A290, ese será el nombre que adopte el primer deportivo eléctrico de Alpine, escenificado en este momento de su desarrollo a través de un espectacular showcar denominado A290_β, con puesto de conducción central y doble motor delantero.
Alpine comienza su carrera hacia la electrificación y lo hace anunciando el lanzamiento en 2024 de un modelo de producción inspirado en este deportivo urbano eléctrico. Una primera muestra del camino escogido por la firma deportiva para afrontar su futuro más inmediato que tendrá continuidad a través de otras dos manifestaciones previstas ya en agenda, un crossover GT y el sustituto natural del A110, ambos también cien por cien eléctricos.
El A290_β mide 4,05 metros de largo, 1,85 metros de ancho y 1,48 metros de alto, y su apariencia y particular arquitectura de batalla corta y vías anchas evoca a un clásico de leyenda como es el Renault 5 Alpine -o Renault 5 Copa Turbo como nosotros lo conocemos-.
El objetivo es llevar la deportividad eléctrica a su máxima expresión y para ello, y como premisa principal, sus creadores han puesto especial énfasis en su rendimiento
aerodinámico. Este principio se hace patente a través de las grandes tomas de aire del frontal, de los retrovisores flotantes y del estilizado alerón trasero.
No todo pertenece al plano imaginativo. La doble firma luminosa en forma de X y el diseño de las llantas de 20 pulgadas -en el coche de producción serán de 19 pulgadas suministradas por Michelin con partner oficial- son fiel reflejo de dos de los elementos representativos que acompañarán al modelo de
producción.
No ocurre lo mismo con el interior del prototipo. Este sí es más conceptual y está construido como si se tratara de un monoplaza de carreras, con el puesto de conducción en posición central más dos asientos en los flancos algo más retrasados. Prescinde de pantalla interior, en su lugar se ha instalado una consola central en el techo con acceso a las funciones principales. Sí cuenta con un pequeño head-up display situado en el volante con la
forma geométrica de los utilizados en Fórmula 1, donde se muestra la velocidad o el nivel de carga de la batería. Instalado también sobre su estructura se encuentra el botón “overtake”, señalizado con las siglas ‘OV’, que permite obtener potencia extra durante 10 segundos.
Su asociación con el mundo de la competición también se pone de manifiesto a través de un casco para el conductor con sistema de visualización que proporciona información fundamental sobre
cualquier situación de carrera como las banderas de los comisarios o el estado de la pista.
Los asientos, como no, son tipo baquet, realizados íntegramente en fibra de carbono, y están equipados con arneses de seguridad firmados por Sabelt. Y es que Alpine ha puesto un mimo especial a la hora de elegir los materiales, al usar y situar los motivos triangulares alusivos a su imagen, y con la iluminación que acompaña a la ambientación.
La firma que no ha querido desvelar datos alusivos a sus prestaciones, aunque sí ha adelantado que equipa dos motores eléctricos delanteros, así como un sistema vectorizado (Torque Vectoring) que reparte el par a cada rueda por separado.
La configuración de su estructura también es específica, el chasis se ha hecho a medida y cuenta con una nueva suspensión trasera multibrazo. El resto de elementos
como los frenos firmados por Brembo, los muelles de la suspensión y las barras estabilizadoras han sido objetivo de una ajustada afinación para crear un vehículo divertido de conducir.
A ello contribuye también el ABS ajustable en 11 posiciones, y los tres programas de conducción -wet, dry y full- con los que se puede ajustar su comportamiento a las condiciones del trazado.
