COCHES
Prueba

Kia Venga: un familiar urbano perfecto

  • Talla de utilitario con confort y comportamiento de un compacto
  • Por tamaño, el Venga se sitúa entre el Río y el cee’d
  • El motor 1.4 gasolina de 90 CV se adapta a una conducción urbana

De un tiempo a esta parte, Kia Motors ha dejado de ser un fabricante que baila al son que marcan los demás y ha empezado a silbar su propia música. Este proceso no ha sido repentino, ha llevado muchos años, pero tuvo su verdadero punto de inflexión en el cee’d. Luego han venido otros como el Soul, no tanto por ser un vehículo de volumen pero sí una apuesta personal de una marca que empezaba a querer acelerar el paso para dejar de ser una más.

El nuevo Venga, como el prototipo del que surge, sigue en cierta medida la estela del Soul. De nuevo una apuesta fuerte y, otra vez, en un segmento emergente como el de los B-MPV, es decir, un monovolumen urbano que, por cotas, se sitúa entre el cee’d y el Río. Y como el Soul, otra vez con una imagen desenfadada. Sin complejo alguno. Diferente al resto. Peter Schreyer y su equipo han hecho un buen trabajo en este sentido. Tiene los aires de familia ya vistos en Sorento, Soul y cee’d 2010 (y en breve también en el nuevo Sportage), pero su mayor achura a medida que se aproxima a las ruedas le dan un corte propio y muy aplomado.

Tras probarlo, es difícil saber hasta qué punto la habitabilidad interior motivó su diseño exterior o viceversa. Sus medidas (con 4,06 metros de largo) son las de un utilitario, pero su anchura (1,76 metros), su altura (1,6) y sobre todo su distancia entre ejes (2,61 metros) lo acercan mucho más a un compacto con carácter familiar. El Venga nada con maestría entre esas dos aguas y en su indefinición encuentra una de sus mayores bazas.

Tampoco es un monovolumen al uso ya que se ha exagerado su perfil en cuña, en parte, mediante la línea de carácter tridimensional de la base de la carrocería, un recurso visto ya en el pro_cee’d. Con todo este cúmulo de notas al margen, el Kia Venga pretende ser (y a nuestro juicio lo consigue) un coche multiuso y multiespacio, pensado para familias jóvenes con uno o dos hijos. Lo bueno del Venga es que ofrece tantos y tan buenos recursos que pese a su longitud no tiene por qué estar condenado a ser el segundo coche de casa.

Fácil de conducir

Empezando por su buen comportamiento en carretera. En ciudad se daba ya por hecho que el Venga iba a ser un fiera. Manejable, con una gran visibilidad gracias a la posición elevada de conducción y a una dirección suave pero noble, para este Kia no hay callejón que se le resista. Pero volviendo a las vías rápidas, su buena batalla proporciona un aplomo y una forma de pisar que nada tiene que envidiar a los compactos más señeros. Una amortiguación firme pero equilibrada, una frenada esponjosa, progresiva pero con un buen mordiente final y, además, un alto grado de aislamiento acústico del habitáculo.

El nuevo Venga 1.4 LX es, ante todo, un coche fácil de conducir. No se requieren largas distancias para tomarle la medida al embrague, al puesto de conducción (muy adaptable) o al tacto del cambio o el pedal del freno. Todo fluye, simplemente, porque es un coche bien hecho. A la hora de enlazar curvas, de nuevo su buena batalla (equiparable al de un segmento C) vuelve a imponer su ley con una gran estabilidad y sensación de control.

En cuanto a su motor, la unidad que hemos probado montaba el 1.4 CVVT de 90 CV de potencia. Un propulsor suave y extremadamente silencioso gracias a su sistema de distribución variable, perfecto para llanear y para una conducción urbana. A la hora de salir a carretera abierta las armas del 1.4 CVVT lucen más, pero también salen a flote sus carencias. No es un motor que ofrezca demasiado par a bajas y medias revoluciones, de manera que hay que ir estirando bien las marchas para sacarle jugo a sus 90 CV que, a priori, no deberían ser pocos para un coche de sus características. La caja de cambios trata de solventar esa falta de brío con unas relaciones algo cortas, pero tampoco neutraliza esa carencia del motor 1.4 que, con seguridad, solventará la opción diesel con el mismo número de caballos pero con mayor par (220 Nm del CRDi por los 137 Nm del gasolina CVVT) y a menor rango de revoluciones.

