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Poco a poco, los híbridos enchufables van ganando terreno en esta maratón en la que se ha convertido el tránsito hacia el vehículo eléctrico. De hecho, en términos porcentuales y atendiendo a los datos más recientes sobre matriculaciones, es la tecnología que más crece en ventas por delante incluso de los ahora tan populares híbridos puros aunque estos obviamente se llevan la palma en cifras absolutas.
Mitsubishi acumula una vasta experiencia en sistemas PHEV (híbridos enchufables). La fiabilidad y eficacia de esta tecnología unida a su refinado comportamiento ha quedado más que demostrada en modelos como el Outlander. Su éxito de ventas en Canarias así lo atestigua.
Aprovechando esta inercia, la llegada del Eclipse Cross PHEV significa trasladar sus ventajas a la categoría reina, la de los SUV compactos, con un modelo perfectamente adaptado a los espacios urbanos y más asequible en términos de precio, al tiempo que aporta esa cualidad extra, casi exclusiva e inherente a la propia marca, de transformarse en un valiente todoterreno cuando las condiciones lo requieren como luego veremos.
GENERACIÓN PHEV
El nuevo Eclipse Cross PHEV, si bien es perfectamente reconocible, presenta numerosos cambios en su imagen exterior. El más evidente los encontramos en el rediseño de las ópticas, donde los faros principales sobre perfiles cromados ganan en notoriedad. En la zaga se prescinde de la división central del cristal por una luneta de una sola pieza para ampliar la visión posterior. Aún así, los pilotos traseros tridimensionales conservan su singular protagonismo, con el extremo superior a la altura de los hombros extendiéndose por el flanco hasta conectar con la línea de cintura. La sección central presenta un diseño hexagonal característico y se remata con un poderoso parachoques con embellecedor/protector integrado.
El perfil mantiene el mismo esquema que su antecesor a pesar de crecer sustancialmente de tamaño (14 cm). Esta característica ha permitido integrar los elementos del nuevo sistema propulsor sin incidir en exceso en la habitabilidad o la capacidad de carga (359 litros). No varían el ancho, la cota de altura y la distancia entre ejes para no renunciar a su imagen compacta.
Aunque el predominio del negro sigue siendo el tono característico, es más que evidente la evolución producida en el decorado. Es verdad que como ya hemos expresado en otras ocasiones, no tenemos especial predilección por los acabados en negro piano lo que no significa que no seamos capaces de admitir que aportan un aspecto lucido a la atmósfera interior. Más aún si se tiene buen gusto al combinarlo con el cuero, presente en el tapizado de los asientos, y con escogidos detalles en plateado satinado tanto en el salpicadero, como en la consola central y los paneles de las puertas.
Visto el resultado, resalta aún más el salto cualitativo experimentado en términos de interacción. Ocurre con la pantalla principal suspendida, ahora de mayor tamaño, con nuevos controles de rueda giratorios, pero sobre todo con la centralización de las funciones referentes a su nueva condición de híbrido eléctrico sobre la consola del túnel central lo que facilita muchísimo su operatividad. Toda la información referida a su nuevo estatus es reflejada tanto en el cuadro de instrumentos, mediante datos sobre el estilo de conducción, autonomía, etc…, como a través de una interfaz específica. También existe la opción de head-up display como en nuestra unidad de prueba, con información relevante sobre el escenario de circulación proyectada en el parabrisas. El equipamiento también incluye climatizador con mandos separados, puertos USB y auxiliar para dispositivos externos y un nuevo sistema de sonido premium de ocho altavoces.
APUESTA SEGURA
Con la seguridad de que el nuevo Eclipse Cross PHEV 4WD siga los pasos del Outlander PHEV se ha dotado, como apuntábamos al principio, del mismo conjunto propulsor que tan buenos resultados comerciales ha tenido en las Islas. Su construcción incluye un motor eléctrico en el tren delantero y otro en el tren trasero, así como una batería de 13,8 kWh combinados con un motor MIVEC de gasolina de 2.4 litros. La potencia total del conjunto es de 188 CV y la autonomía promedio eléctrica ronda los 45 kilómetros en situación de conducción real.
Es verdad que con esta nueva configuración existe un ligero incremento en el peso del conjunto. La solución no se ha hecho esperar y tras recorrer unos pocos kilómetros pronto se pone en evidencia una excelente distribución de su masa gracias a una rebaja del centro de gravedad mediante la colocación de las baterías debajo del piso, en posición central, para equilibrar cualquier cabeceo o basculación inconveniente.
En este comportamiento tiene mucho que ver la nueva puesta a punto de la suspensión. El resultado es perfecto y se nota tanto en conducción por carretera como a la hora de actuar en combinación con el sistema S-AWC (Super-All Wheel Control). La tracción total es una cualidad de la que pocos modelos pueden presumir, sobre todo en referencia a su forma de actuación. El sistema realiza un reparto inteligente de la fuerza motriz de ambos motores eléctricos para optimizar el control tanto al circular por carretera como sobre terrenos escarpados. El conductor, a su vez, puede seleccionar distintos perfiles de conducción y adaptar así la conducta del vehículo a cada situación del conducción.
En cuando a rendimiento la experiencia es un grado y a estas alturas, con muchos kilómetros a nuestras espaldas con modelos de perfil similar, hemos llegado a la determinación de que lo aconsejable es circular con normalidad y monitorizar su funcionamiento sin tener muy en cuenta su condición como híbrido enchufable.
La conclusión es que el vehículo responde a los términos “acordados en el contrato” tanto en lo referente a autonomía en modo eléctrico EV (siempre dependerá del estilo de conducción) como a la hora de encontrar una solución donde prime la máxima eficacia -modo híbrido en serie e híbrido en paralelo-. El sistema está construido para que así actúe aunque siempre guardándose una carta en la manga para poder contar con una respuesta contundente y enérgica a la orden del acelerador.
