Cuando Antonio Zanini, nueve veces Campeón de España de Rallies, habla, conviene prestarle atención. Se puede estar de acuerdo o no con sus opiniones, pero por experiencia y palmarés, su punto de vista suele crear debate. A sus 72 años, vive como uno más las consecuencias de la crisis sanitaria provocada por el coronavirus y augura que el automovilismo no va a ser una prioridad en los próximos meses.
“Estoy notando ciertas prisas por rehacer calendarios, anunciar programas y carreras cuando estas cosas serán lo último que querrá la sociedad”, señala el ‘Marqués de Viladrau’, rey absoluto de los rallies en España desde 1974 hasta 1984. En su opinión, las prioridades van a ser otras: “Bastante problema hay en la calle, en las casas y en los negocios para que preparemos el retorno forzado de unas actividades que, queremos o no, no son primordiales”.
Sus preguntas y sus dudas son las mismas que se hacen todos los que tienen algo que ver con el deporte del motor. “Para mí, habría que pensar en 2021, dado que si fuera posible impulsar las cosas a lo largo del otoño, ¿quién estará por la labor de correr? ¿habrá dinero? Quién tenga la potestad de autorizarlo ¿lo hará? Y moralmente ¿estará bien visto con una situación general muy complicada hablar de hacer carreras? Creo que habría que meditar bien cuáles son las prioridades antes de enfocar todo eso”, añade.
En términos generales, como sociedad, cree que las heridas que va a dejar esta crisis van a ser paradójicamente más llevaderas para los de su generación. “A la gente de mi edad no nos resultará tan complicado empezar casi desde cero, simplemente porque el panorama que se presenta nos devuelve de algún modo a un pasado donde las carencias eran normales. Haber conocido tiempos precarios nos hace capaces de superar lo que de malo pueda venir. Otra cosa son los jóvenes posiblemente mal acostumbrados que han vivido sin mucho esfuerzo y pueden sufrir con el cambio”, señala quien fue piloto de Seat, Fiat, Porsche y Talbot, entre otras marcas.
Y es que, desde su punto de vista, “lo que hayas superado hasta ahora puede que te ayude en el momento actual y te marque el camino a seguir. Yo diría que lo que se acerca es un proceso en el que las experiencias duras o quizás negativas que hayas vivido te permitirán afrontar el futuro con cierta tranquilidad”.
Por su edad o por sus experiencias vitales, Zanini cree que ante el cambio que ha propiciado esta crisis conviene aplicar altas dosis de realismo. “Todos empezamos un día desde cero, me refiero en los coches pero también en la vida. Nos hemos labrado un camino lleno de experiencias que son las que nos hacen tal cual somos a día de hoy. Pero de golpe y porrazo todo ha cambiado, de un día a otro tenemos que variar radicalmente y a la fuerza nuestras rutinas y modos de vida y muchos están cayendo en el dramatismo, cuando lo que hace falta es aplicar realismo”.
Zanini dice todo esto desde su finca en la que, en realidad, no ha dejado de trabajar desde que la borrasca Gloria que en enero acaparó todos los titulares, dejó secuelas en forma de zanjas y canalizaciones rotas. “Desde el fin de semana que se decretó el estado de alarma he estado y sigo en mi propiedad, trabajando sin descanso. Vivir en la montaña tiene eso, no te aburres, con mi pequeña excavadora estoy diariamente reparando destrozos. Habito estos días como en un micro país donde hay y pasa de todo”, asegura el carismático expiloto que, entre sus quehaceres también tiene la puesta a punto de un BMW 315 de 1935 con el que espera poder algún día dar un paseo y reparar la dirección de una Ossa “que será una revolución”. Genio y figura.