En conclusión, el nuevo Venga es, con el motor 1.4 de 90 CV, un vehículo muy cómodo, que te hace la vida muy sencilla al volante y cuyo bastidor y distancia entre ejes coloca su rendimiento dinámico al nivel de un buen compacto. El motor es un buen complemento a su vocación urbana y, lanzado, permite encarar con total holgura cualquier trayecto interurbano. Sus niveles de consumo (6,5 litros en ciclo mixto según datos de la marca) son correctos, lo mismo que las emisiones de CO2: 147 gramos por kilómetro recorrido.

Interior inquietante

Entrar por primera vez resulta inquietante… Tienes las referencias exteriores (cuatro metros de largo, 1,7 de ancho y 1,6 de alto) y al sentarse en las plazas delanteras la sensación es que en esos dos segundos y pico desde que coges el tirador hasta que tomas asiento te han cambiado el coche.

Lo primero que llama la atención es la altura libre al techo, apta para ocupantes de 1,90 metros e incluso más. La anchura es la que es, pero el espacio disponible para estirar las piernas vuelve a ser inédito para un coche mucho más cercano a un mortal utilitario que a un compacto. La propia altura permite elevar las banquetas obligando a flexionar más las piernas y requiriendo una menor cantidad de centímetros. Aún así, no es un recurso nuevo, pero en las plazas traseras el resultado vuelve a ser asombroso.

Va tan sobrado que, si se quiere, las banquetas traseras pueden deslizarse hasta 13 centímetros para ampliar la capacidad de un maletero que en posición estándar tiene un volumen de 570 litros. Como otros modelos similares, los respaldos, al abatirse, quedan casi a ras de suelo para proporcionar un plano de carga constante para poderlo aprovechar al máximo con objetos muy largos o muy voluminosos.

En cuanto al estilo del habitáculo, el Venga también tiene el sello Schreyer. Lo que hace años era parca funcionalidad, ahora este nuevo Kia se detiene en los pequeños detalles, esos que también diferencian un coche europeo de uno que no lo es. Esto se aprecia también en el acabado LX, aunque se echan de menos en esta versión algún que otro detalle como, por ejemplo, un embellecedor de la palanca de cambios.

En definitiva, el Venga es un coche europeo, hecho para el conductor europeo y desde el prisma de un diseñador europeo, el mismo que sacó punta a los Audi hasta 2006. El cuadro con los relojes tubulares en cascada, la exquisita ergonomía o el equilibrio de profusión de botones de la consola central con los controles de audio y climatización son otro buen ejemplo de la madurez que ha alcanzado Kia como marca.

Cinco estrellas y siete años

A todo lo expuesto hasta ahora se suma un equipamiento de seguridad tan bien plantado que EuroNCAP le ha dado cinco estrellas en sus test de choque. Los ocho airbags (frontales, laterales y de cortina), los reposacabezas activos o los dobles refuerzos de acero en puertas delanteras y traseras lo han hecho posible. Casi tan importante es la seguridad que Kia sigue transmitiendo a sus clientes con sus siete años de garantía en toda la gama y que se aplica también en el nuevo Venga. Además, durante estos meses (mayo y junio) el nuevo monovolumen urbano de Kia Motors está disponible en Canarias por un precio de 12.995 euros.

Autor
Róber Martí
Periodista. Ha sido redactor del periódico Superdeporte así como en otros medios de especializados como Motor 2000 o Canarias Racing. Ha colaborado en Radio Marca, COPE y actualmente codirige el programa Motor en la Onda de Onda Cero Canarias.
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