La competencia es feroz y en la mayoría de los casos un simple lavado de cara no es suficiente para decantar la balanza. En Mattighofen lo saben. Son muchos años batiéndose el cobre y saliendo airosos en ese continuo desafío que mantiene con los grandes fabricantes de la industria de la moto.
Por argumentos que no sea. Una de las últimas balas que KTM se ha guardado en la recámara es la 890 Duke R, una nueva naked deportiva situada un paso por delante de la 790 Duke, equipada con una electrónica mejorada, nuevas especificaciones en la parte ciclo y con más potencia y par. El resultado, conociendo los antecedentes, emociona pensando en una experiencia más extrema.
Buenas parte de esas sensaciones las capitaliza el motor bicilíndrico LC8c cuyo cubicaje aumenta hasta los 890 cc. Ahora cuenta con un mayor diámetro y carrera en los cilindros e incrementa tanto la relación de compresión -13,5:1-, como las revoluciones. Ello permite sacarle un mayor partido a sus características elevando la potencia hasta los 121 CV con una respuesta más directa y eficiente a la orden del acelerador gracias a los 99 Nm de par. La potencia se transmite a la rueda mediante una relación de cambios de seis velocidades –quickshifter opcional- y un nuevo sistema embrague deslizante PASC.
CUESTIÓN DE POSTURA
Mayores prestaciones, sí pero también mayor control. Para ello se ha equipado con unos discos de mayor diámetro, ligeros y potentes Brembo Stylema de cuatro pistones y anclaje radial y una posición sobre la moto algo más radical merced a un manillar más corto y el reposicionamiento de las estriberas en posición más alta. Aún así, la comodidad y la seguridad para una conducción diaria no quedan comprometidas. Para ello, al chasis de estructura multibular de acero al cromo-molibendo se fija un nuevo sistema de suspensión WP APEX, con una horquilla delantera de 43 mm y un monoamortiguador trasero con un amplio rango de ajuste.
El remate y como forma de contribuir del mismo modo a este aspecto, no faltan detalles como el ABS con asistencia en curva, control de tracción y la posibilidad de jugar con el grado deslizamiento de la rueda trasera además de una revisión de los parámetros de actuación asociados a los modos de conducción para una experiencia satisfactoria en cualquier situación.