Dice la Real Academia Española que la aerodinámica es “la rama de la mecánica de fluidos que estudia el movimiento del aire y otros gases, y su interacción con los cuerpos que se mueven en ellos”. Dicho así parece muy complejo, sin embargo, cualquier aficionado al motor ha de lidiar prácticamente a diario con conceptos como ‘downforce’, ‘drag’, rebufo, etcétera.
Pero, ¿y si hacemos el arte de dominar el viento tan sencillo que lo pudieran entender los niños? Como en tantas y tantas casas, el confinamiento ha agudizado el ingenio. Ángel Suárez, ingeniero de SEAT, lo ha logrado adaptando el lenguaje y buscando ejemplos en situaciones y objetos tan cotidianos como una caja, una botella y un secador. Todo para hacer comprensible su trabajo para sus hijos.
“Para explicar la aerodinámica a un niño, lo que tenemos que hacer es hablar como ellos”, afirma Suárez. Dicho y hecho: “Si sacamos el brazo por la ventanilla del coche y lo ponemos vertical y con palma levantada, el viento empujará el brazo hacia atrás. En cambio, si tumbamos el brazo con la palma hacia abajo podremos atravesar el viento sin esfuerzo”. De esta forma tan sencilla y que todos hemos hecho alguna vez (tanto, que dio pie a una de las campañas publicitarias más famosas del mundo), se entiende cómo cualquier vehículo, al desplazarse, ha de hacer frente a la resistencia que impone una invisible pared de aire. Cuánto más aerodinámico sea el coche o la moto, más fácil le será ‘cortar’ ese muro de aire.
Los niños tienen a entender mejor aquellos experimentos que se realizan con elementos que suelen tener en casa. Así que, sin poder sacar de momento el brazo por la ventanilla del coche, el secador puede ser una buena herramienta para simular el efecto que el viento provoca. Para este ensayo casero, Ángel Suárez solicita la colaboración de su audiencia: han de imaginar que una caja y una botella de leche son, en realidad, dos coches. ¿Cuál será el más aerodinámico de los dos? La juez será una vela.
Lo que intenta demostrar este ingeniero industrial con 14 años en el sector aeroespacial y en la automoción y que en la actualidad es responsable de Estrategia CO2, prestaciones y aerodinámica de SEAT, es que una forma más aerodinámica dejará circular el aire por su contorno, permitiendo que éste acabe llegando a la vela. “Las formas cuadradas ofrecen mucha resistencia al avance. Les cuesta empujar la pared de aire, mientras las redondeadas hacen que el aire siga esa superficie. Podemos entrar en el aire y avanzar. Cuanto más suaves y redondeadas sean las formas de un coche y menor superficie tenga en el frontal, le costará menos moverse. Podrá ir más rápido, aumentar la eficiencia y, muy importante, reducirá el consumo, siendo más respetuoso con el medio ambiente”, detalla.
