 220 SE lanzada en la primavera de 1961 muestra elementos de diseño propios, renunciando por ejemplo a las prominentes ‘colas’ de la berlina. Las nítidas líneas de este bello coupé con carácter intemporal son un elemento recurrente en el diseño de Mercedes-Benz en los años 1960 e influirán en el aspecto exterior de las futuras series de berlinas de la gama media y alta.

El deportivo 350 SL presentado en 1971 y la Clase S de 1972 definen la apariencia externa de los turismos Mercedes-Benz y hacen visible y palpable el concepto de seguridad integral. Los faros de gran superficie con distribución horizontal llaman tanto la atención como los grandes intermitentes, visibles sin dificultades desde el frontal y en la vista lateral. Los legendarios pilotos traseros acanalados no sólo crean estilo, sino que además repelen la suciedad. A ello se añade la nueva manilla de la puerta en forma de estribo, una novedad en la época, que se integra con armonía en la carrocería y ofrece un mayor confort de manejo.

El C111

Mercedes-Benz hace también historia en el capítulo del diseño con vehículos experimentales y prototipos como el C 111 de 1969. Aunque nunca llega a fabricarse en serie, este vehículo representa el punto de partida para el desarrollo de los automóviles del futuro. Si bien las innovaciones en el diseño son un rasgo característico de Mercedes-Benz, en todos los casos se preserva la identidad de la marca.

En los años 1970, el jefe de diseño de Mercedes-Benz, Bruno Sacco, desarrolla sobre esta base la primera filosofía cabal de diseño de Mercedes-Benz. La primera máxima es que, ante la opinión pública y en cualquier ámbito cultural del mundo, un Mercedes-Benz debe mostrar atributos que lo identifiquen de manera intuitiva como miembro de la familia con la estrella. Asimismo, cuando se desarrolla un modelo de una generación futura, debe conservar en todo momento la identidad de la serie a la que pertenece. Bruno Sacco acuña el concepto de ‘afinidad vertical’, considerado la piedra angular de la filosofía de diseño de Mercedes-Benz. Un postulado de este concepto es que la nueva generación de un modelo no puede relegar por obsoleto al diseño de la generación anterior.

El segundo pilar sobre el que se basa la filosofía de diseño de Mercedes-Benz es la identidad de la marca, que exige mantener y perfeccionar los rasgos de diseño tradicionales y aplicarlos de manera integrada en todas las series. Bruno Sacco lo describe como ‘homogeneidad horizontal’. Este concepto encuentra su máxima expresión, por ejemplo, en el diseño de las parrillas del radiador, de los faros y de los grupos ópticos traseros.

Para Mercedes-Benz, el diseño es un proceso en constante evolución. Es posible reconocer a cada modelo como miembro de la familia con la estrella, emparentado con sus antecesores y con las demás series contemporáneas. Este es el axioma que han aplicado todos los diseñadores en jefe que han sucedido a Sacco. Gorden Wagener, actual jefe de diseño lo expresa de la siguiente manera: Un Mercedes-Benz debe poder reconocerse siempre como tal. El diseño de un Mercedes no puede perder su vigencia, ni siquiera al cabo de 30 años. Se trata de un diseño para toda la vida, como nosotros lo llamamos”. Peter Pfeiffer, el antecesor de Wagener en el cargo lo describía: “Un Mercedes-Benz es una mezcla de continuidad y creatividad, de tradición y modernidad, que fundamenta el valor estilístico intemporal de los modelos con la estrella y que contribuye a que muchos de nuestros automóviles se conviertan con el tiempo en clásicos codiciados.

El diseño del Mercedes Clase S de 1979 se convierte en un arquetipo del diseño. Estas premisas revelan la importancia de otros vehículos que crean tendencia con su estilo como la categoría compacta de 1982. El sucesor de la clase compacta, presentado en 1993 con el nombre de Clase C, es la respuesta de Mercedes-Benz a las exigencias cada vez patentes de los clientes, que desean poseer un vehículo personalizado. En los años siguientes se suman, para muchas series de modelos, otras líneas de diseño y equipamiento que tienen en cuenta las variadas preferencias de los clientes.

La personalización una necesidad

A principios de los años 1990, el creciente deseo de personalización por parte de los clientes hace que los diseñadores de Mercedes-Benz tengan que afrontar nuevos desafíos. En esta época, Mercedes-Benz inaugura una nueva era con la primera gran ofensiva de productos. La gama de turismos, constituida hasta entonces principalmente por tres series, crece hasta convertirse en una extensa cartera de productos.

