Así será –o muy parecido- el SUV eléctrico que sustituirá al actual XC90. El Volvo Concept Recharge adopta unas
nuevas proporciones aprovechándose de la ausencia del motor de combustión interna para aumentar el espacio interior y mejorar su eficacia aerodinámica. En este sentido y con las baterías situadas bajo el suelo plano del vehículo, se ha conseguido la redistribución del área destinada a los ocupantes cambiando la posición de los asientos e incluyendo una zona de almacenamiento entre los pasajeros de las plazas delanteras.
Exteriormente conserva las hechuras propias de un SUV, eso sí, con el capó algo más bajo y una cota de altura equilibrada lo que incide directamente en
el coeficiente de penetración y por tanto en una mejora de la autonomía.
El lenguaje de diseño también cambia. Volvo prescinde de todos los elementos innecesarios mientras el resto recibe un tratamiento de alta precisión enrasándolos con la carrocería. La parrilla tradicional se ha sustituido por una estructura en forma de escudo con una nueva interpretación del característico diseño de los faros “Martillo de Thor”. Estos incluyen la última tecnología HD de líneas gráficas puras que se abren de noche para mostrar las luces principales. Los espejos retrovisores tradicionales también son sustituidos por soportes con cámara digitales.
Las luces traseras mantienen su orientación vertical aunque presentan una nueva imagen con un par de alas que se extienden cuando la velocidad es mayor para mejorar la aerodinámica general.
Del mismo modo, la atmósfera interior adopta nuevas formas con líneas limpias y materiales naturales y sostenibles y un desarrollo bastante sencilla. Una gran pantalla táctil vertical de 15 pulgadas centraliza la experiencia de usuario y la interacción con la siguiente generación del sistema de infoentretenimiento conectado. Diseñada para un uso lógico e intuitivo, la tecnología ayuda a ofrecer una experiencia tranquila y relajada.
Por último, el Concept Recharge también refleja los objetivos en materia de seguridad de Volvo Cars para los próximos años. Un sensor LiDAR, construido por la empresa tecnológica Luminar que es una parte decisiva del plan de Volvo Cars para la futura tecnología de conducción autónoma, se sitúa en una posición óptima en el techo para recoger datos sobre el entorno del vehículo.
