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Skoda Enyaq Coupé RS, apuesta sobre seguro

  • Con el trabajo de desarrollo estilístico se han salido
  • Todo el operativo se concentra en la pantalla central
  • La batería tiene una capacidad de 82 kW

A vueltas con el color. No es imperativo que buena parte de la población conozca la relación existente entre el tono verde limón y la herencia deportiva y sus connotaciones en términos de imagen de una marca con el bagaje de Skoda. Aún así, hay opiniones para todo aclarando que, por supuesto existen otras opciones, menos “llamativas” si lo prefieren. Lo que está claro es que el vehículo en sí mismo no pasa desapercibido.

Cuestiones de paletas al margen, Skoda puede estar orgullosa de cómo ha irrumpido en el universo de los eléctricos. El éxito alcanzado por el SUV Enyaq iV solo ha hecho despertar a la bestia, con excelentes resultados en ventas al poco de iniciar su comercialización. El lanzamiento del Enyaq Coupé RS iV que hoy nos ocupa, con sus siglas vinculadas a la deportividad, podría parecer una excentricidad a estas alturas de su carrera, sin embargo, habría que hacer una lectura en clave estratégica para entender que se trata del mejor escaparate de bienvenida a la versión convencional que ya tenemos prácticamente en puertas. Un excelente embajador de cómo la marca es capaz de aprovechar su potencial conocimiento del mundo de la competición para inocular ese ADN en su gama comercial eléctrica. El resultado, sin vacilaciones, es espectacular.

Su identidad, también su comportamiento como luego detallaremos, es admirable. El segundo miembro de la familia de vehículos eléctricos de Skoda en su variante RS adopta una silueta de corte más deportivo y emocional. La marca la define como CUV, una especio de híbrido entre un crossover y un SUV. Un estilo que con la llegada de la última hornada de coches eléctricos se ha convertido en tendencia. Nosotros, más clásicos, lo vemos como una berlina cupé de altura elevada.

Y es que con el trabajo de desarrollo estilístico se han salido. A lo larga del periodo de prueba hemos escuchado comparativas de todo tipo, siempre asociadas a firmas del universo premium, no es para menos. Su diseño, a diferencia del SUV, está marcado por la elegante línea del techo que se inclina suavemente a partir del pilar B hasta unirse con el portón trasero y desembocar en una pequeña cornisa que hace las veces de alerón integrado. Esto imprime a la silueta una forma singular y bastante interesante.

El techo de cristal panorámico de serie ofrece un atractivo recurso de estilo al fundirse con la luna trasera y producirse un efecto de carrocería en acabado bi-tono. Esta proyección de la carrocería condiciona el desarrollo de la sección posterior, de cintura elevada y hombros musculados, flanqueada por unos alargados grupos ópticos. El coeficiente aerodinámico de 0,23 a lo que también contribuyen las grandes llantas de 21 pulgadas, mejora respecto al SUV incidiendo en su eficiencia y por tanto en la autonomía del vehículo.

En el frontal se muestra un pequeño spoiler inferior y unas marcadas entradas de aire laterales con protectores en negro en forma de garras, ambos complementos integrados en el parachoques. El elemento principal, sin embargo, es la curiosa parrilla con función Crystal Face de serie en la que los huecos verticales están ocupados por 131 lamparitas tipo LED. Esta versión introduce una serie de sutiles elementos de diseño en negro como los embellecedores de los faldones laterales y el difusor, y una franja reflectante roja que se extiende a lo largo de la parte trasera.

INTERIOR

El habitáculo destaca, además de por su gran habitabilidad, por el uso de materiales de inspiración deportiva. Es el caso del salpicadero y del tapizado de los asientos tipo ‘bucket’ con un tacto y textura similar a la gamuza. El volante multifunción en cuero y la ambientación, disponible en varios acabados, mantiene ese feliz matrimonio con el resto de elementos de equipamiento donde prima la simplicidad. Todo el operativo se concentra en la pantalla central y en una serie de botones situados justo debajo que, entre otras rutinas, facilitan el acceso a algunas de las funciones principales del sistema de infoentretenimiento.

La plataforma de carga inalámbrica y los ‘clásicos’ conectores USB y auxiliar se sitúan en el extremo anterior del túnel central, plataforma donde están colocados también el selector de cambio de marchas y el accionador del freno eléctrico y automático, todo confort.

Frente al conductor, una pequeña pantalla de 5,3 pulgadas informa de los datos principales sobre la conducción, autonomía y consumos. Comparativamente con otros desarrollos parece no encajar en un vehículo que apunta alto en su estatus, sin embargo, se agradece que por una vez y con el apoyo de las referencias visibles del head-up display proyectadas sobre el parabrisas, se priorice la información más funcional frente los contenidos demasiado abigarrados.

PROPORCIONADO

No hay secretos. Skoda ya adelantó en su momento que la fórmula a emplear en sus modelos de corte más prestacional iba a estar formada por un sistema propulsor de dos motores, uno en cada eje, con una potencia total de 295 CV (220 kW), y un par máximo de 460 Nm que transmite a las cuatro ruedas.

La batería tiene una capacidad bruta de 82 kW y admite una carga máxima de 135 kW. La cifra homologada de autonomía es de 522 kilómetros -no es la que reflejaba el marcador con el cien por cien de carga aunque se le acercaba mucho-.

Si quedamos gratamente sorprendidos con el dato de consumo, 19,8 kWh/100 km tras realizar largos trayectos tanto por autopista como por carretera y ciudad, siempre como es norma ya de la casa, sin prestar especial atención al estilo de conducción y empleando, según la situación, los programas convencionales disponibles -Eco, Comfort, Normal y Sport- (existe un modo ‘Individual’ configurable y un modo ‘Traccion’ que maximiza el arrastre de las ruedas).

En comportamiento es lo que parece. La sensación de potencia siempre está presente, sin embargo, es un recurso que es preferible reservar para alguna eventualidad, dando sentido a su faceta más funcional como coche para el día a día. La dinámica y la agilidad están perfectamente gestionadas a través de la puesta a punto de la dirección, la firmeza de la suspensión y los controles de estabilidad garantizando una adecuada motricidad y adherencia a pesar de su elevado peso. La baja altura al suelo de la carrocería también es un excelente aliado.

La ventaja es que con una conducción normal -sin buscarle las cosquillas- los niveles de confort y seguridad se multiplican ofreciendo, apoyado por el programa de conducción adecuado y la posición B del selector de marchas que proporciona los beneficios de la frenada regenerativa a partir del uso exclusivo del pedal del acelerador, una gran comodidad durante la conducción.

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