Sin alejarse excesivamente de lo que es la verdadera esencia de Porsche, en esta ocasión la marca quiere ofrecer un enfoque más práctico poniendo el acento en su capacidad para adaptarse a un ambiente de actividad y ocio incluso más allá de la carretera.
Su desarrollo no dista mucho de la berlina en la que se inspira e incluso la configuración del sistema motriz y los datos de potencia -560 kW (761 CV) y autonomía son equivalentes. Sin embargo gracias a la forma de la carrocería se ganan más de 30 mm de altura libre al techo en los asientos traseros que han permitido poner especial atención en el espacio de carga para llegar a alcanzar los 1.200 litros con los respaldos de los asientos traseros abatidos.
El objetivo era convertirlo en un vehículo apto para adaptarse a las necesidades de los usuarios con inclinaciones por la actividad deportiva que necesitan cierto espacio de carga para transportar sus equipos (buceo, golf, surf e incluso ciclismo). Para esta última “tribu”, casi justo en el lugar donde habitualmente se sitúan los tubos de escape en los vehículos convencionales, se puede montar un soporte con dos rieles que permite llevar hasta tres bicicletas.
Otra de sus aspiraciones o no limitarse al asfalto. Para ello cuenta con chasis adaptativo con suspensión neumática que permite elevar la carrocería en caso necesario. A su vez, y entre los perfiles de conducción cuenta con un modo “gravel” (tierra) para rodar con mayor seguridad y agarre sobre superficies especialmente deslizantes. A nivel estético y para adoptar el estilo que atiende su naturaleza, Porsche ofrece un paquete de diseño opcional Offroad con el que consigue 30 mm extra de altura libre al suelo. En todo caso, cuando la velocidad aumenta en un tramo llano, el chasis se acerca al suelo para aumentar la eficiencia aerodinámica.