Con el SLK, el CLK, la Clase A y la Clase M, el fabricante de Stuttgart conquista con rapidez nuevos segmentos de mercado. La empresa crece al mismo ritmo que su cartera de productos y las cifras de producción. La estrategia de la ‘homogeneidad horizontal’ llega por primera vez a sus propios límites, sobre todo porque los nuevos conceptos de vehículos sugieren estilos de diseño propios. Por este motivo, los diseñadores de Mercedes-Benz se decantan a principios de los años 1990 por un nuevo concepto para el diseño de las futuras series de modelos.

El rostro de cuatro ojos

El aclamado rostro de cuatro ojos de la Clase E de 1995 con sus dos pares de faros de distinto tamaño y forma ligeramente elipsoidal supone un primer paso en esta dirección. Dos años más tarde, la Clase A es el ejemplo más emblemático de cómo una innovación audaz y moderna y un diseño fiel a la marca son los ingredientes para crear un producto con éxito a largo plazo. Para desarrollar el nuevo compacto de cuatro puertas con portón trasero, los responsables de diseño de la marca se adentran por nuevas vías con formas vanguardistas y una técnica innovadora, con elementos tales como la arquitectura con piso doble en sándwich o la inteligente configuración del habitáculo. La Clase A fascina con detalles avanzados desde el punto de vista estilístico y funcional.

Los diseñadores de Mercedes-Benz siguen perfeccionando el diseño de los modelos ya consolidados, dándoles nuevos toques estéticos. Un ejemplo es la Clase S presentada en 1998. Las líneas deportivas y elegantes confieren a esta berlina con estilo de coupé una presencia atractiva caracterizada por su ligereza.

Otro icono en la historia de la marca es el Vision CLS de 2003, que comienza a fabricarse en serie un año más tarde. El nuevo CLS combina de forma fascinante el elegante lenguaje formal de un coupé con la funcionalidad de una berlina de cuatro puertas de la gama alta y anticipa una nueva generación de coupés que despierta emociones. “Nunca antes había oído comentarios sobre un automóvil tan llenos de sentimiento”. Con estas palabras describía el anterior jefe de diseño, Peter Pfeiffer, las reacciones del público en el Salón del Automóvil de 2003.

El CLS marca el comienzo de la segunda ofensiva de productos de Mercedes-Benz. Un representante muy claro de esta evolución es la Clase S presentada en otoño de 2005. Su lenguaje formal se inspira en las reglas básicas del purismo moderno, definido a principios del siglo XX por reputados artistas, arquitectos y diseñadores. La reflexión sobre la esencialidad, la belleza original y funcional de los objetos funda este nuevo movimiento estilístico. “L’Esprit nouveau” (el espíritu nuevo) es el título de la revista en la que publicaron sus opiniones sobre el diseño renombrados protagonistas del purismo, como el arquitecto y pintor Le Corbusier.
En esa línea, los diseñadores de Mercedes-Benz prefirieron subrayar el origen y la tradición de los modelos combinando elementos estilísticos de la marca ya consolidados con nuevas ideas, perfeccionando así el diseño de una manera continua.

Mercedes-Benz apuesta hoy en día conscientemente por un lenguaje formal diferenciado. Por un lado, combina elementos comunes que permiten reconocer de inmediato un vehículo como un Mercedes-Benz. Por el otro, realiza una interpretación propia, típica de cada serie, de la filosofía de diseño de la marca, confiriendo con ello un carácter propio al vehículo. De ese modo, los SUV se diferencian claramente de las berlinas, los coupés o los vehículos deportivos. El resultado es una combinación interesante de apariencia externa individual e identidad de marca inconfundible.

Este principio es también válido para el diseño interior y se aplica de manera consecuente en todos los modelos. En función del carácter del vehículo, se desarrollan y utilizan materiales, formas y elementos estilísticos específicos para la serie y el modelo. No obstante, se da prioridad al carácter individual y a la impresión general de armonía frente a la uniformidad. La configuración del interior, que cada vez cobra más importancia a la hora de diseñar un vehículo, contribuye hoy en día más que nunca a mantener viva la fascinación de la belleza a lo largo de los años. Hoy en día, el habitáculo de un vehículo es un espacio vital en el que el propietario pasa mucho tiempo. Por ello, cada vez es más importante el aura que emana un automóvil.

Fuente: Mercedes Benz

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