Convertido en un éxito de ventas prácticamente desde su lanzamiento, el T-Roc iguala ahora en rango al legendario Golf con la introducción de la variante R de altas prestaciones. El motor 2.0 TSI reservado a la versión que coronará a la gama rinde 300 CV y 400 Nm de par, equipa de serie caja de cambios DSG de siete velocidades y tracción permanente 4 Motion.
La arquitectura del nuevo deportivo equipa suspensión rebajada, dirección progresiva y sistema de frenos sobredimensionado. Cuenta a su vez con modo de conducción ‘Race’ que extrema la experiencia de conducción, y control de salida (launch control) función que garantiza la máxima tracción en máxima aceleración desde parado. El Control de Estabilidad Electrónico (ESC) se puede desconectar manualmente para llevar la conducción hasta límites más extremos.
A nivel estético copia el libro de estilo utilizado por Volkswagen para sus unidades más prestacionales. Así, el diseño del parachoques es específico, con los módulos de luz diurna orientados verticalmente en los flancos. De serie cuenta con llantas modelo Spielberg de 18 pulgadas aunque están disponibles en opción unas de 19 pulgadas en acabado grafito mate.
El parachoques trasero incorpora un difusor con unas lustrosas salidas dobles de escape en ambos extremos. Los acabados de los paneles de los umbrales tienen un diseño en acero inoxidable y lucen el logo "R". Este está presente también en la parrilla del radiador y en los laterales del vehículo, así como en los respaldos de los asientos.
Y es que a bordo la atmósfera también gana en deportividad haciéndose patente tanto en el volante multifunción con levas como en los pedales en acero inoxidable. Como los últimos lanzamientos de la marca, el cuadro de instrumentos es digital, previsiblemente con información específica acorde a su faceta más atlética.
