Suzuki ha encontrado en el S-Cross un excelente aliado en su empeño de dar respuesta a los cambios de tendencica que ha experimentado el mercado en la última década. Su evolución ha estado acompañada de toda una suerte de aciertos, primero con su
lanzamiento como crossover para un lustro más tarde rendirse, como marcan los cánones, a la transformación de su diseño y la llegada de las primeras versiones electrificadas.
Ahora, casi una década después, el S-Cross afronta un verdadero cambio generacional, un nuevo giro argumental en su trayectoria en el que adquiere un estilo más maduro y refinado, en una perfecta fusión entre un vehículo familiar que además puede presumir de un comportamiento
ejemplar.
La elevada eficacia y fiabilidad de su propuesta motriz forma parte de una apuesta que no renuncia al pacto inicial con la seguridad y con el espacio, todo acompañado de una excelente relación calidad-precio. Aptitudes a las que puede añadir su capacidad para traspasar los límites de un SUV convencional apoyado en la vasta experiencia y tradición de la marca en el ámbito del todo terreno siendo uno de los pocos vehículos de su clase que puede contar con un sistema de tracción total (4WD AllGrip) con cuatro
modos de conducción seleccionables para conseguir un eficaz comportamiento sobre cualquier superficie.
No es el caso de nuestra versión de prueba. Esta corresponde al nivel de acabado ‘S3’, la más completa, pero en este caso sin el añadido de la tracción total lo que equilibra su precio que es de 28.000 euros.
CON ESTILO
Ante la variada oferta actual es importante que de primeras se produzca ese punto atracción inexplicable. La nueva generación del S-Cross cuenta con una serie de elementos que ofrecen una excelente impresión al primer golpe de vista como son los faros y sus características luces LED y la conexión existente con la parrilla frontal en acabado piano black con el emblema en cromado inserto en el centro.
Los angulosos pasos de rueda son casi
una excentricidad como lo son otros aspectos de su diseño como los embellecedores plateados del frontal, en el borde de la talonera y del parachoques trasero convertidos en un guiño a su herencia todoterreno, bastante resultones a la hora de resaltar el carácter refinado de su aspecto exterior.
En el interior la atmósfera se vuelve mucho más sencilla, eso sí, aderezada de suaves y acolchadas superficies, y sin excesos en lo que elementos decorativos se refiere en perfecto contraste con el negro predominante.
El acceso es cómodo y la distribución de espacios entre la primera y la segunda fila de asientos es ejemplar. La elegante tapicería de los asientos, los delanteros, por cierto, calefactables y los traseros reclinables en dos posiciones, la climatización automática dual para regular la temperatura de forma independiente, y el techo solar panorámico con diseño en dos paneles convierten el habitáculo en un espacio especialmente confortable, también práctico gracias a la flexibilidad que
ofrece el maletero con 430 litros de capacidad, y donde también cabe el entretenimiento.
Dicha responsabilidad recae en la generosa pantalla multifunción, compatible con Apple CarPlay y Android Auto, equipada con reconocimiento de voz y un amplio programa de servicios conectados y funciones, incluida la monitorización del flujo de energía del sistema de propulsión. Dispone además de cámara de visión trasera y cámara 360º a la que se puede acceder en cualquier
momento a través de un botón específico.
MOTOR
¿Consumo de 4,8 litros a los 100 kilómetros? Tan real como que incluso, llevando la dinámica del vehículo a ciertos extremos, el indicador no llegó a superar los 5,6 l/100 km. El S-Cross con motor 1.4 Boosterjet y sistema híbrido de 48V SHVS es un auténtico prodigio de eficiencia y les prometemos que no es un halago gratuito.
El compromiso entre prestaciones y rendimiento es ideal, proporcionando la potencia y la entrega de par necesaria a demanda del conductor en todo el rango de revoluciones. Sus 129 CV pero sobre todo su elevado par, 235 Nm, se nos antojan más que suficiente para disfrutar de una experiencia de conducción resolutiva y audaz con el máximo ahorro de combustible como premisa principal. Entre las ventajas de este conjunto propulsor están la entrega de par adicional para mejorar la aceleración y la asistencia eléctrica a baja velocidad reduciendo el consumo de combustible al mínimo.
El comportamiento, dada su particular arquitectura y altura al suelo -175 mm- sigue siendo una de sus puntos fuertes, actuando “casi” como un compacto en términos de agilidad, con un correcto equilibrio sobre la carretera gracias a un sistema de suspensión ajustado para brindar estabilidad y confort. Ello contribuye a disfrutar de una conducción plácida, lejos de los incómodos balanceos provenientes en ocasiones del peaje que hay que pagar por el plus de altura. Suzuki cierra el círculo afinando la aerodinámica y apoyándose en unas dimensiones ajustadas (4,30 metros de longitud, 1,79 m. de ancho y 1,59 m. de alto) al tiempo que ofrece una serie de funciones inteligentes para hacer que la conducción sea más fácil y segura.
