Nada fue sencillo este pasado fin de semana para la totalidad de los equipos inscritos en el Rally Islas Canarias. La lluvia y sus efectos convirtieron el recorrido de 17 tramos cronometrados en un carrusel de condiciones y niveles de agarre. Aunque ya había tenido la oportunidad de conducir el Ford Fiesta R5 MKII bajo la lluvia en el Rally Orvecame Norte, Enrique Cruz sufrió de lo lindo a lo largo de las dos etapas de este rally internacional.
Tanto él como Yeray Mujica salían dispuestos a dejar huella en esta prueba, especialmente en el FIA European Rally Championship y en el Campeonato de España de Rallies de Asfalto. En su primera participación con un coche con homologación FIA con opciones de asomarse por la parte alta, cualquier estrategia o enfoque se convirtió en papel mojado al amanecer los tramos de la primera sección del rally lloviendo.
En la quiniela de la elección de los neumáticos, el equipo Disa Copi Sport decidió jugársela, pero en vez de secarse, los tramos fueron a peor, lo que hizo de esa primera sección una odisea para Cruz y Mujica. “El shakedown fue sobre seco y los reglajes que allí probamos no sirvieron de nada, porque viernes y sábado el asfalto cambiaba varias veces de estado en cada tramo, de mojado a húmedo, luego seco y de nuevo mojado. No había una monta perfecta, sino una ‘menos mala’. En la primera sección decidimos arriesgar, montando justo lo contrario al de nuestros principales rivales; sinceramente, fue un desastre. Sufrimos muchísimo para mantener el coche en la trayectoria y arriesgar más de la cuenta era innecesario”, explicó el tinerfeño al término de esta última prueba de la temporada 2020.
En la repetición de esos tramos, el panorama no cambió en exceso. “Por la tarde del viernes todo fue igual de complicado y apenas pudimos mejorar, pero alternábamos registros bastante buenos con otros algo peores, en función de lo adecuada de nuestra monta a las condiciones de los tramos”, añadió Cruz, que terminó la etapa tercero en la provisional del regional del Rally Islas Canarias.
Más hechos a las reacciones del Ford Fiesta R5 en asfalto mojado, el sábado su equipo optó por una monta más conservadora. Los parciales en el tramo de Gáldar que marcó el devenir del rally para muchos equipos eran muy prometedores. Pero Cruz y Mujica fueron uno de los muchos equipos que se tropezaron con un enorme charco de agua en la meta del TC11. El aquaplaning hizo que perdieran el control del coche colisionando y dañando el frontal. El tiempo perdido –alrededor de un minuto– hizo que Luis Monzón y José Carlos Déniz fueran ya inalcanzables.
“Afortunadamente pudimos seguir, porque en un principio pensé, por la violencia del impacto que sentimos Yeray y yo desde dentro, que el coche tendría mucho más daño del que finalmente tuvo. A partir de ahí decidimos que el único objetivo iba a ser llegar hasta la meta final”, concluyó el campeón regional de rallies 2020.
